La queja podría definirse como una reacción natural que permite liberar tensiones acumuladas a través de la expresión y la verbalización de un malestar o de una insatisfacción.
El problema comienza cuando la queja se instala en nuestra vida y pasa a convertirse en una actitud, en una manera de pensar y de vivir; en un estado de malestar que se retroalimenta a sí mismo, configurando sistemas de creencias y una manera de autocondicionarnos hacia una versión negativa, es decir, conformando un esquema propio de pensar, de ver y de actuar en el mundo, como si estuviéramos por fuera de él.
¿Qué pasa entrelíneas/ “detrás de escena” cuando nos quejamos?
• Evadimos responsabilidades.
• Nos quedamos en el lugar de “no hacer” o “no poder”.
• Ubicamos la culpa en el exterior: “Todo tiene que ver con los demás, nunca con uno/a mismo/a”.
• El “afuera” comporta el motivo y es responsable de nuestra desdicha, infelicidad o “mala racha”.
• Nos posicionamos en el lugar de la víctima “Todo me pasa a mí”.
• Nos volvemos pasivos/as.
• Desarrollamos dependencia hacia los demás, dado que el bienestar o malestar propio depende de cómo actúen, me traten y hagan “los otros”.
Hay quien afirma que la causa primordial de toda queja es la pereza de vivir, pues la vida da trabajo: a cada momento surgen hechos nuevos, problemas, cosas inesperadas que nos exigen tomar decisiones, reconfigurar rumbos o accionar para resolver. Esto modifica nuestra “inercia” a la que estamos acostumbrados/as y al sentirnos perturbados/as, nace la queja y su redundancia.
La energía que utilizamos para quejarnos constantemente, es la misma que necesitamos para accionar y cambiar lo que no nos gusta, al destinarla a la queja alimentamos un circuito que puede constituir un síntoma psíquico que nos deja padeciendo de forma cíclica.
Reconectar con nosotros/as mismos/as, mirarnos, observar que “el afuera” no nos determina será el camino a las respuestas en nuestro interior, participando sobre nuestra vida y siendo artífices de ella, quebrando el círculo redundante de la queja que muchas veces nos hace permanecer atrapados/as.
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