lunes, 9 de octubre de 2023

¿Qué son las Compulsiones y cómo tratarlas en la clínica?

¿A qué se denomina Compulsiones en la clínica?
Las Compulsiones son acciones que un sujeto ejecuta en su vida, causadas por un impulso irrefrenable, incontenible, proveniente del interior de su subjetividad.

Algunos ejemplos clínicos son lavarse las manos continuamente, controlar situaciones en forma constante, comer sin parar, comer hasta vomitar, adicción a las compras, al juego y otras acciones que se repiten sin cesar, de forma idéntica e insistente.

¿Qué efectos tienen las Compulsiones sobre la vida cotidiana del sujeto?

Las Compulsiones producen un gran malestar en el sujeto, le hacen perder mucho tiempo y van produciendo, más temprano que tarde, un desgaste y un deterioro en su vida afectiva, social y laboral.

El sujeto tiende a ocultar estas acciones que al propio Yo se le presentan como irracionales, aislándose progresivamente de su medio y comenzando, en muchas oportunidades, a tener fobias asociadas a sus compulsiones. Un ejemplo sería, en casos extremos, dejar de comer por miedo a engordar -situación clínica que posee un complejo abordaje-.

¿Cuál es el funcionamiento -a nivel psíquico- subyacente a las Compulsiones?

S. Freud nos enseña que la Compulsión es algo irrefrenable, que no se puede sofocar, así como tampoco se puede comprender, pues no se encuentra en el registro del pensamiento (simbólico). El sujeto no duda, simplemente hace una y otra vez de manera idéntica, sin diferencias.

Por este motivo, la investigación clínica demuestra que en las Compulsiones se pone en juego principalmente el funcionamiento del Ello -lo real pulsional- que lleva a la satisfacción pura mediante la acción impulsiva, sin ligadura a lo simbólico (campo de la palabra).

¿Qué significa que en las Compulsiones se pone en juego -principalmente- lo “real pulsional”?

Para comprender, recordaremos que S. Freud desarrolla cuatro componentes de la pulsión. Estos son: el Dräng -el esfuerzo, el empuje constante de la pulsión-, el Ziel -la meta, que es la satisfacción-, el Objekt -el objeto por el cual se puede obtener la satisfacción, que en el ser humano siempre es variable- y la Quelle -la fuente, el proceso somático interior del cuerpo cuyo estímulo es representado por la pulsión-.

En las Compulsiones se produce un desenlace de los elementos de la pulsión y sus circuitos, dándose la preponderancia de sólo uno de ellos: el Dräng, que se manifiesta a secas, puro, desligado de los otros elementos pulsionales.

La pulsión -nos enseña S. Freud- se ve confrontada a “diques”, a resistencias que inhiben el camino directo a su satisfacción. Los diques son muros que contienen el desborde, que regulan el paso del agua, y Freud emplea esta metáfora para fenómenos precisos: asco, vergüenza, estética, moral (agregaríamos, también el dolor y el horror). Estos diques, que cumplen la función de contener el empuje (Dräng) en la compulsión, se ven arrasados.
Ejemplo de esto son los cortes que algunos adolescentes realizan en su cuerpo, donde podemos observar muy claramente que existe un arrasamiento del dique del dolor.

Clave Clínica para el tratamiento de las Compulsiones:

Si el Dräng de la pulsión se manifiesta en estas presentaciones arrasando todo dique, es porque el sujeto ha padecido -en los tiempos tempranos de su constitución subjetiva- una precaria simbolización por parte del Otro de sus primeros cuidados (encargado más de satisfacer las necesidades reales que interpretar -bajo la égida de su deseo- las demandas del infante).

Debido al déficit de simbolización, aparece la pura acción pulsional y su satisfacción sin medida, en reemplazo de las clásicas formaciones del inconsciente (inhibición, síntoma, angustia).

Así, la tarea clínica apuntará a enlazar el goce del Ello pulsional al cifrado, a lo simbólico; lejos de intervenir mediante la interpretación y el descifrado clásico. Una intervención clínica privilegiada son las “Construcciones en Psicoanálisis”.

¿Qué-hacer del analista ante las Compulsiones?

Nosotros como analistas:

👉Seremos pacientes ante los actos compulsivos, entendiendo que por detrás hay un sujeto que sufre y necesita ser alojado, aunque todavía no pueda y/o quiera hablar de eso.

👉Intentaremos ligar el Des-Borde de la pulsión al inconsciente y transformarla -en la medida de lo factible- en palabras que hagan discurso.

👉Junto con el paciente, empezaremos a cifrar la com-pulsión, historizando aquella causa/de su historia que lo habría llevado a arremeter las acciones impulsivas. La intervención privilegiada para dicha historización son las “Construcciones en Psicoanálisis”, tal como plantea S. Freud.

👉Asimismo, funcionaremos como tercero de apelación -esa Ley que se interpone al goce-, para ofrecer un “dique”, un “stop” ante la acción impulsiva. Ejemplo: le comunicaremos al paciente que puede llamarnos cuando surge en él el impulso a la acción desenfrenada.


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