Los abusadores sexuales de menores ¿tienen características de personalidad o patrones de conducta similares?
Antiguamente se decía que no había un perfil o patrón de personalidad del abusador. Los hallazgos a lo largo del tiempo muestran que los patrones pueden dividirse, sobre todo en los aspectos más subyacentes.
Cuando el abuso sexual tiene que ver con el deseo sexual y con una problemática subyacente, podemos encontrar elementos similares, que son los que busca cuando uno los va perfilando. Por otr parte, cuando el abuso sexual tiene que ver con la expresión de poder, de control y de dominio, el perfil es otro: pasamos a rasgos y estructuras psicopática, donde el abuso sexual es una expresión más.
Cuando se trata de perversiones, no aparecen las mismas características subyacentes en ellos que en el resto de los abusadores, por ejemplo, que en un abusador eventual, que en los abusadores consuetudinarios, los oportunistas.
Podemos dividir a los abusadores en dos grandes grupos:
- Intrafamiliares-
- "Cazadores"
Otros son los abusadores psicopáticos, donde el abuso pasa a ser un factor de dominio y control, mostrarle a la víctima quién manda.
No se puede poner a todos los abusadores sexuales de niños en el mismo grupo. La experiencia clínica y forense ha logrado construir tipologías de agresores. Cada grupo depende de la elección de la víctima, de el estado mental, si lo hacen de manera frecuente o si se trata de un evento cicurstancial. El conocimiento de estas tipologías nos puede ayudar a por qué lo hacen y cómo lo hacen. El modus operando es el modo que vamos a poder conocer a este tipo de agresores. Conocer quién es el grupo de riesgo es importante para tomar medidas efectivas.
¿Qué busca la perfilación...?
¿Cómo identificar estos patrones de conducta o modus operandi?
Perfil psicodinámico del abusador sexual
Los aspectos psicodinámicos tienen que ver con cuáles son los factores que subyacen a la dinámica conductual. La perfilación conductual tiene más que ver con cuál es el patrón de conducta. Acá lo que vamos a ver es qué siente un abusador y cuáles son los conflictos que subyacen al tipo de comportamiento que tienen.
Definición de abuso sexual.
"Cuando el niño está inmerso o depende de actividades sexuales que por su desarrollo inmaduro o su adolescencia, no puede realmente comprender y sobre las que es incapaz de dar su consentimiento" (Garrote)
El primer concepto importante es "comprender", que no significa entender. Los niños y adolescentes pueden entender que la práctica a la que están siendo sometidos tiene una connotación sexual, pero no la comprenden acabadamente en su trascendencia personal, social y a futuro. Esto es muy importante, porque hasta los fiscales se confunden entendimiento con comprensión.
Un niño, al no comprender, no puede dar su consentimiento. El consentimiento tiene que ver con la libertad y la plena comprensión, no con el miedo o el sometimiento.
"El uso sexual y victimización de los niños al exponerlos a un estímulo sexual inapropiado para su edad y nivel de desarrollo psicológico intelectual y físico, lo que puede ir desde un comentario sexual sutil a la violación con lesiones graves" (Hayez)
No hace falta que un menor sea sometido a una práctica sexual de contacto. Hayez introduce el factor de la distancia, como un comentario, una verbalización o un gesto.
Cuando la parafilia es la pedofilia, el abusador siente una preferencia sexual franca y a veces exclusiva hacia niños. Los pedófilos son la minoría de la minoría del Poder Judicial y la mayor proporción son abusadores eventuales o circunstanciales. Esto también lo dice Marshall, que es Director del programa para agresores sexuales de la penitenciaría federal de Bath. La mayoría de los abusadores usan niños para satisfacción sexual porque por distintas razones se sienten más cómodos con ellos.
Los pedófilos son del 2 al 10% de toda la muestra, aunque otras investigaciones dicen otra cosa. Estos pedófilos se llaman "pedófilos estructuraales, fijados o preferenciales". El resto son otras tipologías.
Distinciones escenciales.
