martes, 22 de junio de 2021

Tratamiento penitenciario: ¿Cuál es el rol del psicólogo?

Objetivos:

  • Asiste al individuo para que no reincida en su accionar agresivo para la comunidad.

  • Tiende a que el paciente-interno se conozca y comprenda su conducta delictiva como conductas autodestructivas de marginación y desintegración de la personalidad.

  • Es respecto al paciente-interno, a su lento y difícil proceso de rehabilitación y recuperación social.

  • Que el delincuente modifique sus conductas agresivas y antisociales, haga consciente sus procesos patológicos de destrucción hacia los demás y hacia sí mismo que él ha utilizado en la conducta delictiva.

  • Que adquiera conciencia del daño causado a los demás, a sí mismo, a la familia y a su medio social. Esta comprensión implicará la atenuación de la agresividad.

  • Favorecer las relaciones interpersonales sanas y estables es otro de los objetivos fundamentales en el tratamiento penitenciario. El hombre que comete un delito ha tenido por lo general una honda conflictiva a nivel de las relaciones interpersonales, una conflictiva en su núcleo familiar, con la figura de autoridad.

  • Es necesario que a través del tratamiento el paciente-interno pueda canalizar sus impulsos agresivos y también verbalizarlos. Esta canalización la realiza el paciente-interno también a través de los programas de actividades, del trabajo dirigido en función del tratamiento.

  • El objetivo del tratamiento penitenciario es transformar el proceso de comunicación entre el interno-delincuente y su medio.

  • Implica un replanteamiento de los valores humanos.

Tipos de tratamiento: individual, grupal e institucional. Estos tres niveles están íntimamente intercorrelacionados, ya que implican el conocimiento de la situación particular en la que se encuentra el individuo, su delito, su historia; en una segunda consideración se refiere a las actividades que realiza ese individuo con otras personas, dentro de la institución penitenciaria.

El tratamiento individual debe tener en cuenta la edad del individuo, el delito realizado, los antecedentes policiales y penales, el nivel educacional, las tareas, trabajo o profesión, el núcleo familiar, las características de personalidad del interno.













Robos: personalidad psicopática y tratamiento

Cuando el tratamiento del psicópata se inicia, ya hace mucho tiempo que el individuo presenta valores morales contrarios a su medio social. El deterioro es muy marcado debido a las experiencias de abandono que ha sufrido en sus primeros años de vida y a las experiencias traumatizantes a nivel de las relaciones interpersonales. Es necesario tener en consideración la desconfianza básica que presenta y que repercute en sus relaciones interpersonales inestables y se caracteriza por un juego manipulador, pero a la vez autodestructivo. El psicópata está identificado con su modo de vida, aventurero, audaz y carente de una mínima planificación y precaución hacia sí mismo y hacia las personas que lo rodean. Uno de los mayores problemas en el tratamiento del psicópata es que él no se interesa por sí mismo. El terapeuta hará hincapié en los factores de autodestrucción porque en la medida que el psicópata comience a cuidarse a sí mismo, a pensar en su futuro, a aprender a comunicarse con los demás, disminuirá su agresividad hacia los que lo rodean. El psicópata aprendió desde niño a no verbalizar sino a actuar sus necesidades, es decir a tomar directamente lo que él necesita. Por lo general la relación psicópata y familia está caracterizada por ser una relación sadomasoquista, la familia lo ha abandonado y rechazado desde temprana edad y él a su vez destruye a la familia con sus conductas agresivas. Es necesario replantear nuevas relaciones familiares. La personalidad básica del psicópata no se modifica sino que lo que hace el tratamiento es una estructuración de sus defensas, que le permitan un control de sus conductas agresivas y una relación interpersonal más estable y sana.








Personalidad del estafador. Tratamiento

La personalidad del estafador configura un cuadro de una neurosis histérica, por lo tanto la terapia debe estar centrada en estos elementos de patología de las relaciones interpersonales. El tratamiento implica una psicoterapia para hacer consciente la angustia que subyace al síntoma de engaño y seducción; tiende a analizar el tipo de relaciones interpersonales del estafador, sus mecanismos de seducción y hacer consciente el proceso manipulador que utiliza donde crea situaciones en que la víctima confía en él, engaña precisamente a quienes agradó y recomienza la búsqueda narcisística. Es probable que el estafador esté repitiendo las situaciones infantiles donde los padres fomentaban sus mentiras y engaños y un ocultamiento de la realidad. Por ello es necesario conocer la estructura de la familia del estafador. El tratamiento familiar aquí va paralelo al tratamiento individual porque muchas veces la manipulación del estafador comienza en el núcleo familiar y la familia es “cómplice” de las situaciones delictivas del individuo a través de justificaciones y racionalizaciones. El estafador continúa con sus conductas de engaño dentro de la institución penitenciaria.










