miércoles, 9 de febrero de 2022

Cómo buscar y trabajar lo simbólico en la clínica de adolescentes

A partir de la adolescencia, el ser humano se enfrenta con los límites de la ley y con la capacidad que Lacan refiere como "ser un lobo entre los lobos". El niño, que sale de su familia, se asoma a esa ruptura y la pregunta es de qué se agarra en esta transición. Freud dice que en la adolescencia se reeditan marcas de lo infantil.

En los adultos, muchos relatos son sobre lo mudo, sobre lo que percibieron pero que no le pueden poner palabras sino hasta la adolescencia, que es cuando aparecen estas palabras. Con la reintroducción de la palabra, se leen esas marcas y eso es lo importante en un análisis.

Cuando un niño empieza su tránsito a la adultez, vemos que ellos se agarran de la música, de lecturas ó el intercambio con los otros. Actualmente, muchos de estos relatos han perdido vigencia, pero uno podría pensar en fenómenos literarios contemporáneos como Harry Potter. Se trata de mitos que hablan de transformaciones, que el adolescente vive de manera siniestra. Todos estos mitos narran algo allí donde la palabra le cuesta relatar. ¿Qué relatos acompañan al adolescente? Algunos relatos son narraciones más de la pulsión de vida, simbólicamente más ligados a lo imaginario, como las canciones, donde uno se ve. 

Al analista le toca averiguar de qué relatos se agarra ese sujeto. Hay que ir a las canciones que escuchan, a sus letras. ¿Qué personajes y qué mensajes portan? Por ejemplo, en el caballero de la armadura oxidada, vemos que lo que el protagonista padece es algo que vemos en las neurosis obsesiva: las defensas se bañan en la pulsión de muerte y enferman al sujeto. Ese es un buen texto para ver qué armadura oxidada porta cada sujeto.

Lo simbólico que más tiene que ver con el agujero de lo real, que tiene que ver con la angustia, tiene un correlato en aquellos grandes escritores que bucean en la parte más mortífera del sujeto, por ejemplo Emil Cioram y Alejanda Pizarnik. Estos relatos gustan mucho en la adolescencia, porque elevan a la muerte a la dignidad de la cosa. La postura de que todo es en realidad una ilusión suele atraerles. Por ejemplo, el texto de Mariana Enriquez sobre Kurt Covain, lo que vemos es cómo el músico no podía tolerar su vida. Estos textos esconden una depresión que lo que está en juego es el temor a vivir, de no tener las herramientas para avanzar. 

Los celulares también, a partir de las filmaciones ("historias") que los adolescentes hacen, contienen narrativas. Este recurso se puede usarse en la clínica con adolescentes. Todo lo que el analista puede aprovechar de los dispositivos actuales y que permita enhebrar con lo simbólico, es bienvenido, en tanto la posibilidad de inscribir algo de la pulsión de muerte, que deshace. 

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