jueves, 3 de marzo de 2022

¿Educar para la paz?

Días convulsionados. Por estos días, la frase de María Montessori estuvo por todos lados, en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania:
«Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz.»

¿Educar para la paz? - se preguntan desde la cuenta @obscenaeslaviolencia. Y dice:
"Una escuela q canta el himno nacional y sigue enarbolando próceres no transversaliza la ESI.
Una escuela q es exitista y elitista no está trabajando con la potencia de cada sujeto para que dé lo mejor de sí. Una escuela con educación sexual integral e interseccional no postula idolatrías, ni fanatismos, ni evalúa con números a las personas, ni las hace competir por ser "el mejor compañero", o "sobresaliente", ni "el mejor esfuerzo". Eso solo logra incentivar ideales de éxito irreales a los que se accede mediante la violencia, perpetúa un paradigma meritócrata y capacitista, y lo peor: refuerza jerarquías de género y sexualidad, por lo que reproduce la heteronorma y la cultura de la violación. ¡Dejen de hablar de ESI en instituciones fascistas que aun mantienen a la religión, al nacionalismo y al autoritarismo adultocentrado como filosofía básica!

Por otro lado, se agregó el hecho de la mujer abusada por 7 varones a plena luz del día en el barrio de Palermo. Desde Varones Antipatriarcales, dijeron:
Basta de hacernos los giles. No importa dónde, ni cuándo.

La violencia incalculable y sistemática del patriarcado no conoce lugar ni hora. Otra piba fue violada, esta vez de manera multiple, por seis varones cis heterosexuales a plena luz del día, en la vía pública, en uno de los barrios más concurridos de la Ciudad de Buenos Aires.

Una publicación en redes dice que no violaron en manada, ni en grupo: “violan en equipo: cooperan, se turnan, hacen campana, tienen un objetivo en común, están organizados”. Con la misma fuerza y ganas con las que organizan el picadito, en equipo.

La impunidad que otorgan los privilegios por el solo hecho de ser varones hace pensar, que podemos satisfacernos a costa del cuerpo y el dolor de otra persona. No una, ni dos, ni tres, SEIS veces. Seis varones que pensaron que podían violar sin importar las consecuencias. Validando entre ellos su masculinidad, reafirmando, entre ellos, que la calle *y otros cuerpos* les pertenecen.

Los hijos sanos del patriarcado, hacen uso de la impunidad que les brinda el sistema. El patriarcado permea en todos los estratos sociales y culturales, en las familias, en las escuelas, como también en el Estado. Que tilda a los abusadores de locos o enfermos, cuando sabemos lo lúcidos que están cuando cometen atrocidades.

Esperamos que este hecho aberrante interpele a los varones. Que nos permita hablar de las violencias que ejercemos y de las que somos cómplices. No son monstruos, ni enfermos los que violentan, *SOMOS* VARONES, amigos, hermanos, familiares. Es hora de hacernos cargo y romper el linaje de la violencia.

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