El Sistema Nervioso, formado básicamente por células nerviosas que llamamos neuronas, es el encargado de regular y controlar las funciones de todas las partes u órganos del cuerpo. Es el encargado de la percepción y de elaborar respuestas y órdenes; en definitiva, el que nos permite la relación con el entorno.
Las neuronas del cerebro son las responsables y encargadas de ir diferenciándose y especializándose en el control de funciones determinadas, para permitir el desarrollo de las capacidades de cada persona.
Con el desarrollo, “cada neurona aprende lo que ha de hacer”, cada área del cerebro controla una función para que podamos percibir, comunicarnos, razonar, movernos, etc.
2. El desarrollo motor
Así, el desarrollo motor es un complejo proceso que consiste en el despliegue gradual de las aptitudes motrices de la persona. Existen muchos centros y mecanismos que regulan y coordinan la acción muscular a distintos niveles. Podemos hablar de una organización jerárquica, de manera que los centros superiores controlan y regulan a los inferiores.
Al principio del desarrollo los movimientos son automáticos y poco especializados. El recién nacido lleva a cabo movimientos muy elementales y muestra numerosos reflejos. Con el tiempo, el desarrollo motor permite la evolución de esos reflejos, la ejecución de patrones de movimiento cada vez más complejos, finos y selectivos.
Aprendemos a voltear, arrastrarnos, sentarnos, mantener el equilibrio, manipular, erguirnos, caminar, etc. De la misma manera, con el desarrollo, vamos adquiriendo el resto de capacidades en todos los ámbitos de nuestra vida.
3. La Parálisis Cerebral
Los libros definen la P.C. como un síndrome, un conjunto de manifestaciones clínicas, provocadas por una lesión neurológica, ocurrida a nivel del Sistema Nervioso Central, antes de que éste complete su maduración. La lesión puede tener muy diversas causas, tiene un carácter irreversible y no es evolutiva. Supone una alteración de las funciones cerebromotrices, es decir, el tono muscular, la postura y el movimiento y habitualmente, afecta también a otras funciones superiores.
4. Una lesión neurológica a nivel del Sistema Nervioso Central
Dentro del Sistema Nervioso podemos hablar de distintas partes: el encéfalo, la médula espinal y los nervios. La P.C. ocurre cuando algo provoca una lesión de las neuronas del encéfalo, es decir, de dentro del cráneo.
Esa lesión acaba con un cierto número de neuronas, impidiendo su acción y alterando, por lo tanto, el desarrollo de la persona.
5. Antes de que éste complete su maduración
La mielina es una sustancia de sostén o protección que recubre las neuronas. Éstas completan su periodo de mielinización hacia el segundo o tercer año de vida. Para que podamos hablar de P.C. la lesión debe ocurrir antes de que concluya ese proceso.
Así, por ejemplo, una lesión neuronal a los ocho años de vida, a pesar de que se pueda parecer mucho en sus manifestaciones a una P.C., no es considerada como tal.
La P.C. ocurre durante la gestación, en el parto o en los dos o tres primeros años del desarrollo.
Es por esto que originalmente se hablase de “Parálisis Cerebral Infantil”, aunque con el paso del tiempo se ha hecho habitual referirse a este síndrome, simplemente como “Parálisis Cerebral”.
También es cierto que podemos encontrar textos y autores que consideran que la P.C. puede ocurrir y ser considerada como tal, durante los 5 o 6 primeros años de vida.
6. Puede tener muy diversas causas
Las causas que pueden originar esa lesión neurológica son muy diversas. Puede ser una infección intrauterina, una malformación, problemas durante el parto que provoquen asfixia o hemorragia intracraneal, enfermedades metabólicas, meningitis, intoxicaciones, traumatismos… La prematuridad y el consiguiente bajo peso en el nacimiento suponen un factor importante de riesgo.
En realidad, es difícil enumerar las causas potenciales de la P.C. y ciertamente, su importancia es relativa dado que, habitualmente, dicha causa queda atrás en el tiempo y lo significativo es la lesión que ha provocado y que condicionará el desarrollo de esa persona.
7. Con carácter irreversible y no evolutiva
Las neuronas que mueren no pueden recuperarse. Por eso decimos que la P.C. es una lesión irreversible.
Y también decimos que es una lesión no evolutiva porque el número de neuronas afectadas no aumenta. La lesión ocurre en un momento determinado de la vida que se supera y queda atrás en el tiempo. Con la desaparición de la causa, se establece una lesión que no es progresiva.
Sin embargo, hay que aclarar que las consecuencias de esa lesión permanecen toda la vida y se van manifestando de manera cambiante con el paso del tiempo.
Si la atención no es adecuada, las consecuencias de la P.C. pueden ocasionar complicaciones y dificultades que no son debidas a un aumento del número de neuronas afectadas, sino a la mala evolución de la lesión original.
Y aún habría que aclarar una última cuestión al respecto y es que, en ciertos casos sí se observa, en un determinado momento del desarrollo, un claro empeoramiento de la situación general de la persona como consecuencia de un agravamiento de su situación neurológica. Esto ocurre como consecuencia de la epilepsia, una de las alteraciones asociadas frecuentemente a la P.C. En ocasiones sobrevienen periodos de crisis severas y repetidas que sí causan daño neuronal y que pueden agravar y hacer empeorar de manera importante el estado de la persona.
Pero hechos todos estos matices y aclaraciones, podemos afirmar que la P.C. tiene un carácter irreversible y que la lesión original no es evolutiva.
8. Que supone una alteración de las funciones cerebromotrices
Ya hemos hablado de la especialización de las neuronas y del reparto de funciones entre las distintas zonas o áreas del cerebro. Así, por definición, la P.C. supone que la lesión neuronal afecta directamente a las áreas encargadas del control del tono muscular, la postura y el movimiento. La P.C. cursa siempre con una alteración del desarrollo motor, de las funciones cerebromotrices.
9. También puede afectar a otras funciones superiores
Además, puede que otras áreas del cerebro estén lesionadas también y nos encontremos con otras alteraciones que consideramos asociadas a la lesión original que determina la P.C.
Entre estas alteraciones asociadas podemos nombrar la discapacidad intelectual, las alteraciones de la percepción, de los sentidos, de la comunicación, del aprendizaje, del comportamiento y la epilepsia, entre otras.
Lo habitual es que ocurra esto y que la persona con P.C. se enfrente a otro tipo de alteraciones, además de las puramente motrices.
Así pues, dependiendo de la gravedad de la lesión, de su extensión y de su localización, nos encontraremos con unas u otras manifestaciones clínicas, alteraciones muy diversas y de muy distintos grados.
De ahí que sea frecuente referirse a la P.C. como un trastorno global. También es habitual escuchar que no existen dos personas con P.C. que sean iguales, esto es, que presenten las mismas alteraciones y manifestaciones.
Esta realidad nos llevaría a hablar, en la mayoría de los casos, de plurideficiencia. En otros países la nomenclatura distingue entre los casos en que la afectación es solo motriz y aquellos en los que se asocian otro tipo de alteraciones.
En España, el término de P.C. engloba un amplio abanico de posibilidades y suele ir acompañado en el diagnóstico, de diversas aclaraciones que describen y determinan con más exactitud qué tipo de alteraciones presenta cada persona. Así, un ejemplo de diagnóstico podría ser: P.C.I. (tetraparesia espástica, epilepsia y ceguera cortical).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario