Se vienen las fiestas, un momento difícil para aquellos pacientes con consumo problemático de alcohol. Una de las salidas que estos pacientes suelen proponer es el consumo de bebidas sin alcohol, ¡Pero cuidado! No todo es tan simple.
La frecuencia de recaídas en adicciones severas causadas por dicho "no alcohol" ese elevada: las confusiones, los engaños (le invitan amigos de buena fe a que la prueben), factores de riesgo "invisibles", ó los excesos de confianza pueden ser más dañinos que el alcohol en bruto, en el caso de las adicciones severas.
Hay muchos casos de pacientes que llevan años de abstinencia y por consumir bebidas "sin alcohol" reviven toda la fijación que por años costó distanciar, regresando a su pecho tóxico. Se sueltan las amarras poco a poco, yendo directamente a la recaída. ¿Cuál es el fin de las bebidas sin alcohol? ¿Manejar sin que salga alcoholímetro? En nada ayuda a tratamientos en rehabilitación, solo es pan para hoy y hambre de mañana.
La bebida sin alcohol es, para alguien con consumo problemático, como regalarle una maquinita a escala de traga-monedas "sin para poner monedas" a una persona con ludopatía.
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