La necesidad de la frecuencia implica el compromiso personal del analista de permitir la transferencia de los objetos que intervienen en el conflicto neurótico. Cuanto mayor es el espacio entre sesión y sesión se corre el peligro de desplazar el conflicto que surge en el análisis a otras personas y de cerrar el inconsciente, como dice Denicola. La menor cantidad de sesiones favorece la idealización de la palabra del analista y transforma el tratamiento en una especie de acompañamiento terapéutico interminable. El analista, así, se transforma en una especie de fetiche protector: aparecen fantasías de que mientras sigo no me va a pasar nada malo. Entonces nos encontramos con dos puntas de la resistencia al análisis a toda orquesta: las del paciente y las del analista.
S. Freud y la frecuencia.
Si bien Freud no estableció normas rigurosas para el dispositivo analítico, sin embargo, se desprende de sus escritos la necesidad de cierta frecuencia. El inconsciente se cierra fácilmente y es difícil la lucha de las resistencias.
La frecuencia cotidiana fue impuesta por los pacientes. Le abrían su corazón, sus secretos y luego él le decía: "Bueno, vuelvo a verla dentro de dos semanas". Y las pacientes protestaban, querían seguir trabajando contiunamente sobre su sufrimiento.
Luego FReud se dió cuenta de que al desplegarse la transferencia, la frecuencia permitía que se no se diluya la emergencia de la neurosis de transferencia, lo que permitía ponerse en el ojo de la tormenta.
Cuando por algún motivo se interrumpía la continuidad de las sesiones, los hilos sueltos por el análisis se anudaban a otras personas y se complicaban las relaciones. Por eso Freud habla de atraer la libido a la transferencia, para que se desarrolle allí la neurosis. Es decir: Freud no le sacaba el cuerpo al conflicto transferencial.
Freud trabajaba con 6 sesiones semanales y así lo hacían todos en la década del 20. Un día Freud recibió una carta de Estados Unidos en la que un psiquiatra, Kardiner, le pide análisis junto a cuatro colegas más. (entre ellos Grinker y Oberndorf). Freud le contesta que apenas tenga 30 horas les avisa con tiempo. Un tiempo después ocurrió, les envió un telegrama, pues ya disponía de las 30 horas. A la fecha y hora, tocaron el timbre y Freud notó que habían 6 personas, no 5.
¿Cómo es esto? - preguntó. Es que se nos sumó este nuevo colega. Freud les dice que no tenía más horas, y que se los podía derivar a unos colegas muy recomendables: Abraham, Fererenci, Reik. Pero ninguno quiso. Entonces les dijo que vuelvan al día siguiente que iba a ver cómo lo resolvía. A la noche, a la hora de la cena, habla con su hija Anna quién le dice que 6 x 5 es lo mismo que 5 x 6.
Al día siguiente Freud los recibe y les dijo que su hija es un genio en matemáticas, que si ellos aceptaban los tomaba por 5 sesiones semanales. Y ahí empezó la reducción del número de sesiones semanales. Fue un tema económico, por influencia del dólar americano: la moneda austríaca se depreciaba velozmente, y los americanos eran apetecidos especialmetne por su aporte económico, salvo algunas excepciones: Dorothy Burlingham, Ruth Mack Brunswick, Hilda Doolittle, Smiley Blanton y algun otro).
Duración de sesiones vs Duración del tratamiento. Sesiones breves.
No hay un parámetro fijo para la duración de sesiones. Lo que aprovechamos en el convenio con el paciente acerca de su duración es que entonces adquiere un sentido. Si no le doy un comienzo y un final a la sesion, convenidos, me pierdo un montón de oportunidades de encontrar sentido a lo que hace el paciente. Si no convenimos, p.ej. que la duración durará 40 o 45 o 50 minutos, que el paciente decida interrumpir la sesión a los cinco minutos todas las sesiones es desaprovechado para ver su sintoma, por ejemplo, de eyaculador rápido en escena transferencial. Y esa eyacualación rápida es la que será tratada de entender en la sesión, no el relato de una eyaculación rápida en un acto sexual con su pareja.
El trabajo analítico Freud lo llama en alemán Durcharbeitung, elaboración, que viene de laborar, laburar, trabajar, y el prefijo Durch significa darle el sentido de "a través", es decir, el análisis se lleva a cabo a través de la neurosis de transferencia...
El momento de neurosis de transferencia es de máxima resistencia, pero es el momento de trabajar con el paciente su neurosis que se ha hecho presente... La frecuencia de sesiones y el levantamiento de las represiones favorecen el despliegue de la neurosis de transferencia.
Para eso el analista tiene que estar preparado para ver qué objeto transferencial es en cada momento del tratamiento y no mostrar directamente que es dicho objeto, sino hacer consciente el conflicto transferencial. El analista que no está en condiciones de soportar las transferencias no puede analizar. Supongamos que el analista tiene muchas formaciones reactivas y considera muy importante, un logro, ser una persona "buena", en ese caso si el paciente transfiere mucho un objeto cruel en el analista el analista se defenderá de eso en lugar de analizarlo.
Durcharbeitung significa que no nos podemos anticipar en mostrar al paciente qué y cómo va a transferir, y tampoco vale de nada hablar del conflicto transferencial una vez que este pasó. El trabajo se hace a través de la neurosis de transferencia, mientras está ocurriendo.
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