La envidia, la ira y los celos, entre otros afectos, antes eran considerados pecados capitales. Hoy en día, son considerados como "emociones tóxicas". Lo que no ha cambiao, como vemos, es la censura social que se ejerce sobre ellos. El nuevo perfeccionismo emocional es un gran productor de neurosis. Las emociones no son malas ni buenas en el sentido moral.
Antes tener algunas de ellas era un pecado religioso que atentaba contra Dios y experimentarlas generaba una culpa atroz.
En la modernidad, por otro lado, con ciertos discursos que animan a ser personas felices, positivas y respetuosas con los demás (valores deseables por supuesto), a veces produce la paradoja de que se puede generar sentimientos de culpa en los individuos por experimentar lo que ahora se llaman "emociones tóxicas".
Sean los ideales sociales que imperen en nuestra sociedad, las emociones de cualquier tipo seguirán existiendo y no desaparecerán. Como mucho serán reprimidas, disimuladas... Y ya sabemos que eso acabará retornando de alguna manera.
En conclusión, que todos podemos ser "tóxicos" alguna vez, lo suyo es admitirlo y hablar de ello para poder manejarlo mejor.
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