"Entre estos dos términos que constituyen, en su esencia, el amante y el amado, observen ustedes que no hay ninguna coincidencia. Lo que le falta a uno no es lo que está escondido en el otro. Ahí está todo el problema del amor. Que se sepa o no se sepa no tiene ninguna importancia. En el fenómeno, se encuentra a cada paso el desgarro, la discordancia. Nadie tiene necesidad, sin embargo, de dialogar, de dialectizar, sobre el amor –basta con estar en el tema, con amar- para estar atrapado en esta hiancia, en esta discordancia".
Lacan en el seminario 8 La transferencia, hace alusión a la producción del acontecimiento amoroso en términos de discordancia. De este modo, lo que caracteriza al sujeto del deseo, es su falta: quien ama se dirigirse al otro y en ese desconocimiento propio del estatuto inconsciente, no sabe lo que le falta.
“El objeto de deseo es para quién experimenta dicho deseo, algo que no está en absoluto a su disposición y que no está presente en suma, algo que no posee, algo que no es él mismo, algo de lo que esta desprovisto, es por esta clase de objeto por la que siente tanto deseo como amor.” (Lacan,1960-1961 )
Así surge el vínculo entre la falta el deseo y el amor. El amor proviene y se enlaza al rededor de esa falta. Lacan agrega:
“de la conjunción del deseo con su objeto en tanto que inadecuado, debe surgir aquella significación que se llama el amor”
-Lacan, 1960-1961.
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