La premisa fundamental de la terapia gestáltica consiste en que la experiencia no es meramente un acontecimiento preparatorio, sino un momento válido por se, que no necesita referente externo para confirmar su intrínseca relevancia en la vida del paciente.
La verdad de la terapia gestáltica es solo una verdad temporaria, que presenta servicios actuales y responde a la estimulación de los tiempos.
Los que estamos enseñando ahora puede ser para entonces una forma rancia de contemplar la vida. Aunque haya ecos, la terapia gestáltica enfoca las relaciones presentes como tales. Algunas de las perspectivas novedosas más convincentes que sirven en el ordenamiento de la terapia gestáltica:
EL PODER ESTÁ EN EL PRESENTE: solo el presente existe, y que descarriarse él, es restar vitalidad a la realidad.
* Las dimensiones de paso y futuro acreditan lo que fue y lo que puede ser algún día, se establecen así las fronteras psíquicas. El interés en el paso y en el futuro es esencial para el funcionamiento psíquico, pero solo en el presente funcional el sistema sensorio motor.
* Sobreismo: la segunda paradoja gestáltica está centrada en la posibilidad centrada de hablar sobre algo sin sacrificar la inmediatez de la experiencia, lo malo del sobreismo es que degenera fácilmente un vacío. Aprender a hacer algo personal y enriquecedor con la materia prima de los temas generales es un gran desafío, no solo para quienes están en el movimiento del crecimiento personal, sino para todos.
* la presencia misma: la experiencia terapéutica es un ejercicio de la vida sin trabas en el presente, de modo que ni el tema ni las actividades pasadas y futuras conservan importancia en ella.
LA EXPERIENCIA IMPORTA: la primacía de la experiencia esta ligada por un nudo casi inextricable a la primacía del presente, la necesidad de encontrarle un sentido a la experiencia se a impreso tan vigorosamente en la cultura, que ha sobrepuesto a la experiencia misma. Al atribuir significado a las experiencias, se corre el riesgo de embutir en un molde lo que todavía está en formación. Entre significado y experiencia hay una compleja interrelación, tal que el exceso de uno puede bloquear la función de la otra u viceversa. En psicoterapia el símbolo es más poderoso cuando su significación surge de experiencias que existen primero por si mismas y luego se proyectan en una significación que ayuda a conectarlas.
EL TERAPEUTA Y SU PROPIO INSTRUMENTO: a semejanza del artista, el terapeuta parte de sus propios sentimientos y utiliza su propio estado de ánimo como instrumento terapéutico. El terapeuta debe también, sintonizarse con la persona con quien está en contacto convirtiéndose en una cámara de resonancia. (recibe, reelabora y amplía). La participación del terapeuta con su experiencia reporta la ventaja de incluir todos los elementos disponibles y cuando interviene, pone al alcance del paciente algo que ya existe y contribuye a que ocurran nuevas experiencias. El terapeuta se vuelve abierto a toda gama de experiencias que puede conocer de primera mano y descubre con el paciente la realidad que van construyendo. La utilidad de la experiencia interna del terapeuta, sin embargo, contiene gérmenes peligrosos, como la predisposición a la subjetividad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario