La Angustia es un afecto que, en la mayoría de las veces, impacta en el cuerpo. Del latín: “angustus”, se refiere a “un desfiladero o abismo profundo o estrecho”. Los modos más frecuentes en los que suele presentarse en la clínica son:
a) Angustia Traumática
b) Angustia Señal
a) Angustia Traumática
La Angustia Traumática es la más primaria -se corresponde al tiempo inicial de la estructuración subjetiva-. Está compuesta por un montante pulsional de tal intensidad, que produce en el aparato psíquico un desborde.
En el momento que irrumpe en el sujeto, esta Angustia Traumática no puede ser procesada por ninguna defensa psíquica.
Este “ataque pulsional” tiene lugar en el cuerpo, sin ligarse a ninguna representación-palabra, y se expresa con: palpitaciones. opresión y dolor en el pecho, sudoración, dolores abdominales. En la actualidad se la conoce como: Ataque de Pánico.
En estas Crisis Traumáticas, el sujeto se desarma, se desorienta, experimentando un “real desamparo” y devastación subjetiva.
Está posicionado -fantasmáticamente- como objeto del Otro, sin poder hacer un síntoma psíquico, menos que menos puede asociar su posición mediante alguna representación-palabra.
Al momento de la irrupción de la Crisis de Angustia, el Otro que habita al sujeto no está atravesado por la castración: Falta la Falta. El sujeto experimenta con sumo terror ser devorado por lo que J. Lacan refiere, a modo de metáfora, como “la boca del cocodrilo”: el Otro sin barrar.
B) Angustia Señal
La Angustia Señal es un afecto por el cual el sujeto se defiende de su deseo, a través de síntomas conversivos (en la histeria), de síntomas obsesivos (como la duda e inhibición en la neurosis obsesiva) y/o síntomas fóbicos (preventivos y evitativos).
En la Angustia Señal, el montante pulsional se liga en el aparato psíquico a representaciones-palabras, por lo cual el sujeto puede hablar a partir de sus síntomas y a través de lo que de los mismos puede asociar e historizar -vínculo terapéutico mediante-.
La Angustia Señal -que se produce en el Yo del sujeto- es un aviso anticipatorio, que le anuncia, al nivel de su fantasía inconsciente -fantasma-, que se halla en una posición pasiva, ofertándole al Otro un objeto (oral, anal, fálico, escópico, voz) para taparle su castración. Dicho objeto ha sido recortado por el sujeto a nivel de su realidad psíquica.
La Angustia Señal le advierte al sujeto dos cuestiones fundamentales: Por un lado, le hace saber que se está defendiendo de su propio deseo, con la finalidad de obturar la falta en el Otro.
Por otra parte, sentir esta angustia, coloca al sujeto ante la “enorme posibilidad” de atravesar ese “umbral incestuoso”, en donde está colocado como objeto del Otro, para constituirse como sujeto de su propio deseo.
La Angustia Señal surge, entonces, cuando la libertad se anuncia, pero nada la asegura. - Søren Kierkegaard
Diferencias clínicas fundamentales entre la Angustia Traumática y la Angustia Señal:
Cuando el sujeto atraviesa por la Angustia Traumática, su deseo está suspendido, también su palabra. Sólo aparece en el escenario de la vida y el cuerpo su indefensión, el desamparo y la catástrofe subjetiva.
Cuando el sujeto atraviesa la Angustia Señal, se sostiene en un deseo, del cual se defiende. Si bien este deseo aún no se manifiesta como acto, el sujeto puede construir un síntoma, hablar, asociar y armar un vínculo transferencial con su terapeuta.
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