Debemos distinguir el parafílico (objeto o método de excitación menos convencional) del delincuente sexual (transgresor de normas jurídicas). No todo parafílico es delincuente. Por ejemplo, un exhibicionista puede ser un delincuente y un parafílico; un masoquista puede ser un parafílico y no ser un delincuente, un proxeneta puede ser un delincuente y no un parafílico; un sádico puede ser un parafílico y puede ser o no un delincuente, etc.
Hay que separar SERIALIDAD de CONTINUIDAD. El abuso continuado en el tiempo generalmente es intrafamiliar y se suele producir en una sola persona. No es lo mismo violador serial que abuso continuado o reiterado.
Un pedófilo puede tener predilección por una sola persona (niño, niña o adolescente) y abusarla el tiempo que dure el secreto. Algunos de ellos terminan declarando su amor a la víctima. En general, este abuso es del tipo intrafamiliar.
Puede tener predilección por una edad particular y abusar a uno o varios niños de esa edad. Cuando crecen, el pedófilo pierde el interés y busca otras víctimas acorde a la edad de su gusto.
Puede resultarle indistinto el sexo y/o la edad mientras sean preadolscentes. En general, este tipo de abusador contacta con varios tipos de víctimas: familiares, vecinos, desconocidos, etc.
¿Qué vamos a encontrar en abusador?
En los abusadores vamos a tener mecanismos, rasgos o estructuras psicopáticas. Los mecanismos dan pie a la posibilidad de actuación, pero no tanto como el rasgo psicopático y tampoco tanto como la estructura. A mayor profundidad en la personalidad, mayor es la posibilidad de actuación.
1) El mecanismo psicopático, que tiene que ver con una de las formas de adaptación a la realidad, tiene que ver con comportamientos adaptativos, eficaces o no.
2) Rasgos psicopáticos. Es un poco más profundo. Se trata de un aspecto de la personalidad que atraviesa a toda la personalidad y surge como una conducta.
3) La estructura psicopática Es la base más profunda de la personalidad y está ligada o es directamente proporcional a la posibilidad de actuación. Se refiere a la psicopatía descripta por Cle Ckley y Hare (y no al trastorno antisocial de la personalidad, que hablan del perfil conductual). CleCkley y Hare hablan de los aspectos cognitivos y emocionales, lo cual completan el fenómeno.
¿Qué los habilita, habiendo tanta gente con fantasías sexuales con niños? Hay muchísimas más de lo que se piensa. Es el contenido psicopático el que da permiso y habilita a la acción. Hay que ver qué es lo que habilita a estos sujetos a actuar, porque hay gente con estos elementos que no hacen nada y queda solo en la fantasía.
Características de la estructura psicopática.
• Transgresión, pasan al acto.
• Refractariedad al tratamiento: son egosintónicos. El comportamiento no les genera malestar y no les genera necesidad de cambio.
• Justificación: Se trata de racionalizaciones, intelectualizaciones, etc. Hay un grupo de abusadores que promueven la legalización del abuso sexual, porque dicen que esto tiene que ver con el amor a los niños y se consideran una minoría sexual discriminada. Niegan ser delincuentes sexuales y dicen que las víctimas consienten las prácticas. Si una víctima consiente esa práctica es porque está paralizada de miedo o porque está corrompida.
En cuanto a la dinámica psíquica del abusador, lo que siempre vamos a encontrar es la disociación. La mayor parte de los abusadores son socialmente adaptados. Se adaptan a la demanda social siendo padres, buenos vecinos, etc. El abusador se contecta con este aspecto que oculta solamente cuando va a abusar. De esta manera es posible la coexistencia de facetas contradictorias de la personalidad. Estas son puestas en acción en distintos momentos. Los aspectos incompatibles no se contactan entre sí ni generan complictos intrapsíquicos. Esto no es así cuando el abusador está deteriorado, no tiene control de impulsos, es alcohólico o débil mental.
Son manipuladores, seductores, atraen, amenazan, atemorizan, corrompen.
El abusador niega los aspectos perversos y no los van a reconocer nunca. Proyectan esto sobre otras personas, muchas veces sobre las víctimas. "Es que nunca me dijo que no" para ellos eso podría ser consentimiento.
