viernes, 29 de diciembre de 2023

El pago en un análisis

 Frente a la pregunta sobre aquello con lo que un sujeto paga en un análisis, el sentido común nos haría suponer rápidamente que uno paga con dinero, lo cual puede ser fuente de no pocas quejas. Sin embargo, el dinero representa un medio simbólico, que pone en juego otra cosa.

El sujeto llega a la consulta analítica porque algo, una satisfacción, se transforma en un penar de más. Una satisfacción que fantasmáticamente regulaba la distancia a la castración del Otro se transforma en un excedente que lleva al sujeto al malestar, lo que está indisociablemente ligado a su sexualidad

Justamente lo que autoriza a un analista a intervenir es ese penar de más. El sujeto pena de más, y en la medida en que la pulsión participa de la sexualidad el psicoanálisis se ocupa de ella.

En este sentido, entonces si la consulta analítica está motorizada por el penar de más será efectivamente con eso, con lo que el sujeto deberá pagar.

De este modo, un análisis lleva a un sujeto a una coyuntura en la que debe “decidir” si conserva o paga (es decir, si conserva o pierde aquello que le hace penar de más). Y en este punto es importante tener en cuenta que el sujeto accede de este modo a una salida, de ese penar. Y sólo puede salir por donde entró, lo que significa que ese malestar que comandó la consulta es una respuesta al deseo como deseo del Otro.

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