En cierta ocasión, una fantasía sexual se me fue relatada: la fantasía de un hombre pinchándose del pie con una espina. Sabemos que los fetiches se protegen con uñas y dientes, de manera que si yo tuviera que suponer por qué alguien lleva una fantasía sexual a un análisis, diría que por un lado es porque se tiene suficiente confianza con su analista; por el otro, un interés en saber; finalmente, que el fetiche sea tan incómodo que aunque revista de placer, llevarlo a cabo es sumamente difícil o complicado.
Es el caso de la escena de la espina, que en el paciente revestía un alto nivel de erotismo, aunque era muy difícil conseguir pares con quien llevar a cabo el asunto. Obviamente el caso me interesó, porque los fetiches donde el olfato y la pulsión táctica están en juego siempre permite seguir investigando estas pulsiones menos populares, más cuando se trata del dolor, que en psicoanálisis es una pseudopulsión. Otra cosa interesante de este análisis en particular fue que atender este caso fue como recorrer un museo, o quizá una obra artística sobre el tema. El tema es que la espina en el pie es un tema de larga data, y esto fue lo que aprendí en este viaje:
1) A usar siempre calzado
2) Todo lo que sigue:
La siguiente escultura de mármol se denomina "Pan quitando una espina del pie de un sátiro", del Museo del Louvre en Francia.También está el grabado "Sátiro sacando la espina de un fauno" de Saenredam, Jan, dibujado entre los años 1590 y 1617.
También está "Estudio de Sátiro sacándole una espina del pie a una ninfa" de autor anónimo.
En un capitel de la portada occidental de Santa María del Azogue en Betanzos, datada hacia mediados del siglo XIV, un personaje extrae una espina del pie de un rústico tocado con caperuza, evocando a Pan sacando una espina del pie de un sátiro, una reinterpretación bizantina de un tema helenístico, que sólo encontramos a fines del siglo XII en la catedral de Sessa Aurunca (Campania) ilustrando el mes de marzo (como en los calendarios de la catedral de Parma, el baptisterio de Pisa y la fuente de San Frediano en Lucca, en otros casos aparece representado como un podador31, un simple espinario –en el mosaico de la catedral de Otranto, asociado con el signo de Piscis– o como un enigmático tañedor de cuerno).
Sabemos que febrero es el mes cojo por antonomasia y muchos folkloristas han señalado la aparición de figuras cojas en juegos y prácticas estacionales, demonios y animales tullidos salían durante las calendas de enero y el mismo diablo cojuelo animaba el carnaval35. En otro orden de cosas, la aparición del Niño Jesús sacándose la espina en algunas imágenes góticas de la Virgen estaría en relación con el valor metafórico de la espina relativo al pecado (María como responsable de la salvación del género humano).
«el estilo busca provocar una reacción que subvierte el significado iconográfico» pues el sátiro «no se puede explicar por un pasaje concreto de las Sagradas Escrituras, su sensualidad es difícil de circunscribir dentro de los comentarios morales de la exégesis cristiana, y su brillantez plástica subvierte varios clichés.
También dice algo interesante en el objeto puesto en cuestión, al proponer que el sátiro expande los límites de la visión al dominio del tacto, suscita una necesidad de palpar la escultura.
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