sábado, 8 de octubre de 2022

La bulimia no es un atracón

La bulimia es una problemática clínica que se caracteriza por períodos en que se come compulsivamente, seguidos de otros de culpabilidad y malestar, con provocación del vómito. Nos muestra -en acto- una vulnerabilidad narcisista, que se ubica especialmente en el tiempo de la pubertad y la adolescencia.
Gabriel García Márquez escribe en “Crónica de una muerte anunciada”:
“Comer sin medida fue siempre su único modo de llorar, y nunca la había visto hacerlo con semejante pesadumbre”.

Esta es la forma que encuentra el poeta de transmitir que el comer sin freno, de manera escondida y sin mediar el lazo social, equivale a un sufrimiento que no puede enlazarse a la palabra.

Desde el psicoanálisis entendemos que la bulimia es una presentación clínica de una subjetividad que demuestra enormes dificultades -a nivel intrapsíquico- para poner un límite a la demanda excesiva del Otro de los cuidados.

El vómito -compulsión que le sigue a la ingesta sin medida- es un intento de poner un límite a la “obediencia” del sujeto con respecto a la demanda desmedida del Otro primordial.

Punto clave: Una forma de decir “no me como todo lo que me demandas”

Intentar modificar a toda costa lo que aparece como una conducta alimentaria anómala, empeora la problemática porque deja sin interrogar la posición subjetiva de “obediencia muda” al Otro de la demanda.
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Las presentaciones como la bulimia deterioran la calidad de vida de quien las padece y, en casos agudos, pueden ocasionar la muerte. Provocan problemas de autoestima, dificultades en el colegio, en el trabajo, con la familia y la sociedad.

Su tratamiento es muy complejo. Por eso, te compartimos algunas recomendaciones…

5 consejos: 

1- Tener cuidado con el vocabulario
Intentemos hablarle al paciente en términos de lo que puede resultarle “riesgoso” para su salud, y no en términos absolutos de “belleza/fealdad”, “delgadez/gordura”, “correcto/incorrecto”.

2- Evitar abrumar al paciente con preguntas excesivas
Los pacientes que padecen esta problemática están acostumbrados al control continuo de su alimentación, por parte de un entorno preocupado. Suelen reaccionar negativamente a toda acción que entiendan como intrusiva.

3- Las interpretaciones clásicas suelen ser rechazadas

Por el contrario, resultan útiles las construcciones del analista (poner palabras allí donde el paciente no puede) y toda intervención que apunte a que el sujeto se sienta escuchado, reconocido y comprendido. 

4- Intentar pasar de la acción a la palabra

No se trata de poner cadenas en la heladera, sino de dejar que la palabra fluya. Ver qué sentido existe detrás de ese "comer y expulsar lo que se come" y dar espacio al sufrimiento de esa persona.

5- Tener paciencia
Estos pacientes suelen demostrar malestar cuando el analista intenta abrir la historización y ubicar las posibles causas. Es fundamental otorgarles el tiempo que necesitan, y alojarlos con paciencia y amorosidad.

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