Sebastián de 11 años es traído por exigencia del colegio. El motivo son las constantes transgresiones a las normas, hurtos y faltas de respeto a compañeros y figuras de autoridad de la escuela, con el aditamento de agresiones verbales y físicas.
Los padres de Sebastián están separados, con una muy mala relación y también agresiones verbales y físicas. Ambos con modos de ingresos de dinero nada claros y no accediendo a hablar de ello, presumiblemente fuera de la ley.
Acordamos honorarios que dicen poder pagar sin problemas y que para su comodidad prefieren sea un pago mensual. Les indico que sería por mes adelantado.
La entrevista siguiente es con Sebastián. Quien lo trae no paga ni hace comentario al respecto, por lo que vualvo a citar a ambos padres a la próxima.
A esa entrevista viene solo la madre, comenta quejándose que en esa semana se vió exigida por sus 3 hijos a comprarles a cada uno una computadora porque con una sola se peleaban todo el tiempo. Preguntada por el pago de los honorarios dice: “Con la plata me vas a tener que esperar”; a lo que respondo que aparte de estar intentándo imponermelo está rompiendo el acuerdo que hicimos. Flexibiliza su postura aduciendo dificultades económicas. No cedo y le digo que el tratamiento continúa a condición de lo acordado.
La semana siguiente llega sin el pago, le recuerdo lo hablado y no realizo la entrevista. Sin aviso, no volverán a consulta.
Los padres de Sebastián, prescripción compulsiva de un tratamiento que de otra manera seguramente no hubieran comenzado, ilegalidades, ruptura del acuerdo sin pedido que sea revisado, imposiciones violentas, y frente a la intuición de una estafa … la interrupción.
“El don de dinero no es una pura y simple retribución ... El don de dinero al analista tiene la misma significación que el don que hace el discípulo al maestro, pero esto constituye al maestro como garante de esta palabra y asegura que no la cambia, que continuará velando por ello.” J. Lacan S –1
Pagar de más, de menos, estafar: tres posturas diferentes que ubica en estos casos (en todos) al dinero como objeto propicio para la intervención. Sin caer en el imaginario del valor estandarizado de la sesión que desconoce la realidad de cada uno; el dinero como vehículo de algún real, goce a ser cedido por el sujeto en el campo de un análisis.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario