Dijo Jacques Lacan, Seminario 6, El deseo y su interpretación:
"El sujeto, cuando habla ¿acaso sabe lo que hace? (...) A esa pregunta, Freud responde: No."
Los seres humanos creemos que sabemos lo que pensamos, lo que decimos y lo que queremos. Freud fue aquel que desmintió este engaño del Yo y demuestra que hay un saber inconsciente que habla en nosotros a través de actos fallidos, de sueños y de síntomas y que guía nuestro discurso sin pedirnos permiso.
El espacio analítico es el más adecuado para que algo de lo no sabido salga a la luz y sea atendido e interpretado de modo que, con suerte, algo de la sintomático en la vida de alguien cambie y deje de hacerle sufrir.
Esta división subjetiva y falta de saber no es llevada nada bien por nuestro narcisismo y tampoco por la ciencia, que no tolera la existencia o la realidad de cosas que no puede medir y observar. Es principalmente por esto que el psicoanálisis sigue siendo una teoría poco aceptada en la universidad y otros espacios sociales.
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