En esta ocasión veremos uno de los más notables aspectos expresivos de los niños: el dibujo y sus funciones. Una de las maneras de evaluar el desarrollo de un niño es a través del arte.
Las características del dibujo son:
Es una forma de comunicación no verbal.
Permite la evaluación de los componentes psicomotores y afectivos, sociales y emocionales.
Tiene contenidos incoscientes.
Ayuda a la descarga física como a las descargas de las tensiones emocionales.
Desde lo motor, ayuda a la prensión fina y a la coordinación óculo – manual.
Se expresan conflictos y emociones.
Desde lo intelectual, permite hacer una evaluación de las distintas funciones: atención, concentración, imaginación y el nivel intelectual.
Desde lo social es una manera de poder comunicarse con otro.
Etapas del garabateo.
A partir de los 2 a los 3 años el niño puede tomar los crayones (conviene que sean gruesos) y utilizarlos como corresponde.
En su primera forma, el nene toma el crayón y la hoja y hace una descarga motora. No respeta los límites de la hoja y no mira. Se trata, según Lowenfeld y Louquet, del garabato desordenado. El niño realiza líneas, trazos horizontales de diferentes longitudes. No hay control visual del movimiento. No logran el dominio del espacio. Excede el tamaño de la hoja. Es la etapa en la que le encanta dibujar en todas las superficies. No está dibujando ningún objeto. El adulto debe estimular al niño a que dibuje.
El garabato controlado: 6 meses después, el niño mira mientras está dibujando, hay control visual. Los trazos logran ser verticales y logran trazos circulares. Puede copiar un círculo, pero no un cuadrado. Todavía no hay orden espacial. Empieza a descubrir una vinculación con el objeto después de dibujar. Si alguien le pregunta, le dice que él es la persona. El nene empieza a tener trazos más largos que los anteriores. El uso del color todavía no es significativo. Louquet lo denomina realismo fortuito. Le da sentido en ese momento.
A los 3 años, logra el garabato con nombre. Louquet lo llama realismo frustrado. No hay coordinación de las partes. El niño dedica un dibujo, lo hace con una intención previa. Hace que se pase de un pensamiento kinestésico a un pensamiento imaginativo. El niño primero se dibuja a sí mismo.
Primer monigote renacuajo: Va agregando detalles paulatinamente. De la cabeza salen los brazos, primero se agregan los detalles de la cabeza y después el resto.
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