Uno de los desarrollos más notables de Erving Polster (Gestalt) fue la descripción de las funciones de contacto, que son las forma en que nos conectamos con el ambiente. Ellas están formadas por el canal sensorial: los 5 sentidos, los cuales permiten captar lo que sucede en el ambiente y por el canal motor (conversar y moverse): el cual permite accionar en el ambiente.
El sujeto establece distintos niveles de prioridad, dándole importancia a determinados hechos en determinados momentos, restándole a otros. No todas las funciones de contacto tienen un carácter prioritario sino que varían según el motivo y la situación, siendo las otras formas de contacto intermedias y facilitadoras del contacto final que interesa.
El contacto puede ser: referencial (de orientación), o por el contacto mismo.
Las funciones de contacto son:
MIRAR: es el contacto visual. Este no siempre es de carácter prioritario sino que puede ser un intermediario para facilitar el contacto final ulterior. No se puede fijar exclusivamente la tensión en lo relevante sin sacrificar el sentido de contexto que complete el resto de la escena, este contexto determina la dimensión y resonancia a la experiencia presente y hacia lo que puede suceder. (empleo de mirar como deflexión: observar hacia otro lado cuando se le habla, mirada fija y penetrante la técnica para solucionar el bloqueo del contacto visual es restaurar la voluntad de ver y volver a sentir los efectos del mirar.)
ESCUCHAR: el que en verdad escucha recibe los sonidos que penetran en el. Mientras uno escucha cede el terreno hasta que le toca asumir un papel activo otra vez. Este es el carácter reciproco de hablar/escuchar. Las interrupciones generan caos. Estamos educados a no interrumpir para aprender a escuchar el prójimo y a mantener ambas partes activas. Cuando se escucha se toma contacto tanto con lo que se dice como con el sonido en si (la forma que lo decís). Hay que apuntar a una escucha plena sin prejuicios, ni puntos de vista ya establecidos ni selectividad, ya que estos limitan este canal de contacto. O sea, limitan la escucha.
TOCAR: es el medio mas obvio para establecer contacto pero sin embargo existen tabúes que reprimen esta forma de contacto. Cuando estos tabúes se relajan, el individuo puede tocar y comprometerse con todo una gana de experiencias que antes tenia prohibidas. En la terapia se apunta a restaurar el contacto táctil para poder completar situaciones inconclusas. Evitar el contacto es una preocupación por las consecuencias de nuestras conductas: es un prejuicio que paraliza ya que el tabú que impera considera al tocar como una consecuencia de una relación afectiva. La brecha neurótica es la dificultad entre lo que uno quiere rechazar y lo que en realidad rechaza. Para reducir esta brecha es necesario ponerse en contacto con el no existencial, el cual determina cuando decir si cuando se tiene que decir. Las inhibiciones impiden el contacto con la realidad existencial, por lo que debemos aprender a identificar el no existencial del o prematuro, el cual nos hace insatisfechos e irrealizados.
y 5: OLER Y GUSTAR: el olfato y el gusto, son una función de contacto de segunda categoría, pero puede volverse el centro de interés en momento de ocio o en situaciones de emergencia. Por lo general son remplazadas por función es mecánicas. Para Perls el comer es el proceso prototípico de la actividad elaboradora y asimiladora de lo que el ambiente puede ofrecerle al individuo. El principio el niño traga todo el alimento fácilmente asimilable que se le brinda, luego, cuando empieza a masticar y a morder, modifica sus hábitos de comer, eligiendo lo que a él le parece. El gusto es una actividad valorativa que determina si el alimento es o no aceptable, gracias el estimulo y recompensa de la función del comer.
El oler es una función de contacto primitiva y la más subestimada. Para los animales es el medio más eficaz de contacto. Se trata de evitar los olores más mundanos, naturales y propios y se trata de realizar los olores más perfumados que refuerzan el contacto pero que a su vez sustituyen el olor personal.
6- CONVERSAR: el conversar tiene 2 dimensiones: la voz y la palabra. La voz, es el prototipo del tono expresivo el cual, varía y en función de esa variación el mensaje se transmite, puede interpretarse de diferentes formas. Es una función expresiva que posee una dirección y un impulso: si es armoniosa, es más asimilable y bien recibida; si en cambio, es violenta, se produce una resistencia que afecta el contacto normal por este medio. La risa es otro aspecto significativo de este contacto. El habla, es una variable de respirar por lo que se apunta a restaurar, en terapia, la respiración acentuando lo que existe en lugar de procurarlo cambiar directamente. La palabra, es un poderosos agente de contacto ya que depende de cómo sea el lenguaje le vamos a llegar a la persona; los hábitos lingüísticos de cada uno (circunloquios, jerga), revelan mucho acerca de la persona y de lo que quiere o le pasa.
MOVERSE: el movimiento, por lo general, se desdibuja en un segundo plano y sólo se ejerce un efecto sutil e inadvertido. Es un facilitador del contacto; focalizarse en el movimiento, revela la acción desembarazada y fluida de una persona que apoya la actividad en que está empeñada.
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