“La amistad no necesita frecuencia. El amor sí. Pero la amistad, y sobre todo la amistad de hermanos, no. Puede prescindir de la frecuencia o de la frecuentación. En cambio el amor, no. El amor está lleno de ansiedades, de dudas. Un día de ausencia puede ser terrible".
"Yo tengo amigos íntimos a quienes veo tres o cuatro veces al año. Y a otros ya no los veo porque se han muerto. Por ejemplo, con (Adolfo) Bioy Casares nos vemos quizás cuatro o cinco veces al año y somos íntimos amigos",
Borges contó una anécdota, que está filmada. "Uno de mis mejores amigos se casó y se olvidó de decirme que se había casado. Porque como hablábamos de temas generales y era muy tímido también, le parecía que contar algo personal podía ser una impertinencia. Nunca nos hicimos confidencias. La amistad puede prescindir de la confidencia. El amor no. Si no hay una confidencia, yo lo siento como una traición", concluyó el genio de la literatura.
Con esas palabras, el célebre escritor argentino reflexionó sobre las diferencias entre el amor y la amistad. Fue durante una entrevista hecha en 1980 por Joaquín Soler Serrano.
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