jueves, 21 de octubre de 2021

Las adicciones y su relación con el fort-da.

 ¿Cómo trabajar con los pacientes y con los objetos de sus adicciones? La cuestión está en el consumo y no en el objeto del que se trata, qué relación arma ese sujeto con el objeto en cuestión. El psicoanálisis sostiene que el objeto no es el de la necesidad y en el consumo de sustancias lo vemos claramente: el paciente va en una vía de mortificación progresiva. En esa relación con el objeto (droga, comida, etc) la  pulsión de muerte se articula en el sujeto.

El objeto de la adicción es imaginario, pero está el lugar de un objeto simbólico. De manera que este objeto debe ser leído en relación a otra escena. No es lo mismo un objeto que otro, por supuesto, pues los distintos objetos tienen particularidades que los hacen preferibles en el caso por caso y el analista debe intentar comprender la relación particular que hay allí.

Los analistas buscan la relación en la otra escena pensando en el Edipo y en los primeros objetos que fueron importantes para ese sujeto, que no necesariamente se limitan a los padres. Nos preguntamos, entonces, ¿De qué característica se reviste esa relación al objeto? En las adicciones en general, encontramos movimientos de vaivén. El sujeto pasa por momentos complicados con la sustancia, mientras que en otros momentos prescinde de ella. Es algo del ir y venir, relación que en psicoanálisis se llama fort-da. El fort-da no se limita solo al juego del carretel del nieto de Freud, hay que tener en cuenta que en Más allá del principio del placer (1920) lo que se aborda fuertemente es el tema de la pulsión de muerte y el reordenamiento pulsional en términos del Eros y Tánatos.

El fort-da permite constituir en el interior del sujeto el objeto que es esa madre que va y viene. El fort-da está en la base de la posibilidad de hacer cualquier duelo, en tanto poder interiorizar un objeto perdido y no irse por el agujero de la pérdida. En las adicciones, el proceso del fort-da está interrumpido. Hay algo de ese Otro constitutivo que el sujeto cree que no puede tener ni hacerlo propio.

La neurosis se constituye mediante un proceso de alienación inicial al campo del Otro, para luego poder separarse. ¿Qué sucede cuando no se pudo tener ese primer objeto, o haber tenido un lugar en el Otro? ¿Y qué pasa cuando no puede separarase? Hay que pensar que en toda adicción se juega un punto de detención en el fort-da, donde lo que importa es el lugar del sujeto en relación al lugar del Otro. Allí donde el sujeto no logra desalienarse, por ejemplo, el objeto viene a cumplir esa función. En la adicción el sujeto está suspendido, porque no logra engancharse a ningún significante. 

El analista debe tratar de ubicar el lazo primario con los sujetos significativos del paciente para ver qué rasgos puede el sujeto apropiarse del Otro y elaborar el proceso detenido. Las marcas constitutivas suelen trabajarse en las granjas, poniendo a los pacientes al cuidado de animales, cultivos, ó algo que sea exterior a él. Se intenta que de esta manera ellos elaboren sus propias marcas, que muchas veces son del orden de lo mudo, en ese lazo. 

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