La bulimia es una problemática clínica que se caracteriza por períodos en que se come compulsivamente, seguidos de otros de culpabilidad y malestar, con provocación del vómito. Nos muestra -en acto- una vulnerabilidad narcisista, que se ubica especialmente en el tiempo de la pubertad y la adolescencia.
Gabriel García Márquez escribe en “Crónica de una muerte anunciada”:
“Comer sin medida fue siempre su único modo de llorar, y nunca la había visto hacerlo con semejante pesadumbre”.
Esta es la forma que encuentra el poeta de transmitir que el comer sin freno, de manera escondida y sin mediar el lazo social, equivale a un sufrimiento que no puede enlazarse a la palabra.
Desde el psicoanálisis entendemos que la bulimia es una presentación clínica de una subjetividad que demuestra enormes dificultades -a nivel intrapsíquico- para poner un límite a la demanda excesiva del Otro de los cuidados.
El vómito -compulsión que le sigue a la ingesta sin medida- es un intento de poner un límite a la “obediencia” del sujeto con respecto a la demanda desmedida del Otro primordial.
Punto clave: Una forma de decir “no me como todo lo que me demandas”
Intentar modificar a toda costa lo que aparece como una conducta alimentaria anómala, empeora la problemática porque deja sin interrogar la posición subjetiva de “obediencia muda” al Otro de la demanda.
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Las presentaciones como la bulimia deterioran la calidad de vida de quien las padece y, en casos agudos, pueden ocasionar la muerte. Provocan problemas de autoestima, dificultades en el colegio, en el trabajo, con la familia y la sociedad.
Su tratamiento es muy complejo. Por eso, te compartimos algunas recomendaciones…
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