Resulta importante, para el psicoanálisis, tomar en consideración algunos datos en relación al reconocimiento infantil de las diferencias genitales. Dice A. Fausto-Sterling, en Cuerpos sexuados:
"Al menos en Norteamérica, los niños pequeños parecen basar su primer esquema de género rudimentario en marcadores culturales del género y no en su conocimiento de las diferencias genitales. En un estudio, la psicóloga Sandra Bem mostró a niños de 3, 4 y 5 años fotografías de niños o niñas desnudos y luego de los mismos niños o niñas vestidos de tales. Los niños de menos de tres años tenían dificultades para clasificar un cuerpo infantil desnudo como masculino o femenino, pero eran capaces de clasificar los niños vestidos valiéndose de indicadores sociales como la indumentaria o el corte de pelo. Cerca del 40 por ciento de los niños de 3, 4 y 5 años eran capaces de identificar el sexo de todas las fotos una vez tenían conocimiento de los genitales. El resto aún no había adquirido la noción de constancia del sexo (esto es, se valían de indicadores genéricos como el peinado o la vestimenta para decidir quién era niño y quién niña). Esto también significaba que algunos de estos niños creían que podían pasarse al sexo opuesto con sólo cambiar la vestimenta. Su propia identidad de género aún no estaba fijada"
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