miércoles, 3 de junio de 2020

¿En qué consisten la posición esquizoparanoide y la posición depresiva de Melanie Klein?

Lo primero que debemos saber es que ella habló de posición y no de etapas. La teoría de Melanie Klein es conocida como la teoría de las relaciones objetales. Describe cómo se posiciona el yo frente al objeto. Hablamos de posición, porque observamos cómo se posiciona el yo frente a ese objeto, cómo se relaciona.

Yo primitivo.

Para Melanie Klein, el niño ya nace con un yo precoz, llamado “yo primitivo” o “yo arcaico”. A la vez, aparece un objeto. No hay yo sin objeto y no hay objeto sin yo. En la realidad psíquica, siempre hay objetos.

Frente al trauma del nacimiento  se produce la angustia de aniquilamiento, que según Melanie Klein es fundante. Esto produce una impresión en el bebé, que es captada por un yo arcaico. Esta marca es tan fuerte, por la pulsión de vida y de muerte, que produce el mecanismo de escisión. Entonces hay 2 aspectos del yo: un yo bueno y otro malo. Esto ocurre porque el yo apenas puede determinar lo que es bueno y lo que es malo.


La sensación de gratificación o sentirse mal tiene relación directa con un objeto. Pero el niño no puede determinar si el bienestar o malestar viene de afuera o de adentro, así que piensa que viene desde afuera. Lo mismo pasa con el objeto, con la diferencia que el objeto se disocia en objeto bueno (aquel que me satisface) y objeto malo (aquel que me mortifica). Esta posición dura toda la vida, podemos amar y odiar a alguien en un determinado tiempo.

Posición esquizoparanoide (0 a 3-4 meses).

Lo esquizoide de esta etapa tiene que ver con la división entre bueno y malo. Lo paranoide tiene que ver con la ansiedad, el miedo al objeto malo. Si el yo se relaciona con un objeto (vivencias o sensaciones gratificantes o displacenteras), lo que se produce entre el yo y el objeto es una tensión. El sistema tensional está cargado de ansiedad. Como el yo es muy primitivo y tiende al mecanismo esquizoide (gratificación – displacer), esto produce ansiedad. Este sistema existe desde el primer momento de vida. 

La posición es muy primitiva, divide entre bueno y malo y está pendiente al sufrimiento de los objetos malos. Por la presencia de otros, el yo se va fortaleciendo.

En esta etapa los objetos son parciales, son objetos buenos o malos, es una visión parcial. Esta no es la única clasificación que podemos hacer del mundo. Las estructuras que quedan más impregnadas por esta posición son las psicóticas.

Este yo posee un nucleo y para que sea lo más normal y sano posible, va a tener que introyectar suficiente cantidad de objetos buenos que lo fortalezcan, le den autoestima y fortaleza yoica.

Aquellos bebés privados de situaciones gratificantes y cuidados, introyectan menos objetos buenos y más objetos malos. El yo queda debilitado.

En la psicosis, el paciente quedó relacionado con los objetos parciales y no con objetos totales, que se producen en la otra posición. Acá la defensa es la escisión y no la represión. Hay objetos buenos y malos y el psicótico va a tener una ansiedad paranoide, se siente perseguido por estar más relacionado con los objetos malos.

Introyección y Proyección.

Según Melanie Klein, la posición esquizoparanoide es un sistema defensivo. Se escinde el yo y simultáneamente se disocia el objeto (en buenos y malos). Idealizar algo es un mecanismo defensivo primitivo. Todos lo hacemos por haber pasado por eso, pero el neurótico puede darse cuenta.

A la disociación se le agrega la introyección, la proyección la idealización y el control omnipotente.

Introyección

El yo no tiene noción de lo interno y externo desde el inicio. Puede en esta etapa hacer esta diferencia entre lo externo y lo interno al yo. El yo quiere para sí las experiencias gratificantes, que son introyectadas para así formar parte del núcleo del yo. El bebé lo hace con ayuda de los padres. A veces, es necesario introyectar algo malo. El yo no siempre introyecta objetos buenos, a veces introyecta objetos malos. Introyectar objetos malos es una forma de conocerlos. El yo tiene un conocimiento que le permite defenderse mejor a posteriori. No solo se queda con el miedo, sino que se queda con el objeto para conocerlo y poder controlarlo. Otra función de hacer esto es que los objetos malos van a ser las representaciones de nuestros propios impulsos agresivos u hostiles. El yo lleno de objetos malos puede traer un sujeto con dificultades de agresión, en el lenguaje, etc.

