martes, 19 de mayo de 2020

La ontogénesis del aparato psíquico



En esta ocasión vamos a continuar con el desarrollo de la ontogénesis del aparato psíquico. Anteriormente hablamos de la primera oral, la cual se divide un yo placer purificado, que funciona alucinatoriamente. Esa alucinación primitiva, para Freud, es el primer acto psíquico y el primer deseo. Nada de carencia en ser, como dice Lacan. El primer deseo, ante el embate de la necesidad, cuando ya hay inscriptas huellas de satisfacción.

Ese engrama fusional yo placer se purifica cuando logra dividirse de las experiencia de displacer que constituyen al objeto hostil. Por eso, la primera oral es divalente, con todo el amor concentrado en el yo placer purificado, donde están indiferenciados el cuerpo de la madre y el bebé y objeto hostil, donde también están indiferenciados aspectos odiados de la madre y del propio bebé, como podría ser la pancita que le duele.

Poco a poco, esta escisión originaria, que coincide con la esquizoparanoide de Melanie Klein y con la división que reconoce Piera Alaugnier, hace que fracase la alucinación primitiva. No se puede vivir alucinando. Entonces, ante el fracaso, vuelve el llanto, el grito y el pataleo y asíste la mamá. Con lo cual, se produce la tercera experiencia fundante, que es la experiencia de consuelo. La experiencia de consuelo le enseña al bebé que tiene que patalear y que con alucinar no se gana nada. Por lo tanto, el primer aprendizaje para Freud es retener la alucinación y poder esperar. Incluir la urgencia, incluir la necesidad en el yo y poder esperar. Ahí es cuando cambia el llanto del bebpe y al ser respondido por la mampá, se transforma en llanto de llamada.

La vivencia de consuelo se establece cuando ya hay una separación del objeto, cuando hay una madre exterior como objeto que puede acudir y consolar al bebé. Esas experiencias de consuelo, comienzan a hacer que el yo represente la separación con la mamá. Primer está fusionado, pero al transformarse su llanto en llamado y ser respondido, se producen dos procesos interesantes: incluye aspectos del objeto hostil en sí mismo, reconoce que mamá tiene aspectos buenos y malos, que para su gusto a veces tarda. Se va cerrando la escisión originaria, pero no totalmente. Ya vamos a ver que un poco de esta escisión sigue a lo largo de la ontogénesis, pero tenemos al yo que reúne aspectos buenos y malos en sí mismos y es el yo que retiene investidura o que retiene energía que antes expulsaba nirvánicamente y que el Proyecto lo llama yo de la catexia colateral.


El yo de la catexia colateral, en vez de alejar mediante llanto y gritos, se inviste energétivamente. Esto no solo le sirve para esperar, sino para llamar. Ya hay un llanto de llamada y ejerce un proceso intelectual importante que Freud llama juicio del semejante. A nosotros nos parece muy sencillo, pero el juicio del semejante es que existe una mamá que puede aparecer por algún lado y cuando lo hace, el juicio es "mamá está ahí". Ese es el primer juicio fundador de todos los largos rodeos intelectuales que vamos a hacer de ahí en adelante.

La estructura que se ha diferenciado del objeto es compleja y por eso llamamos ontogénesis del aparato psíquico. Es ello y yo, hay una costrita que es la que hace el juicio del semejante, la que retiene la alucinación. Esa costrita, más adelante, va a ser el yo de realidad definitivo, pero comienza a diferenciarse del ello que todavía es en su mayor parte el aparato psíuico. Las pulsiones siguen fundándose, por ejemplo, en la segunda oral predominan las pulsiones oral canibalística. En la primera oral son las pulsiones oral pasiva de succión, pero no son las únicas. Hay multiplicidad de pulsiones. Freud señala sadosmasoquismo originario, voyeurismo, exhibicionismo, el encuetro de miradas entre el bebé y la mamá, que después se va a ir diferenciando en la medida en que se diferencien yo de objeto.

En la segunda oral tenemos el nacimiento de lo que va a ser yo r.d. mucho más adelante con el juicio del semejante, que es el primer juicio y la constitución del objeto. Este yo de la segunda oral es lo que en Introducción al narcisismo llama el nuevo acto psíquico, porque es el yo que ya tiene representación corporal y ese yo que a partir de acá puede hacer identificaciones que no son fusionales como la identificación de la primera oral, que es fusional.



