La formación del síntoma en las neurosis, la psicosis, en los border y en la psicosomática tomada desde la metapsicología nos permite interesantes cuestiones diagnósticas. El diagnóstico, en psicoanálisis, se hace de manera tópica, dinámica y económica. La formación de síntoma depende de esta concepción
Síntomas transaccionales de la neurosis
En psiconeuróticos, la formación de síntomas es compleja. El neurótico tiene un aparato psíquico dividido por la represión primaria, así que el síntoma ha sido precedido por la formación de retoños, en tanto la defensa preferida es la represión, que solo sucede porque hay represión primaria. La represión primaria supone que hay fijaciones, por lo tanto tarde o temprano estas fijaciones van produciendo introversión libidinal, que es diferente a la retracción libidinal de la psicosis.
Introversión libidinal quiere decir que el neurótico, por sus fijaciones, va fracasando en la inversión libidinal en objetos reales. Por lo tanto, esa libido que fracasa en colocación en objetos reales, se introvierte sobre objetos de la fantasía. Por lo tanto, esa libido se deposita sobre alguna representación que el preconsciente debe prestarle para que transaccione. Se ha incrementado una fijación incestuosa que demanda pasar al preconsciente y el preconsciente le presta una representación para que transaccione (supongamos, representación X) y que entonces la libido reprimida aumentada transaccione con la representación y que esta última se transforme en representación retoño de lo reprimido.
Al ser retorño de lo reprimido, la representación X es rechazada por el preconsciente y más atraída por las fuerzas del inconsciente. Ahí se produce, en este rechazo y atracción, la represión secundaria. Por lo tanto, esa representación X va hacia al inconsciente e incrementa lo prohibido, las fantasías e incrementa la introversión libidinal del neurótico.
Este proceso puede ir acompañado de supresión del afecto. El afecto no se reprime, sino que se suprime o se desplaza. Puede ir acompañado de la supresión del afecto. Por ejemplo, supongamos una mujer histérica que no sienta atractivo por nadie (supresión del afecto) o puede sentir atracción por el portero del edificio donde vive (desplazamiento).
Hecha la represión con desplazamiento o no del afecto, esta puede ser exitosa por un tiempo. Esto es difícil, porque los procesos de introversión libidinosa en una neurosis prosigue, o sea que tarde o temprano van a empezar a fallar los procesos de represión y se van a producir más retornos de lo reprimido. Es posible que emerjan angustias. Este es el proceso de la represión y la formación de síntomas en fobias, neurosis obsesivas e histeria.
La conversión del la histeria es una transacción. El inconsciente le otorga la representación pierna y transacciona. En Isabel, el padre la apoyaba en la pierna y ella se había enamorado del cuñado, con el cual deseaba caminar con él. Esa pierna que la llevaba a caminar con su amor, queda paralizada. El placer deseado y el castigo, el superyó. Ella querría caminar con el amado o tener al padre sobre su pierna, pero el deseo es incestuoso y el yo de R.D. no lo puede verbalizar. La parálisis es el castigo del superyó a ese deseo pulsional, que ha sido transaccionado con el castigo.
En todo síntoma, como retorno de lo reprimido, vamos a ver un deseo y un castigo transaccionado entre el ello, el yo y el superyó. La representación de la transacción la da el yo. El yo R.D. queda perjudicado por la parálisis, por ejemplo, pero no se angustia por el incesto.
Isabel no tenía ide que amaba incestuosamente a su padre ni que amaba a su cuñado. Cuando Freud se lo dice, ella se enoja. La represión le evita un pensamiento que angustiaría a su yo y que le traería problemas. Por eso es importante el timing en las interpretaciones de los pacientes, para que no se angustien.
La diferencia entre la fobia, la neurosis obsesiva y la histeria, en cuanto a la formación de síntomas, es la forma en que retorna lo reprimido y la manera de la transacción.
La neurosis obsesiva tiene la particularidad de la regresión del complejo de Edipo a la etapa anal, siendo patognomónico de este tipo de neurosis. La formación de síntomas es igual a las demás neurosis: fracaso libidinal, introversión libidinosa a las fijaciones...
Psicosis
Mientras el neurótico divide su aparato psíquico en ello, yo y superyó, el psicótico tiene una fijación "maligna" que ha impedido que lleguen bien todos los sistemas por una desestima a los complejos de Edipo y castración. Desestima es que el Edipo ni siquiera está planteado. Por lo tanto, lo que consideramos es que el yo y superyó en el neurótico, en el psicótico aparecen mal establecidos, sin base.
El futuro psicótico tiene un proceso de retracción psicótica, no de introversión libidinal como el neurótico (de los objetos fijados hacia el complejo de Edipo). Las demandas de la vida van produciendo una retracción libidinal hacia estructuras pobremente establecidas, hacia objetos arcaicos, como las fantasía orales.
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