1) Apertura de la entrevista. Está dada por la presentación, llamada también encuadre. Aquí se establecen parámetros constantes para que las variables las aporte el entrevistado. Es un momento en el que se precisará qué se hará, cuánto tiempo demandará, tanto el total del proceso como cada encuentro. Se determinan los roles: qué hará el entrevistador, que deberá hacer el entrevistado. También se acuerdan honorarios, horarios y lugar.
Hay ciertos datos básicos de filiación que deberán registrarse: Nombre y apellido, edad o fecha de nacimiento, escolaridad, ocupación, composición familiar y con quien vive.
En caso de tratar con niños o adolescentes, se debe solicitar entrevista con los padres.
2) Desarrollo de la entrevista: El entrevistador comienza esta etapa con preguntas abiertas, que le da la libertad al entrevistado para expresarse libremente. Puede empezar preguntando por el motivo de consulta. Inicialmente al entrevistador le interesa saber sobre la familia de origen, la pareja, su sexualidad, escolaridad, trabajo, ocupación, tiempo libre, amistades, enfermedades, accidentes, pérdidas y Proyectos, entre otras.
La entrevista semidirigida permite también la intervención por parte del entrevistador cuando lo cree conveniente. Por ejemplo, al notar alguna vaguedad, laguna o contradicción en el discurso del entrevistado. El entrevistador puede pedirle al entrevistado que clarifique o que profundice el aspecto al cual se refiere.
3) Cierre: Es la despedida, el momento en que se agotan las áreas, cuando se supone tener información suficiente. Luego se fija día y horario de próximo encuentro y se puede hacer una devolución.
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