Homicidios: personalidad confusional y tratamiento

La descarga de impulsos destructivos y violentos como consecuencia de un gran monto de agresividad reprimida está muy vinculada a procesos psicóticos, debido a que sólo en un estado de confusión se puede realizar esa conducta patológica. A nivel del tratamiento es importante conocer las características del comportamiento del individuo en el antes y después de la conducta delictiva como dato diagnóstico. Los objetivos del tratamiento deben considerar la toma de consciencia del homicida, de su realidad y del delito. Debe considerarse que el homicidio siempre implica elementos de autodestrucción muy fuertes, especialmente si el homicidio ha sido cometido dentro del núcleo familiar. Se observa con mayor claridad la patología del individuo por las características de la conducta, los instrumentos empleados, las simbolizaciones, la particular relación con la víctima, la reacción post-delictiva. Deben intensificarse el tratamiento a nivel pedagógico y laboral. el homicida presenta una estabilidad laboral, pero se observa que generalmente su trabajo es obrero o jornalero. El tratamiento laboral debe enfocarse a brindarle una especialización para que cuando salga de la institución se encuentre en mejores condiciones laborales. Las investigaciones criminológicas indican que un número significativo de homicidios se realizan por el alcoholismo del autor del delito. Esta enfermedad debe tenerse muy en cuenta en el tratamiento penitenciario ya que frecuentemente el individuo apenas sale de la institución retoma sus hábitos y esto genera nuevas posibilidades de conductas violentas por la desinhibición. El tratamiento del homicida debe estructuras defensas para prevenir brotes impulsivos y violentos como los que ocasionaron la conducta del delito. El estudio del núcleo familiar permitirá conocer aspectos de la dinámica del crimen especialmente la relación autor-víctima. En los casos de homicidas reincidentes, esto conlleva de por sí una alta peligrosidad a conductas violentas y destructivas, pero también significa un individuo que debe ser objeto de una terapia y asistencia más adecuada.










Personalidad con una conflictiva sexual. Tratamiento

La problemática sexual que se ha manifestado en el delito ha tenido su inicio mucho tiempo antes, por lo general en la adolescencia y en las etapas infantiles. Está muy relacionada a los aspectos educativos a nivel sexual, especialmente a la reacción de los padres. La actitud del individuo, autor del delito ante la conducta sexual es siempre sistemática: la niegan atribuyendo su inocencia, o la atribuyen al comportamiento de la víctima. La negación es una de las características más frecuentes y consideran muchas veces que sus víctimas son personas agresivas y seductoras que los han obligado a cometer el delito. La muerte de la víctima luego del ataque sexual es realizada por una situación de pánico del autor, ante los gritos de la víctima o el acercamiento de personas al lugar o porque ha sido reconocido. En los ataques sexuales a niños, se observa una profunda patología afectiva de parte del individuo y la carencia de relación sexual o de una pareja adulta estable. Son individuos con una conflictiva en las relaciones interpersonales, especialmente con la figura femenina. El tratamiento al delincuente sexual implica siempre una psicoterapia profunda a nivel psicológico o psiquiátrico. En todos los demás niveles de la conducta, el delincuente sexual puede presentar un modo de vida pseudoadaptadas. Sin embargo, los rasgos de personalidad inmaduros e infantiles y sus impulsos sexuales no controlados lo conducen a proyectar agresiones sexuales, conductas repetitivas dentro de la institución penitenciaria. La salida de la institución debe ser siempre gradual y controlada.




Dañador. Tratamiento

El tratamiento penitenciario al dañador significa estructurar defensas para que adquiera conciencia de su conducta agresiva. El diagnóstico familiar permite el conocimiento de los aspectos que llevaron al interno a la conducta de daño, especialmente si ésta ha sido realizada dentro del grupo familiar, lo que plantea la necesidad de una terapia familiar para prevenir reincidencias. En los casos de individuos que realizan las conductas de daño en estado alcohólico es necesario un tratamiento y control médico en relación a su adicción alcohólica.





Drogadicción. Personalidad dependiente. Tratamiento


Un control médico-psiquiátrico básico para el tratamiento general. Especialmente desde el ingreso del individuo a la institución penitenciaria teniendo en consideración la adicción, tipo de adicción, tiempo de adicción y los periodos de abstinencia. Se debe tener presente que el periodo de abstinencia, que está relacionado a caídas en fases depresivas, puede conducir a intentos de suicidio, suicidio o a agresiones y violencia indiscriminada. Por la inestabilidad laboral educativa y la conflictiva en las relaciones interpersonales, el drogadicto necesita recibir un aprendizaje en estas áreas que lo conduzcan a un mayor equilibrio de su comportamiento y a un control de sus impulsos autodestructivos. El drogadicto a través de una psicoterapia debe tomar consciencia de los procesos autodestructivos que significa la adicción a las drogas y los mecanismos psíquicos que lo impulsaron a esa conducta. Ese sentimiento de autodestrucción que presenta el drogadicto y la negación a la realidad que le permite la droga, están muy relacionados a experiencias infantiles y a las relaciones familiares donde las figuras paternas rechazaban al niño o proyectaban su destrucción o indiferencia. Niños abandonados, torturados, descuidados a nivel educativo, explotados por adultos, etc. es necesario sacar al drogadicto del grupo de individuos drogadictos que elige como grupo de pertenencia, ya que fácilmente se contamina en cuanto a nuevas drogas, y el deterioro físico, psíquico y social se acentúa. El tratamiento a nivel de una psicoterapia individual y grupal por las características de personalidad del drogadicto son importantes pero paralelamente también las actividades psicomotoras, deportes principalmente, ya que el drogadicto tiende a la inmovilidad y quietud por la tendencia a negar la realidad.

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