lunes, 4 de abril de 2022

Diario de un psicólogo en apuros: La espina en el pie del sátiro

En cierta ocasión, una fantasía sexual se me fue relatada: la fantasía de un hombre pinchándose del pie con una espina. Sabemos que los fetiches se protegen con uñas y dientes, de manera que si yo tuviera que suponer por qué alguien lleva una fantasía sexual a un análisis, diría que por un lado es porque se tiene suficiente confianza con su analista; por el otro, un interés en saber; finalmente, que el fetiche sea tan incómodo que aunque revista de placer, llevarlo a cabo es sumamente difícil o complicado.

Es el caso de la escena de la espina, que en el paciente revestía un alto nivel de erotismo, aunque era muy difícil conseguir pares con quien llevar a cabo el asunto. Obviamente el caso me interesó, porque los fetiches donde el olfato y la pulsión táctica están en juego siempre permite seguir investigando estas pulsiones menos populares, más cuando se trata del dolor, que en psicoanálisis es una pseudopulsión. Otra cosa interesante de este análisis en particular fue que atender este caso fue como recorrer un museo, o quizá una obra artística sobre el tema. El tema es que la espina en el pie es un tema de larga data, y esto fue lo que aprendí en este viaje:

1) A usar siempre calzado

2) Todo lo que sigue:

La siguiente escultura de mármol se denomina "Pan quitando una espina del pie de un sátiro", del Museo del Louvre en Francia.
También está el grabado "Sátiro sacando la espina de un fauno" de Saenredam, Jan, dibujado entre los años 1590 y 1617.


También está "Estudio de Sátiro sacándole una espina del pie a una ninfa" de autor anónimo.

La escultura del espinario pareciera referirse a un pastorcillo llamado Marcio, responsable de llevar un mensaje hasta los altos magistrados del Senado con tantísimo celo que sólo se detuvo a quitarse la espina que le martirizaba la planta del pie tras cumplir ejemplarmente su encargo.

La atractiva imagen del muchacho sacándose la espina, muy habitual en la escultura helenística (con brillantes ejemplos en los Museos Capitolinos, la Galería de los Uffizi, el British o el Louvre) y un simbolismo carente de negatividad, se transformó durante la Edad Media, adquiriendo una significado completamente diferente; pues el personaje, con la excusa de quitarse la espina de la planta del pie, muestra desvergonzadamente su sexo.

El Libro de vita beata del humanista soriano Juan de Lucena (impreso en 1483) habla del adulterio cometido por Paulina, una matrona romana que se quedó pasmada cuando contempló el desmesurado tamaño del solomillo de un criado que se quitaba una espina de la planta del pie: "Dizen los vulgares que, sacándose él un espina del pie, ella le vio su miembro tan desmarcado, y se ençendió tan brava, que por fuerça cometió con él adulterio; era criado suyo".

En La lozana andaluza (1528) del eclesiástico Francisco Delicado, la imagen identificada como un «adolescente apicarado» que había llegado hasta Italia descalzo y se entretenía sacándose una espina al sol para burlar el hambre.

 En un capitel de la portada occidental de Santa María del Azogue en Betanzos, datada hacia mediados del siglo XIV, un personaje extrae una espina del pie de un rústico tocado con caperuza, evocando a Pan sacando una espina del pie de un sátiro, una reinterpretación bizantina de un tema helenístico, que sólo encontramos a fines del siglo XII en la catedral de Sessa Aurunca (Campania) ilustrando el mes de marzo (como en los calendarios de la catedral de Parma, el baptisterio de Pisa y la fuente de San Frediano en Lucca, en otros casos aparece representado como un podador31, un simple espinario –en el mosaico de la catedral de Otranto, asociado con el signo de Piscis– o como un enigmático tañedor de cuerno).

Sabemos que febrero es el mes cojo por antonomasia y muchos folkloristas han señalado la aparición de figuras cojas en juegos y prácticas estacionales,  demonios y animales tullidos salían durante las calendas de enero y el mismo diablo cojuelo animaba el carnaval35. En otro orden de cosas, la aparición del Niño Jesús sacándose la espina en algunas imágenes góticas de la Virgen estaría en relación con el valor metafórico de la espina relativo al pecado (María como responsable de la salvación del género humano).

¿Cómo explicar la presencia del sátiro? Dice Hernando Garrido:

«el estilo busca provocar una reacción que subvierte el significado iconográfico» pues el sátiro «no se puede explicar por un pasaje concreto de las Sagradas Escrituras, su sensualidad es difícil de circunscribir dentro de los comentarios morales de la exégesis cristiana, y su brillantez plástica subvierte varios clichés.

También dice algo interesante en el objeto puesto en cuestión, al proponer que el sátiro expande los límites de la visión al dominio del tacto, suscita una necesidad de palpar la escultura.

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