Proyección

En el sentido más primitivo usado por Melanie Klein, proyectamos hacia afuera lo malo y lo que causa displacer o me irrita. El yo nunca está solo, donde desaparece el malo, aparece el objeto bueno. Cuando necesitamos gratificarnos con algo, es porque nos fue mal todo el día. La proyección es también un mecanismo primitivo. 

Idealización

Es una defensa del yo que protege de los impulsos. Idealizar a los objetos buenos los fortalece en la fantasía. Entonces me siento más protegido, más fuerte contra los objetos malos. Melanie Klein dice que es lógico que aparezca porque si los objetos son buenos y malos, puede aparecer la idealización o la desvaluación. Se puede idealizar lo bueno y lo malo.

Cuando se idealiza, algo se devalúa. Esto crea diferentes representaciones en el aparato psíquico, que produce fantasías que permiten al niño desarrollar su capacidad simbólica. Estas representaciones son fantasías de relaciones de objetos. Melanie Klein habla del mundo interno del niño, además del mundo externo que contenga. 

Control omnipotente.

Es el primo hermano de la idealización. Le hace sentir al niño que tiene controlada la situación. Es como si el niño dijera “Esto va a seguir así”. Defiende contra el miedo a perder el estado de bienestar y poder sobrevivir a los objetos malos (que los siente como si tuviera la intensión de matar al yo). El psicótico piensa que lo van a matar, tiene mucha angustia. La realidad del psicótico no es con el exterior.


Posición depresiva.

Si todo sale bien, el niño va a enfrentarse a un nueva posición relacionada con el polo perceptivo de la consciencia: eso que cambia (que el yo se posicione frente al objeto como venía) lo produce esta percepción nueva y totalmente diferente. Esta percepción implica percatarse que el objeto antes disociado es bueno y malo a la vez. En la percepción, se pasa de clasificar “pecho bueno – pecho malo” a la madre entera. El objeto ya no son 2, aparece un sentimiento novedoso que es la culpa. La culpa es por haber dañado o maltratado a ese objeto  malo, que ahora también es bueno. Esta culpa es muy primaria, es de la etapa oral, entre la posición esquizoparanoide y la posición depresiva.

Melanie Klein piensa que el superyó no surge a partir del Complejo de Edipo, sino que se crea en esta etapa depresiva. Hay un Edipo temprano.

Frente al daño que el niño le produjo al objeto, éste se defiende con la negación maníaca: trata de negar temporalmente los daños causados, minimizarlos para sentir menos culpa.

Para Melanie Klein, el concepto de reparación es nodal. El yo se pasa la vida reparando los propios objetos dañados. Cuanto peor fue la vida de ese yo, más hay para reparar. No se trata de una defensa, sino de una nueva función, un lugar del yo que ahora puede reparar el objeto y a sí mismo. Ej: consolar a alguien. Un yo resiliente tiene mucha capacidad para reparar. Si la reparación maníaca, no es sano, porque el sujeto se agota y cae en la depresión.

Se produce la integración del objeto, ahora el objeto es total. Tolerar esta integración del objeto implica culpa con un mecanismo (negación maníaca) para negar temporalmente la destrucción y que pueda empezar la reparación del objeto. Para reparar, hay que ver si hay en la función materna y paterna de darle al yo las herramientas para eso. La negación maníaca es temporal, porque deben seguirle defensas nuevas. 

Durante la posición depresiva se pasa de la ansiedad paranoide a una ansiedad depresiva. El yo siente culpa y se entristece por haber dañado a sus objetos de amor. Hay que ayudar a que controle sus relaciones hostiles con el objeto, para que sienta que pueda reparar en situaciones futuras. El nivel de disociación, de proyección e introyección, tienen que ir disminuyendo junto a otras defensas. Esto ocurre en la etapa oral y la anal, donde aparecen otras defensas, como la transformación en lo contrario y las demás defensas de Freud.

La melancolía se origina en el pasaje entre la posición paranoide y la depresiva al no poder reparar el objeto dañado. Uno se queda llorando esos objetos por siempre, lo que causa la melancolía psicótica. El yo no abandona nunca la disociación y se queda lleno de objetos destruidos. Los objetos están idealizados en lo destructivo.

Las estructuras perversas y border están en la posición depresiva, pero no han logrado un pasaje exitoso desde la posición esquizoparanoide, por lo que no pueden integrar el objeto. Tanto psicóticos como perversos tienen la defensa prevalente de escisión y los intentos de integración son fallidos.

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