miércoles, 10 de agosto de 2022

La depresión ¿Por qué se produce el aplastamiento del ánimo?

Como psicoanalistas resulta fundamental capacitarnos y contar con las herramientas clínicas para ayudar terapéuticamente a los sujetos que sufren depresión, procurando eficacia clínica.

La previa...
Testimonios que causaron impacto social sobre la depresión

Personajes del mundo de la actuación, el deporte, la literatura y la política. Nadie queda libre, exento, de sufrir está problemática tan sufriente, que afecta a gran parte de la población. Conocé a continuación los testimonios de su vivencia con la depresión.

Testimonios:

1- “Es algo que suena en el alma, es inexplicable, te pesa. Tenés ganas de no estar, de no sentir ese dolor y no te importa si sos famoso o no, si tenés gente que te quiere o no."
Roly Serrano

2- “Fue un momento complicado en el que ya no me reconocía, donde me sentía más pequeña, casi insignificante. Sentí una profunda y auténtica tristeza.”
Angelina Jolie

3- “Mi imposibilidad de comunicación con los otros. Mi soledad absoluta. Mi sensación de ser inferior física e intelectualmente.”
Alejandra Pizarnik

4- “Hay momentos en los que me siento absolutamente inútil, me apago por completo. Tengo esta ira por dentro. Más de una vez grité en voz alta: ‘¡Ojalá no fuera yo!’.”
Michael Phelps

5- “Tienes un deseo: morir. Y una esperanza: no morir.”
Alfonsina Storni

6- “Cuando sientes que nadie te escucha, todo tipo de cosas suceden. Te despiertas por la mañana sintiendo que no quieres levantarte de la cama, te sientes incomprendido y te sientes muy, muy mal contigo mismo.”
Lady Di

5 mitos sobre la depresión
La depresión se considera un padecimiento muy conocido, pero realmente ¿cuánto sabemos sobre este cuadro clínico? A continuación te contamos algunos mitos frecuentes

1° MITO: “Depresión es estar triste”
La depresión es un cuadro clínico en donde se manifiestan varios síntomas, además de la tristeza
. Repliegue sobre sí mismo, con recurrentes pensamientos negativos
. Pérdida del deseo
. Sentimiento de culpabilidad
. Trastornos del sueño, de la alimentación y/o cognitivos
. Pensamientos de muerte y suicidio

2° MITO: “La depresión la padecen las personas débiles”
Este es un cuadro muy frecuente, tal que se lo considera la “enfermedad del siglo”. Suele ser silenciado por vergüenza del sujeto o del núcleo familiar. Esto produce una encerrona y un padecimiento cada vez mayor.

3° MITO: "La depresión se cura con fuerza de voluntad"
La depresión es un estado anímico en donde el yo del sujeto está principalmente afectado, con baja autoestima y anestesia del deseo. Una de las funciones que se encuentra cancelada es el interés por el mundo y la inhibición de la voluntad.

4° MITO: “La depresión sólo afecta a personas adultas”
La depresión puede presentarse en cualquier edad, incluso en el bebé, en la infancia y/o adolescencia.
Por ejemplo, síntomas de depresión en un lactante son:
. No responder a los estímulos ofrecidos
. Falta de sonrisa
. Dificultades en la alimentación y/o en el sueño
. Inhibición en la iniciativa

5° MITO: “La depresión se padece de por vida”
Hay una salida. La depresión es tratable por medio de la psicoterapia, que en ocasiones se combinará con un tratamiento farmacológico suministrado por un psiquiatra.

En la depresión, se tratará -vía la palabra- de ayudar al paciente a elaborar una pérdida (de una persona, la salud, el trabajo, la juventud). Dicha pérdida se vive como inaceptable, al punto que le quita al sujeto las ganas de vivir y lo pone cara a cara con la muerte.

🠟Conferencia🠟
El sábado 6/8/22, el Mag. Sebastián Salmún dictó el Taller Clínico titulado "La depresión ¿Por qué se produce el aplastamiento del ánimo?". A continuación, las notas sobre el taller:

A la depresión hay que abordarla bajo una lógica: por un lado, desde lo colectivo; por el otro, lo individual. En 1921, Freud recuerda que toda psicología es a su vez individual y colectiva. En la depresión hay algo de la época ligado a lo individual. ¿Puede la época marcar las causas de las depresiones? Los pacientes muchas veces se presentan diciendo que están deprimidos. Hay una especie de popularización del término.