A partir de acá, como ha comenzado a diferenciar el objeto, es que hace identificaciones que pueden ser llamadas primarias. Es decir, ha diferenciado al objeto y pueden hacer identificaciones que son de retorno del objeto. Antes, como no diferenciaba, eran identificaciones originarias, es decir fusionales, sin diferenciación del objeto. Las relaciones lógicas de la primera oral son por identidad o fusionales, pero en la segunda oral comienzan las relaciones por semejanza. Otra manera moderna de llamarlas ha sido especulares, por semejanza. Aún así hay que diferenciar identificaciones fusionales de identificaciones especulares.

El nuevo acto psíquico es la capacidad del yo de representar su propio cuerpo con más unicidad que antes, diferenciándose del objeto y a la vez diferenciarse del ello. Esto es sin consciencia, hay una representación corporal que no es solo la proyección de una superficie, como dice Freud, sino que también es la representación de un conjunto de perceptos corporales y sensaciones, que son con el correr del tiempo encerrados por la representación del ambiente, que se da de a poco.

El juicio del semejante es un acto intelectual primaria, yo - no yo. La representación corporal es primaria, es estar cinscunscripto por la piel. En ese sentido, podemos acordar con la descripción que hace Winnicott como el bebé configura su esquema coporal en base a la manipulación y el sostén que hace el papá y la mamá. En eso Winnicott es impecable. También podemos acordar que la representación de la piel, la que Ansieu le dio mucha importancia, es una representación del límite del yo.

La diferenciación del yo con el objeto es paulatina y a medida que madura, hay mayor grado de tensión entre el yo y el objeto. Las identificaciones cada vez van a ser más diferenciadas, aunque todavía sean por semejanza o especualares. Nosotros vamos a tomar la división Freud-Abraham, que es primera oral, segunda oral; primera anal, segunda anal; falo y falo Edipo-castración; naufragio del complejo de Edipo, represión primaria y yo y superyó.

¿Qué sucede con el objeto hostil? El bebé incluye en su yo la panza que duele, a la madre que tarda. La segunda oral es una etapa ambivalente, a diferencia de la primera que es divalente. La ambivalencia se va cerrando porque hay etapas en que aumenta, por ejemplo en la etapa anal. En esta última etapa hay muchas fijaciones y mucho conflicto. Es una etapa donde se va diferenciando el objeto y en la estructura psíquica, el yo del ello al mismo tiempo. Y por supuesto, en la misma medida en que van aumentando las capacidades intelectuales del yo, se van abriendo pulsiones, es decir, el ello crece: pulsión de dominio, pulsión de saber, sadomasoquismo, todo eso va creciendo conjuntamente.

Freud acentúa que en la segunda oral lo característico es la diferenciación yo de objeto. Lo que sucede es que al diferenciar al semejante, comienzan a haner identificaciones de vuelta de la diferencia objetal. En la separación de primera a segunda oral, lo que ha hecho el bebé es separar su cuerpo del cuerpo de la madre. Esa separación es fundamental, que son las identificaciones fusionales. Después que haga identificaciones de vuelta de la elección objetal no hay problema. Las identificaciones fusionales son graves, responden a patologías graves e implican desconexiones de las sensaciones del cuerpo, que se desorganiza. En un caso de una pscótica paranoide católica, la analista le pregunta si fue a misa. Ella responde que no. La analista, sabiendo que ella era católica, le dice "Qué raro que no hayas ido" y ella responde "¿Para qué? Fue mi mamá". Este es un ejemplo de identificación fusional, de la primera oral.

Aún en la etapa anal, los chicos suelen tener una especie de transmisión del pensamiento. Les das una manzana pelada y se tiran al piso llorando, porque la querían con cáscara. Esta separación de cuepro y psiquis todavía es un proceso inconcluso, pero el cuerpo tiene que ser antes. Actualmente tenemos muchos ejemplos de transitivismo mental, o de enajenación mental, de pensamiento mágico. La formación de masas funciona así.

Fuente: Este texto se redactó con el encuentro n° 19 "La ontogénesis del aparato psíquico" del canal Freud Deconocido.

Próxima entrada: La ontogénesis del aparato psíquico y las pulsiones

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