En el enamoramiento se idealiza al objeto, que puede llegar a ser el propio yo en el narcisismo. Si se pone libido en el objeto, el yo se empobrece; si se pone libido en el yo, el objeto queda desvalorizado.
En cambio, en el amor la libido en el yo y en el objeto no se diferencian. Amar al otro no empobrece al yo. Dijo Freud, en Introducción al Narcisimo: "un amor dichoso real responde al estado primordial en que libido de objeto y libido yoica no eran diferenciables", lo que no significa que yo y objeto no sean diferenciables: él está hablando de libido en el yo y en el objeto.
El amor es una regresión a un estado primitivo...
En el estado primordial, de amor entre la madre y el hijo, la libido en el objeto no va en desmedro de la libido en el yo. El amor dichoso real, para Freud, remeda una vuelta a ese estado, en que el amor al objeto no rebaja al yo. En el enamoramiento se trata de recuperar un ideal perdido. De este modo tocamos el remanido tema de si se diferencia al objeto o no, al comienzo. Distinguimos, entonces, libido y objeto. El enamoramiento es es un destino del narcisismo, un nuevo intento de volver a ser-tener el ideal. Como no lo soy, intentaré tenerlo. Si lo pierdo, descubro ahí que era un otro, pero mientras lo tengo, poseído tiránicamente, creo que forma parte de mí mismo, tengo en lugar de ser ese ideal.
En el estado primordial, de amor entre la madre y el hijo, la libido en el objeto no va en desmedro de la libido en el yo. El amor dichoso real, para Freud, remeda una vuelta a ese estado, en que el amor al objeto no rebaja al yo. En el enamoramiento se trata de recuperar un ideal perdido. De este modo tocamos el remanido tema de si se diferencia al objeto o no, al comienzo. Distinguimos, entonces, libido y objeto. El enamoramiento es es un destino del narcisismo, un nuevo intento de volver a ser-tener el ideal. Como no lo soy, intentaré tenerlo. Si lo pierdo, descubro ahí que era un otro, pero mientras lo tengo, poseído tiránicamente, creo que forma parte de mí mismo, tengo en lugar de ser ese ideal.
Lo característico del amor dichoso real para Freud, es que la libido puesta en el otro no disminuye la libido en el yo. En cambio el enamoramiento es como los vasos comunicantes, cuanto más pasa un líquido a uno de los vasos, el otro se vacía. Por eso en el amor real no hay esa dependencia del objeto ni hace falta esa tiranía.
Se suele confundir evolución de la libido y evolución del yo, y por otra parte destino de la libido y la del objeto. El cuestionado , por Freud mismo, del concepto de narcisismo primario, mas una conclusión teórica que una observación, lo que él , un enorme observador marcaba cuando era una especulación, lo termina definiendose como que el narcisismo es primeramente secundario, secundario a la libido del objeto.
El enamoramiento intenso y frágil, característico del narcisismo, corresponde a los cambios de polo anímico en las psicosis maníacodepresiva: Se es el ideal o se deja de serlo y entonces no vale nada.
El ideal se caracteriza por la ausencia de sexualidad, por eso pensamos en His Majesty the Baby, porque creemos que no tiene sexualidad. Apenas se la descubrimos se transforma de un angelito en un diablito.
Debido a la finísima observación de Freud es que ubica al Ideal del yo en el Superyó, pues siendo caldo de cultivo del instinto de muerte, es lo opuesto al amor. No hay libido en el superyo. Tanto en el Yo como en el Ello hay libido e instinto de muerte, no así en el superó: sólo instinto de muerte: prohibir, castigar, premiar en la renuncia libidinosa.
El enamoramiento no es un paso hacia el amor. Es un destino de la libido impuesto por el superyó que, como un vampiro, se lo traga todo y el yo queda seducido por él. A partir de ese momento, el yo cree que vive gracias a ese superyó. El amor es la relacion del yo con su fuente de placer, no es placer de órgano ( propio de la teoría evolutiva de la libido de acuerdo a zonas erógenas) sino el yo mismo en un reencuentro con un objeto primitivo y olvidado, por eso cuando uno ama a alguien se dice: Acá está lo que buscaba. La fascinación del enamoramiento, como dijo anteriormente, es lo contrario al amor, porque es un amor a sí mismo como un ideal. Ahora bien, ¿cuando uno mismo se constituye en un ideal? Cuando cumple con los imperativos del superyó. Y este, el superyó, se interpone entre el yo y los objetos. Y el yo se ofrece a sus instintos como si fuera el objeto.
En la primera teoría de los instintos la teoría de Freud parece narcisista: se comunica con los objetos a regañadientes, porque no le queda otro remedio, porque los necesita, es la llamada apoyatura. En cambio, a partir de 1920, en Más allá del principio del placer, el psiquismo es buscador de objetos. Y el superyó, caldo de cultivo del instinto de muerte, se interpone en el encuentro del yo con los objetos de los instintos.
En el capítulo VII de Psicología de las masas y análisis del yo, Freud empieza refiriéndose a que en un comienzo la relación con el padre es por identificación y con la madre es objetal sexual directa.
En el artículo citado Freud relaciona claramente la represión con el narcisismo: "En el caso de la libido reprimida, la investidura de amor es sentida como grave reducción del yo, la satisfacción de amor es imposible, y el re-enriquecimiento del yo sólo se vuelve posible por el retiro de la libido de los objetos".
No hay amor sin un poco de desilusión
Vimos que no hay enamoramiento sin ilusión, pero tampoco hay amor sin un poco de desilusión.Durante la fase del enamoramiento el Yo cree identificar a su ideal en la otra persona. La imagen idealizada que se tiene impide ver los defectos, las contradicciones y las cosas que podrían ser incompatibles con nosotros.De ahí que se diga tan comúnmente eso de que el amor es ciego.
Sin embargo, el paso del tiempo obliga a ver las cosas de una manera más 'realista' , donde la perfección es imposible y las fallas se hacen patentes.
Parece que el amor, entendido como sentimiento complejo que sobreviene después de las primeras fases de una relación, se diferencia del enamoramiento porque es capaz de mantener el vínculo entre dos personas que se muestran en falta, no se completan del todo, y por supuesto que tienen defectos y dificultades.
Enamorarse puede ser fácil y ocurrir rápidamente, el amor es más complicado, lleva más tiempo, y exige renuncias.
Ambos fenómenos han de combatir el desgaste que ocasiona el tiempo.
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