Violencia, definición:
- al ejercicio absoluto del poder de uno o más sujetos sobre otro. que queda ubicado en un lugar de desconocimiento; esto es. no reconocido como sujeto de deseo y reducido, en su forma extrema. a un puro objeto.
- anular al otro como sujeto diferenciado, sumiéndolo en una pérdida de identidad singularidad que señala el lugar e a angustia."
ORIGEN E HISTORIA DEL TÉRMINO
Piera Aulagnier realiza un aporte fundamental, al definir:
violencia primaria: " .... radical y necesaria. que la psique del infans vivirá en el momento de su encuentro con la voz materna," "designa lo que en el campo psíquico se impone desde el exterior a expensas de una primera violación de un espacio..."
- Es constructiva, expresa a la pulsión de vida.
violencia secundaria: "se abre camino apoyándose en su predecesora, de la que representa un exceso por lo general perjudicial y nunca necesario para el funcionamiento del yo"
- Tendencia al dominio ó a la aniquilación del otro.
DESARROLLO DESDE LA PERSPECTIVA VINCULAR
En cuanto a la violencia en la familia, se manifiesta a través del maltrato corporal o el abuso sexual; y/o se expresa en la palabra y el afecto, bajo diferentes modalidades discursivas.
La palabra y el acto pueden ser rastreados como modo de relación privilegiado en las familias a veces a través de varias . generaciones. Podemos hablar así de una transmisión intergeneracional del maltrato, físico y mental.
El eje de la escena violenta en lo observable es el vínculo entre violentador y violentado/s, que se formula como golpeador-golpeado/s, abusador-abusado/s, abandonan te-abandonado/s, enloquecedor-enloquecido/s; no obstante, ella compromete a todos los miembros del grupo, expandiéndose en la red familiar, Configura así una verdadera enfermedad del grupo y el abordaje terapéutico conjunto se jerarquiza.
Tanto violentadores como violentados se encuentran a su vez sometidos a déficits y excesos, sentidos y sin sentidos que operan transgeneracionalmente, actualizados con frecuencia a partir de condiciones violentas del presente que obstaculizan la resignificación de lo recibido y la apertura a lo nuevo. Así, el victimario se halla a su vez atrapado en hilos invisibles; si bien su deseo suele aparecer en lo manifiesto como único y realizado, en la "otra escena familiar", en cambio, un texto ignorado y fatal lo posiciona.
Podemos así pensar a la violencia familiar tanto en términos de vinculaciones actuales como conectada con fenómenos de descontextualización y transmisión de aconteceres transgeneracionales. Es decir, enfocando a los personajes violentos en tanto expresivos. Las determinaciones concernientes también a otros tiempos y otros contextos, A la vez, es posible considerar, complejizando lo anterior, las formas de violencia propias de la época, cuyas particularidades, en diálogo .con otras determinaciones, proponen modos de expresión para violencias ineludibles y favorecen o desestiman la elaboración y contextualización de lo transmitido.
Las diferentes modalidades de la violencia familiares que mencionaré -las cuales de ninguna manera pretenden agotar la amplitud del tema- afectan, de distintas maneras, a la subjetivación, La familia, por la cualidad y función de sus vínculos, enfatizan la dimensión constitutiva y el sostén conforma un espacio privilegiado para expresar una tendencia narcisista a la homogeneización, que pretende moldear en el otro la imagen especular del propio yo, De tal manera, algunas familias pueden definirse como violentas en tanto portadoras de un discurso presentado como sagrado e incuestionable; ellas ejercen la intromisión en la psique de sus miembros, no reconocidos como mediatizadores singulares aptos de la propuesta social y familiar. Así sometidos a distintos grados de desubjetivación, algunos de sus integrantes se ven condenados a perturbaciones severas del pensamiento y la palabra propios.
Dichos grupos manejan creencias e ideales rígidos y absolutos, violentos en tanto eliminan la posibilidad de opción singular; el proyecto vital es fijado para cada uno por el entramado familiar, y todo aquello no abarcado por el ideal compartido es denigrado. Aun el deseo, ese "extranjero" singular y difícilmente dominable, ha de ser descalificado y controlado, en casos severos. Quien se atreva a conjugarlo, será expulsado quizá del paraíso del texto familiar, poseedor supuesto de todas las respuestas; aislante ilusorio, por ende, de la finitud y el dolor. Estos vínculos suelen ofrecer, a la par que indiscriminación, aislamiento y soledad, desplegados en un contexto encerrante. Cuando la indiscriminación se acentúa en estos grupos familiares con perturbaciones en la 1a simbolización, es factible considerar al otro, y al cuerpo del otro, como palies propias a ser rechazadas, castigadas o apresadas. Al mismo tiempo, a pesar del maltrato y el padecimiento, esta índole de vínculo familiar es de difícil disolución, ya que la separación es experimentada como muerte, desgarro o mutilación.
Ciertas familias, a su vez, a la manera de los regímenes totalitarios, instalan el terror, y la vigencia de legalidades arbitrarias y sometedoras.
PROBLEMÁTICAS CONEXAS
En cuanto a las cuestiones ligadas al concepto, es necesario, para su precisión, diferenciar el discurso violento de aquél considerado como "agresivo", por ejemplo gritos o palabras hirientes, en cuanto no produzcan el efecto señalado en la definición arriba mencionada.
Por otra parte, es del mayor interés y especificidad la consideración clínica del abordaje de las familias afectadas por estas problemáticas. Sus rasgos peculiares, la utilización de mecanismos que determinan fisuras en el sostén, configuran a menudo situaciones del verdadero riesgo, constituyendo el niño y el adolescente los grupos más expuestos. Por otra palie, los descendientes, por su dependencia y su indefensión, han sido destinatarios favoritos del acto y la palabra violentos a través de los tiempos; junto a ellos, las mujeres y ha también los ancianos constituyen los grupos de mayor riesgo, En la clínica de estos grupos familiares es preciso atenuar tal riesgo, lo cual enfrenta en ocasiones al terapeuta con situaciones de emergencia, no solamente en lo que se refiere al maltrato corporal, sino en cuanto a las ya mencionadas parentalidad por las cuales los hijo suelen confrontarse con accidentes, suicidio, adicción, o actuaciones auto o heteroagresivas de mayor o menor grado de peligrosidad
Fuente: Rojas, Cristina (1998) "Diccionario de psicología de la clínica vincular", en "Violencia familiar"
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