Solo entre el 3% y el 5% reconocen haber abusado, salvo cuando ya han sido condenados. En estos casos, cuando intentan una disminución de la pena les conviene aceptar que han sido abusadores. Antes del juicio, no lo aceptan.
Los abusadores tienen miedo a la relación sexual con adultos, porque les produce ansiedad, inseguridad y miedo. Los niños no critican la performance sexual, cómo se comportan, si son buenos o malos amantes.
¿Cuál es el aspecto de personalidad que con más frecuencia se observan en abusadores?
En gran parte de los abusadores, los aspectos que más se ven son los aspectos femeninos y egocéntricos; no tanto los narcisistas. Esto son tres los aspectos que hay que buscar en primer lugar, cuando se busca a un abusador.
• Pasivo: Pasividad como posición vital, dificultades para tomar decisiones, para ser asertivo y proactivos. No son buenos proveedores.
• Femenino: Más o menos aspectos femeninos, hasta francos elementos homosexuales subyacentes. Va a depender de la madurez del sujeto, porque un sujeto varón con aspectos femeninos que es maduro va a poder integrar estos aspectos a la personalidad. Cuando estos aspectos están integrados, se expresan como sensibilidad, sujetos estéticos, perceptivos, contenedores y hasta homosexuales que no tienen conflictos.
El fememnino que no acepta esto y tiene como paradigma ser macho/masculino y además es inmaduro, no logra integrar estos aspectos y terminan siendo expresado a través de comportamientos abusivos.
(En las mujeres abusadoras de niños y niñas es al revés, aparecen elementos masculinos)
• Dependiente: Establecen relaciones vinculares/afectivas altamente dependientes. No quieres prescindir del objeto de afecto, que puede ser su madre, la mujer o el niño abusado. El vínculo también lo pueden establecer con una sustancia. Dependencia y pasividad no es sumisión. A veces suelen ser muy agresivos.
Si a esto le agregamos un aspecto psicopático, tenemos el combo para perfilarlos. Esto no quiere decir que toda persona que tenga estos tres aspectos sean abusadores.
Solo a veces hay indicadores sexuales de perversión. Cuando hay perversión vamos a ver prácticas lesivas sin consentimiento del otro. Los elementos perversos pueden ser complementarios de la atracción sexual por niños o aspectos que no se animan a expresar con adultos.
Cuando no hay elementos pasivos, femeninos y dependientes, suele haber rasgos psicopáticos importantes. El abuso es un modo más de expresar la psicopatía, tiene que ver con mostrar quién manda.
Abusadores impulsivos
La impulsividad se define como acciones pobremente concebidas, prematuramente expresadas, inapropiadas a la situación, con consecuencias indeseables. ¿Los abusadores impulsivos, son también agresivos? No.
Muchas veces se confunde agresividad con impulsividad. La mayor parte de los impulsivos no son agresivos. La impulsividad tiene que ver con la indamurez. Por ejemplo, en un niño inmaduro vamos a ver que hace antes de pensar. Un abusador puede ser impulsivo sin agredir a la víctima, por ejemplo seduciéndola o dándole dinero.
El grado de inmadurez se plasma en la dinámica del abuso y en la predilección de la edad de la víctima. Mientras más inmaduro, la dinámica es más infantil. Muchos abusadores abusan a la manera de la exploración sexual de los niños de 3-4 años. En los protoclos aparecen aspectos altamente inmaduros y regresivos.
La inmadurez también los conecta con la irritabilidad, la demanda, la regresión, el egocentrismo (sobre todo) y el narcisismo.
Abusadores con rasgos obsesivos
Hay una diferencia en el modus operandi del abusador impulsivo y el abusador con rasgos obsesivos. Uno de los rasgos fundamentales del obsesivo es el control de la situación, el orden, la secuencia, la lógica... Para sostener esto, se necesita de un mayor nivel de sofisticación del desarrollo de la personalidad.
Estos abusadores son pacientes, pueden trabajar seis meses sobre la víctima antes de tocarla. Meditan y planifican, seleccionan muy bien a la víctima, a la que se acercan y acceden paulatinamente a ella. Prestan mucho cuidado con el tiempo y el lugar del abuso. En estos casos, la corrupción de la víctima tiene mucho éxito.
