Freud leyó a Pavlov detenidamente, quizá más que muchos conductistas de la época. Un ejemplo concreto en Pavlov:
«Si al repetir estos experimentos y modificarlos convenientemente encontramos una confirmación de lo que acabamos de decir, entonces quizá por su mediación podremos hacer alguna luz en los oscuros fenómenos de nuestro mundo subjetivo, por lo que se refiere a la relación entre lo consciente y lo inconsciente. Estos experimentos demostrarían que una función cortical, tan importante como la síntesis, puede realizarse también, en las porciones de los hemisferios cerebrales que se encuentran sometidas a un cierto grado de inhibición bajo la influencia de una enérgica excitación que domine a la corteza cerebral en el momento dado. Si bien la actual actividad sintetizante puede no penetrar en nuestro campo de conciencia, la síntesis, sin embargo, puede tener lugar, y bajo favorables condiciones, puede entrar en el campo de la conciencia como un eslabón ya formado, pareciéndose al originado espontáneamente.»
Es clara la influencia de Pavlov en Freud. Pavlov estuvo bastante adelantado a las escuelas Conductistas que siguieron, Watson y posteriores retrasaron los mejores descubrimientos de Pavlov. Cito ejemplos de su obra que poco o nadie lee (ni tampoco conductistas mismos), donde Pavlov elabora sobre histeria, lenguaje, inconsciente e hipnosis:
«La palabra proporciona estímulos que exceden en riqueza y delicadeza a todos los demás, no permitiendo una comparación, ni cualitativa ni cuantitativa con los estímulos condicionados que son posibles en los animales. La palabra, gracias a la rica experiencia del hombre adulto, está ligada con todas las excitaciones internas y externas que llegan a la corteza cerebral, siendo la señal de todas y reemplazándolas, y por esta razón puede provocar en el organismo todas las acciones y todas las reacciones de aquellas excitaciones. Nosotros podemos considerar, por consiguiente, la sugestión como la forma más simple de los reflejos condicionados típicos en el hombre.»
En esta cita, encontramos un concepto muy cercano a la huella mnémica de Freud:
«El gran número de estímulos que la palabra puede reemplazar, explica el hecho de que nosotros podamos sugerir a un sujeto hipnotizado las más diferentes actividades, y podamos influir directamente sobre la funcionalidad de su cerebro. En realidad, el sueño es una excitación, debida a la huella dejada por antiguos estímulos, mientras que la sugestión es un estimulo poderoso e inmediato. Además, la hipnosis depende de una intensidad menor de inhibición que el sueño. La sugestión, por consiguiente, es doblemente efectiva.»
Sobre la sugestión, Pavlov dice:
«Todavía más; la sugestión, como un estimulo es breve, aislada y completa, y, por consiguiente, vigorosa, mientras que los sueños son, en general, cadenas de varias, inconscientes y antagónicas huellas de estimulo. El hecho de que es posible sugerir a un sujeto hipnotizado cosas contradictorias y provocar reacciones contrarias a las que debieran dar las excitaciones, como, por ejemplo, un sabor dulce provocado por uno amargo, excitaciones ópticas extrañas, en vez de las ordinarias, etc., etc., pueden ser comparadas con el hecho observado en la fase paradójica en el perro que, a débiles estímulos, manifiesta grandes reacciones.»
Recordamos las cadenas asociativas inconscientes en Freud mediante huellas en contradicción primaria.
«Finalmente, la hipnosis, en el caso de la histeria (en el sentido de Charcot), puede ser obtenida por la aplicación de estímulos de intensidad insospechada, como el antiguo método de hipnosis en los animales. Es claro que a este respecto, estímulos débiles fisiológicos pueden actuar de la misma manera, si, debido a una coincidencia del tiempo, han adquirido propiedades señales en relación a otros Intensos. La mayor parte de los procedimientos que producen la hipnosis, se hacen cada vez más efectivos cuanto más veces son repetidos.»
«La significación de la fase paradójica no está limitada a los estados patológicos, tales como los que han sido previamente observados, y es muy probable que juegue un importante papel en el hombre normal, quien, a menudo, es más influenciado por la palabra que por los hechos actuales y reales que le rodean.»
«Si al repetir estos experimentos y modificarlos convenientemente encontramos una confirmación de lo que acabamos de decir, entonces quizá por su mediación podremos hacer alguna luz en los oscuros fenómenos de nuestro mundo subjetivo, por lo que se refiere a la relación entre lo consciente y lo inconsciente. Estos experimentos demostrarían que una función cortical, tan importante como la síntesis, puede realizarse también, en las porciones de los hemisferios cerebrales que se encuentran sometidas a un cierto grado de inhibición bajo la influencia de una enérgica excitación que domine a la corteza cerebral en el momento dado. Si bien la actual actividad sintetizante puede no penetrar en nuestro campo de conciencia, la síntesis, sin embargo, puede tener lugar, y bajo favorables condiciones, puede entrar en el campo de la conciencia como un eslabón ya formado, pareciéndose al originado espontáneamente.»
«Debido a la extraordinaria complejidad de la conducta del hombre, en comparación con la de los animales, estos últimos no mostrarán algunas de las fases del estado hipnótico, vistas en el hombre (...) Consideremos el automatismo de los hipnotizados, cuando reproducen estereotípicamente lo que hace ante ellos el hipnotizador, o cuando ejecutan con exactitud el movimiento de una marcha por caminos complicados o difíciles (...) De esta manera, en la hipnosis, todas las actividades están basadas en la imitación, con cuyo auxilio se ha formado en todos nosotros y se ha elaborado, desde la infancia, nuestra complicada conducta individual y social.»
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