viernes, 28 de octubre de 2022

Sobre no disfrazarse en las fiestas de disfraces.

El otro día hablaba con una amiga sobre las fiestas de disfraces. Y salió el tema de que en una fiesta de disfraces, se pueden ver aspectos ocultos de las personas. Justamente, porque como el disfraz distorsiona las identidades, da lugar a los tan conocidos desbordes de los carnavales. Uno puede, en una de estas fiestas, notar creatividad en quien se pensaba estructurado. O puede detectar seducción e histrionismo en personas que normalmente parecen calladas y reservadas.
Tal como es mi caso.

Y por supuesto, siempre tendremos a los semi-disfrazados. ¿Qué tienen para decirnos estos personajes? Los semi-disfrazados son la gente que acude a estos eventos con:

1) El pijama, diciendo "soy yo cuando me despierto".
2) Algún elemento de cotillón, seguramente, un sombrero conseguido de algún casamiento.
3) Una remera blanca que diga "disfraz".

Los semi-disfrazados se aparecen en todas las fiestas habidas y por haber. ¿Por qué no? Resultan opciones graciosas. Baratas. Prácticas. Te dan la capacidad de decir que estás disfrazado para no parecer aburrido. Y cuando la noche termina, no hay que sacarse el maquillaje ni desarmar el disfraz.
Mi cara al saber que para sacarme el maquillaje de la pendeja de El Exorcista iba a tener que usar aceite vegetal.

¿Cuál es el problema?

Si sos de los que jamás se disfrazan, estás partiendo de 2 puntos. Por empezar, realmente estás intentando ser gracioso. El problema es que una fiesta de disfraces es una forma terrible de expresar el humor. El 99% de los semi-disfraces producen, como mucho, una risa de cortesía cuando le explicás a los demás lo que quisiste hacer. Es una broma que dura 5 segundos, pero es el "disfraz" que vas a usar toda la noche. Y luego estarán por siempre en los álbumes de fotos de Facebook de tus amigos. Lo cual te hará explicar tu gracia una y otra vez, por la misma risa de compromiso, por siempre.

La segunda razón es que te importó un carajo prepararte e hiciste el menor esfuerzo para pretender que te disfrazaste para la fiesta de disfraces, quizás, para sacarte a la gente de encima. Porque sos esa clase de personas imposible de descentrarlas de su propio ombligo, y sobre todas las cosas, odiás la idea de compartir la idea de diversión de otras personas.

Demostrar no poder adaptarse, de ser rígido y poco flexible es algo que espanta a la gente, porque se piensa en inseguridad y en autoestima de cristal. ¿Qué pasa, tenés miedo de que alguien te vea disfrazado... para una fiesta de disfraces?

Sí, realmente todo esto te hace muy gracioso. Todos vamos a estar para vos en caso de que nos necesites. Para el resto de los invitados que sí se disfrazaron, tu salida fácil te hace ver no solamente como inseguro, sino como ventajero, porque ahora todos piensan que apareciste únicamente para tener una salida gratis. La fiesta significa tan poco para vos, que no pudiste siquiera gastar 10 minutos de esfuerzo para ponerle onda al anfitrión o a los demás invitados.

Podría haber sido sido aún más gracioso si hubieras invertido tiempo en construir un disfraz de dedo mayor gigante y dicho a todo el mundo "Fuck you, mierdas" durante toda la noche.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario