miércoles, 13 de abril de 2022

La orientación de la estructura y las operaciones del analista

El objeto del psicoanálisis no es la imagen ni el organismo, ni los efectos del lenguajes que Freud llamó inconsciente... Sino todo eso articulado en la buena orientación.

Lacan dijo, en la conferencia de Caracas "Mis tres no son sus tres", refieriéndose a los tres de Freud y de él. El tema es que los tres de Freud son seis: consciente, preconsciente y inconsciente de la primera tópica; la segunda: ello, yo, superyó. 

La dimensión del yo en Freud se encuentra en el texto "Introducción al narcisismo" (1915), definiendo al narcisismo como algo que implica tener como objeto de amor al propio yo.

Respecto del cuerpo, Freud tenía dos palabras: insktint y trieb, siendo esta última la elegida para nombrar a lo que nosotros llamamos pulsiones. Hablar de pulsión es hablar de un cuerpo que no es reductible al organismo. Para Lacan, lo que produce a la pulsión no es sino una resonancia del inconsciente. Hablar de pulsión concierne al cuerpo, a las zopas erógenas, a una energía (según Freud) ó a lo real (según Lacan). Para Freud, las pulsiones son fuerzas ligadas al representante pulsional, que son las palabras que llegan del Otro. Ya no se trata de un puro instinto gestado en el movimiento de un organismo. 

Freud habló de las incidencias del lenguaje: planteó al inconsciente y sus formaciones: sueños, chistes, lapsus. También cuando habló del superyó y el ideal del yo. 

Con Lacan, cuando dice que sus tres no son los tres de Freud, se refiere a lo que es el algoritmo que regula su enseñanza a lo largo de toda su obra. Desde el inicio hasta el final, el paradigma lacaniano es el R-S-I: real, simbólico e imaginario. Tempranamente, Lacan señaló que la función del yo es una función de desconocimiento, lo que le valió su expulsión de la Internacional psicoanalítica.

En respuesta al desvío hacia registro imaginario de los analistas de su época, Lacan postuló que el inconsciente estaba estructurado como un lenguaje, refiriéndose a la lengua que hablamos. Allí introdujo conceptos de la lingüística estructural, especialmente de Saussure, como la distinción entre significante y significado. Trabajó durante muchos años la lógica que constituye el saber inconsciente. 

Lacan introdujo el concepto de sujeto, que en Freud no está. Un sujeto dividido entre consciente e inconsciente, entre significante y objeto a, un sujeto dividido entre lo que dice y lo que sabe. Habla también de un sujeto de la pulsión, un sujeto acéfalo que no gobierna a la pulsión mediante su consciencia. En tanto es pulsión y no instinto, está determinado también por la palabra del Otro, que está en los inicios del sujeto. Habla también del sujeto del fantasma, cuando articula la lógica del inconsciente, con los goces que ese inconsciente distribuye. Por último, cuando habla de la estructura, dirá que la estructura es el Nudo Borromeo, una escritura donde Lacan por primera vez utiliza la teoría de los nudos:
El nudo borromeo consta de tres anillos que representan lo real, lo simbólico y lo imaginario. Están anudados con la fórmula "por arriba del de arriba, por debajo del de abajo". Esto cumple con dos cláusulas:
1- Una restrictiva: ningún anillo interpenetra al otro.
2- Una prescriptiva: Si se corta un anillo y se separa, los otros también se separan.

Para Lacan, esta es la estructura real que nos habita. Un real compuesto por tres dimensiones, efecto de ser habitados por el lenguaje y que anudados determinan efectos. El primero de ellos es ser parletres, es decir, sujetos del inconsciente. El inconsciente, determinado por lo simbólico, se anuda a lo real y a lo imaginario. 

Muchos analistas plantearon una ruptura cuando lacan dijo "Mis tres no son sus tres", pero Lacan siempre se consideró freudiano. Según una escritura de Lacan, en el nudo podemos ubicar a la inhibición, el síntoma y la angustia dependiendo qué registro inmiccione sobre el otro:


Inhibición, síntoma y angustia
es uno de los textos clásicos de Freud. Lacan no produjo una ruptura con Freud, sino una extensión de la teoría psicoanalítica freudiana. También produjo desarrollos que cuestionaron a Freud, como el concepto de castración. Para Lacan, la castración no es reductible a la pérdida imaginaria del órgano. Para lacan, el falo no es un órgano, sino un significante. Desde la perspectiva de lacan, la castración no es una amenaza, sino una oportunidad. No se trata de la castración del órgano, sino de la castración del Otro que está en los orígenes del sujeto. De esta manera, la castración es tanto la prohibición del hijo de acostarse con la madre, así como también para la madre la prohibición de reincorporar su producto. Esta castración simbólica es liberadora del sujeto. 

Lacan utilizó los grafos en Las formaciones del inconsciente y en El deseo y su interpretación. Propongo un pliegue de ese grafo con el nudo borromeo de final de su enseñanza. El nudo tiene grandes beneficios, como mostrar que una vez constituida la estructura, los tres registros son imprescindibles y necesarios. Cuando Lacan abordó a las psicosis, siempre hizo el diagnóstico en base a la pérdida del registro imaginario. Para Lacan, los tres registros son los nombres del padre (en R-S-I).

Veamos el diagrama de flujo, un algoritmo que permite un recorrido desde una dirección específica hacia un resultado:


VIDA está en el campo de lo real. La muerte está en lo simbólico porque al contrario del signo, el significante remite a otro significante. En cambio, el signo remite a un significado y a un referente. Es decir, un significante puede nombrar a otro significante aún en ausencia del referente. Esto es lo propio de los humanos y no de los animales. El significante permite nombrar la ausencia, por eso puso "muerte", porque solo el parletre puede nombrar la ausencia y la ausencia extrema es la muerte. 

En lugar de la muerte está el LENGUAJE, para señalar que se trata del lenguaje que desde el inicio nos habita. El ser humano tiene una vida desde el inicio anudada al lenguaje y a la palabra, lo que tiene efectos. ¿Por qué no poner Lalengua? Porque Lacan utilizó ese neologismo para acentuar la lengua materna, pero puse LENGUAJE para poder sostener el algoritmo primero de Lacan cuando dice que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. también podría haber puesto lalengua, en tanto recibimos del Otro el software, que es el lenguaje. Lalengua quiere decir que nuestra madre nos transmite el lenguaje junto a sus deseos, sus prejuicios, sus dialectos, sus historias, sus marcas y sus goces. 

Del lado que dice VIDA puse ELLO, el lugar de las pulsiones y el matema lacaniano $◊D, que quiere decir sujeto acéfalo en relación a la demanda pulsional inconsciente que llega desde el Otro. En ese lugar del ello, ya tenemos una tesis muy importante: el instinto no es una fuerza hereditaria, sino que se trata de algo que se origina en el cuerpo marcado por el lenguaje. Lo que llega del Otro como información modifica nuestras cuerdas vocales, la relación con la lengua, y a partir de cierto momento es irreversible. 

¿Por qué el ello no es el inconsciente? El Freud, el ello es del cuerpo. Ahora, el pecho viene de alguien que lo da. Sabemos por las experiencias de Spitz que si alguien no da amor y desea al niño, ocurre el hospitalismo. La demanda del Otro, que puede ser un infierno, es también necesaria. La demanda tiene el valor de significar la existencia y de propiciarla. 

Del otro lado tenemos SUPERYÓ y la A. A es la inicial de Autre (Otro). SUPERYÓ está al comienzo y quien mejor lo trabajó fue Melanie Klein, que no está como heredero del Edipo cuando se resuelve. Freud en su obra puso muchas veces superyó-ideal del yo. Se dio cuenta que son dos conceptos distintos, pero los puso juntos. Lacan los distinguió. El superyó es cuando por primera vez el lenguaje llega desde el Otro, cuando ese lenguaje comienza a instalarse y todavía no tenemos los elementos para interrogarlo. El el lugar de los mandatos y muchas veces recibimos pacientes cuyo principal sufrimiento es que están atravesados por mandatos que no pueden liberarse. 

Del lado del ELLO, esas pulsiones son las que van a constituir las tentaciones. No es lo mismo una tentación que un mandatos, aunque en ambos casos está el goce. Lacan define al superyó como un goza-goza, lo que hizo que muchos creyeran que era lo mismo que la pulsión, porque si hay algo que caracteriza a la pulsión es la de ser un goce enlazado a un significante. Pero una cosa es la pulsión como tentación y otra cosa es el mandato, que al sujeto se le impone. 

Desde el ELLO y el SUPERYÓ, se avanza a un espacio central S(Ⱥ) INC, es decir, el inconsciente. S(Ⱥ): S es por significante y el Otro barrado. Si nos quedamos con Freud, el ello sería el inconsciente, porque Freud habla de la pulsión inconsciente, del inconsciente pulsional. Quien dijo que ello no era el inconsciente, es Lacan. Para Lacan, el inconsciente está estructurado como un lenguaje y la palabra clave es "como". El lenguaje que hablamos son fonemas articulados en palabras para producir frases. Es decir, el lenguaje está constituido por estructuras discretas. No está habitado por afectos, en el inconsciente solo hay vorstellung reprezentanz, o sea, representantes de la representación. Esto, en Lacan, son significantes. O significantes del signo, según Isidoro Vegh. 

El inconsciente se trata de un saber. Un saber un articulado de significantes. Existe el saber de la alquimia, de la metodología, de la física... Y existe un saber inconsciente. El conjunto de los significantes que constituye el inconsciente. La lógica del inconsciente es que al ser un conjunto de elementos discretos, cumple con la lógica de incompletud. El subconjunto vacío indica que hay por lo menos un elemento del conjunto que está por fuera del campo y no le pertenece. Eso que queda fuera del conjunto en lacan es el falo simbólico, el significante que al ser exterior al conjunto deja al Otro incompleto. Por eso, en el matema el Otro se encuentra barrado. Ese lugar de incompletud del Otro es el lugar que uno a sus inicios de la estructuración como sujeto tiene que retirarse. La castración simbólica del Otro es condición de la emergencia del sujeto del deseo, un sujeto que está habitado por un punto inconsciente, estructurado como un lenguaje y habitado por una falta. La falta propiciatoria impulsa al deseo, porque ¿Quién desea lo que ya tiene? Lacan admiraba a Spinoza, que propuso que el deseo era la esencia de lo humano y con ese afán de ser, el humano ama e inventa.

Los mandatos del superyó son tópicamente inconscientes, pero con Lacan el inconsciente, estructurado como un lenguaje, tiene la característica de incompletud, lo que implica que se han producido operaciones de pérdida de goce, como al dejar de ser el falo imaginario de la madre. Toda marca de la cultura implica pérdidas de goce. A este inconsciente lo llamo "colador del inconsciente", que deja fuera a los goces que parasitan al sujeto y lo liberan, de manera que en vez de estar sometido a los mandatos del superyó, pasa a constituir un ideal del yo. Es Lacan el que diferencia absolutamente al superyó del ideal del yo, que si no se convierte en idealización, es propiciatorio. Por ejemplo, un mandato puede ser "Tenés que estudiar", que si pasa por el colador del inconsciente puede constituir un ideal: "Sí, mi papá quería que yo fuera un ingeniero, pero yo no quiero serlo, me dedico a otra cosa". Deja de ser un mandato inexorable y que no se puede interrogar, sino que al interrogarlo y combinarlo con el deseo, se puede hacer otra cosa. Un an{alisis hace que el sujeto advierte que el deseo es lo que le da gusto a la vida, con los pequeños goces que se enlazan a él. Cuando los goces se desenlazan del deseo, son mortíferos.

Del inconsciente estructurado como un lenguaje, sale una flecha hacia el FANTASMA. Allí se articula el deseo. La fórmula del fantasma, $◊a, significa sujeto barrado en relación al objeto a. El objeto a en la teoría lacaniana se presenta de dos modos: plus de gozar o como causa de deseo. No es lo mismo el objeto del deseo, que puede ser cualquiera de la vida cotidiana, que el objeto causa de deseo. Si un objeto causa deseo, es porque está ausente, porque falta. En el fantasma, el deseo está articulado. 

Puede ocurrir, como vemos en la flecha que va del FANTASMA hacia el ELLO, que haya una inversión y que en lugar de que el analizante busque ese objeto que lo lleve al goce, se identifique al objeto de goce. Ocurre ahí una fixierung, una fijación. La fijación es a un objeto de goce y ahí el plus de gozar ya no es propiciatorio, pasa a convertirse en un goce parasitario. Un goce parasitario lo defino al goce que aparta al sujeto de su deseo. El ejemplo clásico son los consumos problemáticos.

En el diagrama de flujo, está el YO. De un lado está situado i'(a), que es lo que Lacan sitúa como la imagen especular y del otro lado la m de moi, en francés "yo". Es lo que Lacan introdujo en el Estadío del Espejo. El espejo, en el modelo óptico que Lacan trae, quiere decir el cuadro en el que el sujeto se constituye ante la mirada del Otro. Es como el Otro primordial me ve que constituyo mi yo. Muchos pacientes, aún siendo neuróticos, tienen una fragilidad yoica. Algunos de los pacientes descritos como borderline por la escuela americana tienen una fragilidad yoica que les dificulta los encuentros afectivos, los lazos de amistad, situar un anclaje para su deseo.

Del YO pasamos al s(A). La s significa significación en relación al Otro. Se trata del MENSAJE, el lugar desde donde el analizante habla. Se dirige conscientemente hacia un OTRO, del que también recibe el lenguaje. Al paciente se le pide que hable, pero para hacerlo necesita estar habitado por el lenguaje, por eso las flechas van de un lado hacia el otro. Lacan dio el aforismo de que el sujeto encuentra su mensaje invertido del lugar del Otro, le llega del Otro. Esto quiere decir que un analista va a escuchar un flujo de lalengua. Muchos analistas piensan que lalengua se opone al lenguaje, cosa que Lacan desmintió al decir que al hablar de lalengua no lo iba a hacer desistir del inconsciente estructurado como un lenguaje que la habita. 

Tenemos que distinguir lo que llega a ese lugar del MENSAJE, que pasó por el colador del inconsciente. Eso que pasó, puede haber sufrido una regresión, que son las flechas que van hacia abajo. El IDEAL DEL YO puede hacer una regresión a un mandato, el FANTASMA puede invertirse del lugar de donde se articula un deseo hacia un retorno a la demanda pulsional del Otro. Esto se puede interpretar simbólicamente, lo que pasó por la castración simbólica. Ahora, lo que nunca pasó por el colador del inconsciente (las flechas que salen del ello hacia arriba sin pasar por el inconsciente, o las flechas que van hacia arriba sin pasar por el inconsciente) hace a la interpretación simbólica inútil. Se trata de fijaciones primarias, constituidas en tiempos donde no había un sujeto que interrogue. 

Todo lo primario en Freud (identificación primaria, represión primaria, narcisismo primario, masoquismo primario) es anterior a la relación de objeto. El gran error en la historia del psicoanálisis fue creer que eso era sin Otro. En realidad, no hay relación de objeto porque no hay sujeto, es decir, lo que llegó del Otro aún no pudo ser interrogado y no se puede sustraer eso que llega como tentación o como mandato, convirtiéndose en goces parasitarios. Allí el analista debe hacer otro tipo de intervenciones. Por ejemplo, algunos chistes son una forma extraordinaria de llegar al inconsciente, porque la cuota de placer que tienen los chistes hace que haya menos resistencia. El chiste no es una interpretación simbólica, sino que va por el lado de lo imaginario y puede tocar algo de lo real. Las intervenciones imaginarias son tan válidas como las demás. 

Fuente: Notas de Conferencia Virtual dictada por Isidoro Vegh, titulada "La orientación de la estructura y las operaciones del analista". Forma parte del Ciclo de Conferencias 2022 "Desafíos en la clínica. Herramientas para la práctica", de la Institución Fernando Ulloa.

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