En psicoanálisis no conviene hablar de La depresión, sino de depresiones. En psicoanálisis, los fenómenos se presentan multívocos, singulares, de ahí la importancia de darle la palabra al paciente. En esta ocasión, veremos los estados depresivos en las neurosis y no a las melancolías. La depresión es un cuadro, que puede cambiar de forma y trasmutar hacia otro estado mediante el trabajo analítico.

La época, etimológicamente, se refiere a la estación del tiempo. ¿Cuáles son las marcas de nuestro tiempo que causan las depresiones? Por otra parte, etimológicamente la depresión se refiere al hundimiento en sentido moral. Lo que decae, se aplasta. 

En la neurosis, la depresión se presenta con variaciones en el humor que trae decaimiento, ausencia de ganas, dificultad para investir al mundo en términos deseantes. Anhedonia, falta de deseo, cierta tristeza, indiferencia con el mundo exterior. Trastornos en el sueño, dificultades cognitivas. Incluso pueden aparecer ideaciones suicidas. En Duelo y melancolía, Freud habla de la revuelta de la vida anímica. ¿Pero qué es lo que la afecta?

Notamos que el aplastamiento interfiere con el trabajo de elaboración. En las supervisiones los analistas se quejan de la impotencia que a veces generan estos estados en los pacientes, donde es difícil intervenir. El estado de ánimo depresivo y esta impotentización se transfiere al espacio con el analista. Hay una inercia en las depresiones "Soy así...", "Estoy así...", una superficie en las palabras difícil de horadar. Tenemos la idea de lo real como aquello que vuelve siempre al mismo lugar, el más allá del principio de placer, que por supuesto no es algo voluntario sino algo que los excede y produce padecimiento. El analista, por otra parte, impone un trabajo, para intervenir esa producción de goce, que son los estados depresivos.

¿Qué hace un psicoanalista con las depresiones, cómo interviene? Los aplastamientos del ánimo surgen en circunstancias que tienen que ver con una pérdida, una desilusión, que causa la caída del narcisismo, una herida. Ubico en mi clínica dos series de eventos que pueden producir estos estados:

1- La psicopatología de la vida cotidiana: rupturas amorosas, fracasos laborales, peleas familiares, muertes, entre otros.

2- Eventos imprevistos: accidentes de tránsito, la pandemia, etc, donde también se juega la pérdida. Juan David Nassio, en uno de sus últimos libros, dice que la depresión es la pérdida de las ilusiones. 

Las depresiones son reacciones anímicas a diversas pérdidas. Dichas pérdidas, en lugar de ser elaboradas por el trabajo del duelo, quedan congeladas en un impasse. De esta manera, el duelo queda patologizado. La depresión es un tiempo sin tiempo, una suerte de inmovilización. En lugar del duelo, aparece el hundimiento del estado de ánimo. Una pérdida que se sigue produciendo y no termina de constituirse como tal.

Lacan dijo que la inhibición era un síntoma en el museo. Podemos pensar que los estados de ánimo con tinte depresivo son "el duelo en el museo". Lo que el analista tiene que construir, en esa historia, ese evento sin fecha que sigue sucediendo. El que llora por la leche derramada... sigue derramando leche. Por efecto de esa paralización del trabajo de duelo, aparece el estado de ánimo depresivo.

A nosotros nos interesa saber qué de la época interfiere con las cuestiones temporales. En esta época los tiempos son intolerados, con un empuje a la inmediatez. Además, la época también impone que hay que resolver de una vez y para siempre, que esa es la fórmula de la felicidad. ¿Cómo hacerle tiempo a la elaboración de un duelo? El apresuramiento, el endeudamiento, la realización a través del consumo, ¿Qué lugar para la temporalidad, si todo es el momento actual?

La clínica de las depresiones también tocan los ideales, que en este caso no han podido ser subjetivados por el paciente para poder tomar decisiones:

"El ideal del yo, por su parte, interviene en funciones que a menudo son depresivas, incluso agresivas con respecto al sujeto".
(Jacques Lacan, El seminario, 5, Las formaciones del inconsciente, Ed. Paidós).

En Televisión, Lacan hizo referencia a la "cobardía moral" en las depresiones. Hay que tener cuidado con este término, porque no se trata de un término peyorativo ni de una descalificación, sino un instrumento para pensar estos estados, eternizados en el tiempo presente. La cobardía moral que padece el hablante en estado depresivo es ese lugar que interfiere con un acto (ligado al deseo), inacción, impotentización. Hace poco se armó una discusión sobre esto entre colegas, en la arena pública. La cobardía moral no es algo peyorativo, sino una moral -que nos dice lo que tenemos que hacer- de la cobardía en el hacer. Cobardía moral en sentido de la búsqueda de investidura libidinal del mundo, donde la ética del deseo queda fuera de lado. 

Caso M
M es un joven varón de 30 años. Consulta por aquello que él llama depresión, con un discurso de queja e impotencia. Corporalmente, se veía fatigado, cansado. En las entrevistas preliminares cuenta acerca de su familia. Al tiempo dice, igual de apesadumbrado que como vino "No voy a venir más, me parece que esto no me sirve, no tengo ganas de hacer nada". 

Los pacientes con depresión se quejan de su padecimiento actual, su dolor les impide hacer una autobiografía. Frente a lo trágico, estos pacientes no suelen tener la capacidad de narrar. A veces los analistas nos preguntamos qué no escuchamos, sin preguntarnos qué escuchamos de más. Pareciera que a veces siempre escuchamos lo mismo. ¿Cómo varía esa escucha? El analista debe oponer una narrativa activa a partir de la construcción de la historia.

M habla de que no tenía ganas de levantarse a buscar trabajo, de lavarse la cara, que busca excusas para no hacerlo, que el único lugar que se siente protegido es la cama. 

El analista toma esta palabra, protegido, que implicaría un ataque y una defensa. El paciente asocia con un proyecto laboral que no había sido elaborado. A partir de esta desilusión de precipitó el estado depresivo.

Armando un poco la historia de él, se pueden ver las causas de ese estado actual. El analista debe hacer uso de la construcción y la historización. Las interpretaciones, sobre todo en las primeras entrevistas, suelen caer en saco roto. Las construcciones, en cambio, permiten situar ciertas referencias históricas, ciertas huellas a partir de las cuales el hablante puede orientarse respecto a lo que le pasa. 

En M encontramos una pérdida anterior, que quedó inmovilizada. En su pubertad, que es una época de duelos, perdió a un familiar importante a partir de la cual se genera un cierto desamparo por parte de sus padres. En pleno despertar de la primavera, le acontece un otoño interminable. Este duelo no resuelto, es el que reedita a partir de pérdidas actuales. Se trata de un dolor en el psiquismo que no cesa de inscribirse.

Esta coordenada le permite a M reubicarse. No es esta "La causa" de su depresión. de hecho, se hizo uso de la psicofarmacología para darle cuerpo a ese cuerpo vencido, paralizado, vencido. A los analistas no nos interesa el "anti-depresivo", sino el "antes de lo depresivo". Nos interesa la historia para poder ubicar qué estaría causando ese malestar. No vamos en contra de lo depresivo, sino que lo alojamos para poder historizarlo, buscar determinados determinantes, huellas que permitan ubicar coordinadas. Es importante buscar fechas puntuales, duelos puntuales y que no todo es un duelo infinito.

 Construcciones en psicoanálisis y Recordar, repetir, reelaborar son son textos que nos permiten pensar esto de hacerle lugar a lo acontecido para permitir una reinvención, un hacer diferente.

Caso J
J aparece en las primeras entrevistas acompañada por un familiar, pues no se podía desenvolver de manera autónoma en la vía pública. Se presenta como deprimida, que está mal, que piensa en tirarse frente a un colectivo, pero que no eso puede hacer.

Como en otros casos, la producción incesante de lo mismo hace que durante las primeras entrevistas, ella solo se refiera a su sufrimiento. "Quiero estudiar y no se qué, pienso todo el día en que no me decido y que no me voy a recibir". Se puede pensar, en este caso, en la cobardía que antes veíamos. En algún momento del tratamiento, el analista le dice que era tiempo que se decidiera, a la manera de un corte, en el sentido de que probara para hacer la experiencia, socializar, etc.

Finalmente ella se decidió por una carrera, aunque no le fue muy bien. No obstante, fue un movimiento que posibilitó desarticular ese incesante punto de no saber. 

La historización de la vida de J se trabajó en las diferencias en el no saber. Por ejemplo, no es lo mismo no saber qué estudiar que cómo estudiar. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario