"En lo que concierne al goce otro, propiamente femenino, no da más seguridad. Una mujer no se hace reconocer como mujer por el número de sus orgasmos o la intensidad de sus éxtasis, salvo excepción, es verdad. Y lejos de exhibirse, ese goce, a veces se esconde. De donde surge la necesidad de otro recurso y los esfuerzos para identificarse por el amor. En otros términos, a falta de poder ser La mujer, queda la posibilidad de ser "una" mujer, elegida por un hombre. Ella toma prestado el ''uno'' al Otro, para asegurarse de no ser un sujeto cualquiera, que es lo que es desde el momento en que es un ser hablante sujeto al falicismo, sino por ser, ademas, identificada como una mujer elegida. Se comprende, entonces, por qué las mujeres, histéricas o no, mas que los hombres, aman al amor".
Cuadro: Rene Magritte: Tentativa imposible |
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