El acting out es un llamado al Otro, en una escena fuertemente escópica y visual (se da a ver). Los detalles aparecen relatados sin titubeos y el sentido acerca de su significado es contado con total seguridad por el paciente.
El tema del acting out está muy desarrollado en la teoría, pero no en la práctica.
Se dice que el acting es "un decir sin sujeto", lo cual es discutible. El acting implica la asunción de un objeto e implica algo que el paciente no logra poner en palabras, porque no entra en la cadena asociativa. Se trata de un sujeto sin recursos frente a esto que actúa. El pasaje al acto, por otro lado, implica a un sujeto que se va hacia la pulsión de muerte en diferentes maneras, ya sea la muerte del cuerpo, muerte subjetiva, etc. El pasaje al acto ocurre cuando no se escucharon los llamados al Otro.
- En el acting hay escenario, se pone algo en escena para obtener una respuesta más justa. El fantasma está conservado.
- En el pasaje al acto hay una caída de la escena, el sujeto se cae del escenario.
El acting aparece de manera abrupta y no necesita ser una situación grave, aunque el pasaje al acto sí puede serlo. Si lo que el sujeto pone en escena en el acting no es pescado, el sujeto pasa al acto, desalojándose de los sostenes simbólicos e identificándose al resto: no hay operación que lo incluya. En este punto, se trata de la forclusión de un punto que no hay otra forma de hacerlo presente, sino por vía del acting. Aquí el analista debe tomar el significante como punto de Verdad, significante desprovisto de sostenes y empezar a historizar.
El acting puede tomar la modalidad de lo que Freud llamaba transferencia salvaje, donde aparece algo que no está escrito en el guión y atropeya. Por ejemplo, una paciente que ha salido con un hombre casado y del cual se ha enamorado. El hombre le dice que no podrán seguir viéndose y angustiada, la paciente llama a su analista. Llega angustiada, irrumpe en el consultorio diciendo que ya no puede más y en lugar de sentarse en el sillón, se sienta en el piso y se pone a llorar. El analista lee el objeto que sube a la escena, ella frente al desplante del hombre casado y toma el significante "me siento en el piso" (sentarse-sentir)
Cuando se empieza a historizar el acting, siempre se descubre que el sujeto cayó del lugar de falo que lo sostenía y que creía tener. Entonces, arma una escena que pone en juego el desasimiento de los lazos.
Otra forma de acting out se da cuando el relato del paciente se cierra sobre sí mismo. El paciente relata y al analista le encuentra entrar e intervenir, el paciente se cierra a que "esto es así". En estos casos, hay que tener mucha calidez, porque el sujeto está muy complicado subjetivamente, pero a la vez hay que tener mucha firmeza para ubicar cuál es el objeto en juego para empezar a historizarlo.
Luego de un acting, se avanza hacia un nuevo tiempo. Hay un antes y un después del acting y éste tiene valor de acontecimiento.
En las supervisiones, se suele acusar a los analistas de no haber escuchado lo suficiente cuando aparece un acting. Esto implica desconocer la lógica del anudamiento de los tres registros -real, simbólico e imaginario-, pues en el acting hay algo que no ha logrado ingresar a la cadena simbólica. Lo real y lo imaginario se anudan a lo simbólico. Y hablando de los analistas...
El acting out del analista
Los analistas, por angustia o por otras situaciones que los exceden, pueden apresurarse en sus intervenciones y hacerlas antes de tiempo. Si el analista no logra escuchar o acompañar en ese proceso y se adelanta, no aloja, tiene encuadres demasiado rígidos, podemos hablar de acting out del analista.
Cuando se dice vulgarmente "El analista se autoriza de sí mismo", rápidamente concluimos que esto no es tan así. El analista también puede, por su propia angustia, hacer un acting y salir de la escena transferencial. Es por ello que para Freud es muy importante la supervisión de los casos, la teoría y el análisis personal para acotar el acting.
Es importante el registro del analista mismo cuando se evalúa un acting, ya que a veces el analista puede expulsar al paciente. Hay que respetar la velocidad que cada paciente pueda, teniendo respeto por los tiempos del paciente. No debemos olvidar que el psicoanálisis es el oficio más humano que hay, pues trabaja con las cuerdas del paciente y las del mismo analista.
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