La falta de discriminación emocional en el abusador
Otra de las cosas que vamos a ver en el abusador es la falta de discriminación emocional. La discriminación emocional es diferente que la discriminación cognitiva (que tiene que ver con un análisis lógico de variables y es intelectual). La discriminación emocional tiene que ver con darse cuenta del tipo de relación que uno mantiene con cada quien, según la condición ajena y propia: diferencia de roles, de edad, de simetría o asimetría y de poder. ¿Qué relacion se va a establecer con un niño, con un par, con un desconocido, etc?
Los niños no discriminan emocionalmente, así que esto nos remite nuevamente al tema de la inmadurez. Los abusadores tienen un déficit en este tipo de discriminación, que también aparece en los protocolos.
Fantasías del abusador
El abusador tiene más o menos fantasías. Mientras menos permiso se da un abusador para pasar al acto, más fantasía hay.
La fantasía depende de lo que subyace, del permiso para pasar al acto, de lo que aún no se animan a hacer, de lo que ya han hecho y quieren más. Los abusadores seriales se alimentan de la fantasía.
Es un sistema de retroalimentación en los consuetudinarios o en los que recién empiezan y terminarán como consuetudinarios o seriales.
Autoestima del abusador
En la mayoría de los abusadores -no en los psicópatas-, la autoestima es baja. Se aprecia la autoimagen masculina denostada, deteriorada, insuficiente, que no tiene que ver con la sexualidad ni la genitalidad.
Temen al rechazo a la genitalidad femenina y una desfavorable opinión de la propia performance sexual con los adultos.
Entienden a la agresividad como potencia sexual. En otros casos se ven traumas a nivel de la historia sexual, con experiencias sexuales pasadas traumáticas, aunque esto no es en la mayoría.
Aparece el temor a la castración y sentimientos de minusvalía genital y sexual.
Perfilación criminal y criminológica del abusador de menores
El término perfilación criminal se ha utilizado para designar cualquier tipo de estudios relacionados con el agresor. La evaluación del agresor que ha sido capturado la hace el psicólogo forense y desde esa área se confecciona un informe pericial, tendiente a ser expuesto en el juicio. El informe no solo tiene la utilidad de que se entienda a quién se lo va a presentar, sino cuál es el objeto de estudio y cuál es la pregunta a contestar.
La perfilación nutre e ilustra al juez de quién esta persona, obviamente sin buscar atenuantes. Es necesario conocer quién es la víctma y quién es el agresor.
Cuando hablamos de perfilación criminológica, ya tenemos una utilidad más allá del juicio, pues al Juez no le interesan las iferencias de los perfiladores para llegar a un sospechoso. Aquí, la mayor utilidad es durante la investigación, orientando a los investigaciones ante qué tipo de persona se deberían orientar.
Durante todo el proceso, el conocimiento del agresor resulta relevante pensando en para qué se va a utilizar.
En la perfilación criminal se extrae información de un agresor cuando ya lo conocemos, que es lo que vimos anteriormente y que tendría implicación en un juicio. En la perfilación criminal tradicional ya se conoce al agresor:
Historial: Familia desestructurada, maltrato infantil, crianza inadecuada.
Características: rasgos de personalidad, empatía disminuída, distorsiones cognitivas, manipaulador/seductor
Tipología: extrafamiliar/intrafamiliar, regresivos/obsesivos, según su mostración.
La perfilación criminológica es el reflejo del agresor en los espacios y en las víctimas, para inferir cómo es esa persona. La perfilación criminológica es una investigación y se utiliza en los casos que no se sabe quién es el agresor. Es un producto de la criminología forense, que se nutre de distintas áreas como la medicina, la antropología, la psiqutaría, la psicología, la estadística, etc.
El perfilador criminológico evalúa los elementos de la escena y en la víctima, que le permiten empezar a leer al agresor. Es una lectura multidisciplinaria que se hace de un expediente, con fotos, relatos, autopsias y otros elementos 1.2.5
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