Levi Strauss estableció a la pareja como un vínculo de alianza para la formación de una nueva familia, sistema de paretenzco y tribu. Vimos como la pareja cambió a lo largo de los tiempos. Las configuraciones eróticas y amatorias también se fueron transformando.
El vínculo de pareja, al menos desde la cultura, es el único vínculo donde están habilitadas las relaciones sexuales, de manera que es un vínculo que está atravesado por eso. Además, en las parejas hay una frecuencia y una sostenibilidad a lo largo del tiempo. En esos encuentros participa la cotidianeidad, parámetro que menciona Isidoro Berenstein. También el autor habla de un proyecto compartido en ese lazo amoroso. Mediante alianzas y velamientos inconscientes se constituyen como una pareja, en ese espacio intersubjetivo que van formando, de manera de formar un "nosotros".
A veces en la clínica notamos personas que se presentan como pareja, pero no hay allí tal cosa, aun que vivan juntos desde hace tiempo. Si pensáramos a la pareja a partir de lo anterior, deberíamos revisar qué es lo que se entiende por amor. ¿El amor está en el polo apuesto del odio? ¿El enamoramiento es lo mismo que el amor?
En el enamoramiento hay una ilusión de completud. Puget y Berenstein hablan de la búsqueda de amparo, donde el otro, vía el enamoramiento, es idealizado para intentar que ese estado desaparezca. En el encuentro cada uno recorta al otro de acuerdo a su propia historia.
El odio y el amor conforman hebras conjuntas que están en el mismo polo. En el otro polo está la indiferencia.
En el encuentro con el otro se van construyendo las alianzas inconscientes, las cuales son importantes para la vida psíquica de cada uno de los que conforman la pareja. Para la construcción de esas alianzas se ponen en juego los pactos denegativos, que posibilita el establecimiento del vínculo. La trama que se va construyendo en el espacio intersubjetivo es importante, porque se va determinando la forma o la modalidad de los encuentros de la pareja, sus desencuentros, la sexualidad, la cotidianeidad, la tendencia monogámica, la fidelidad, etc.
En las tramas de alianzas hay una circulación deseante, poniéndose en juego las pulsiones en la pareja. Es importante saber cómo se construyeron las alianzas inconscientes, siguiendo a Kaes, porque determinan el estilo de funcionamiento del vínculo, que es la puesta en acto de esa intersubjetividad. Esto es lo que vemos en el consultorio: las producciones, eso que dicen, lo que no dicen... Todo eso da cuenta de la modalidad de funcionamiento vincular.
Las modalidades de funcionamiento vincular está determinado por el mecanismo de defensa preponderante en ese vínculo. El pacto denegativo pone a jugar mecanismos defensivos y algunos priman: forclusión, represión y desmentida. Cuando una pareja tiene un funcionamiento con predominio de la desmentida son grandes niveles de violencia. La desmentida es un mecanismo perverso, pero hablamos del funcionamiento vincular y no de los sujetos, que pueden no serlo.
En un primer tiempo, el ligamen de la pareja se da por enamoramiento, donde el otro pasa a ser un objeto privilegiado. Es un momento donde prima el principio de placer. Lo castratorio en este primer momento no opera, hay una idea de completud. Es un tiempo necesario, constitutivo del enlace psíquico. ¿Pero qué pasa cuando no se encuentra esa vía de relación al objeto? Un yo maduro requiere de haber pasado por al experiencia del objeto bueno y el objeto malo, inscribiendo ciertas operaciones psíquicas, de manera que aunque el objeto sea bueno, sea tolerable su frustración (que siempre ocurre). Cuando el yo no se desarrolla adecuadamente, se queda en esa fas de pegoteo y rechazo muy peligroso.
También encontramos posicionamientos, en la pareja, que van por la vía narcisista. No es lo mismo que el otro objeto de deseo a que sea objeto de necesidad. "Necesito que me ames para yo poder verme", de manera que la mirada del otro a mi me otorga una identidad y es el espejo donde me reflejo. Encontrarse con el deseo es algo que mata al narcisismo, por eso cuesta tanto: el deseo incomoda.
Un caso
Ella es sin edad y cabello recogido tras la nica, un traje de color neutro. Su cara porta los rasgos de la ausencia, como si ella no estuviera verdaderamente allí. Avanza en la habitación, cada uno de sus gestos es desmesurado. La vida amorosa no parece ejercer ninguna ocupación en ese cuerpo. Su belleza es formal, sin ningún signo que pudiera, desde el exterior, identificarla.
- Yo quisiera que usted me sacara de encima el amor.
La psicoanalista no puede evitar una sonrisa, ante esa declaración.
- Yo sería incapaz, señora. Pero quizá puede decirme lo que usted entiende por amor.
- Es por eso que vengo. No quiero saber nada del amor. Yo quisiera que usted pudiera evitarme toda relación con eso de ahora en adelante.
Entonces habría un antes -le pregunta.
La mujer se inclina sobre su bolso de mano que apoyó contra el sillón.
- No estoy enferma ni delirante, solamente triste. No tengo intensión de hablarle de mi pasado, no tengo nada para revelar de eso que le interesa a priori a su profesión. Vine a verla porque un día la escuché por azar en la radio y supuse que podía ayudarme, eso es todo.
La analista se queda ante esa demanda, en otra entrevista dice.
Usted no podría jamás sacarse de encima el amor -Le dice en desprecio de las reglas freudianas más elementales. -Nosotros venimos de allá, del enlace, acordonados como los alpinistas, amarrados a un vientre, a un alma, a las tripas, una voz. Nosotros no venimos de a dos, nosotros morimos solos, esa es una certeza. Y para nacer es necesario pasar por un desgarramiento del que no tenemos ni idea. Si es de este amor que habla, no hay nada que hacer: está en sus pulmones, su cerebro, en lo más mínimo de sus gestos; la preexiste a usted, y sin socorro alguno de un dios él está enraizado en usted como la marca del primer enlace. Y también si su madre la hubiera rechazado, abandonado, odiado, lo que yo llamo acá amor es la capacidad de un soplido que hizo de usted un ser viviente antes, vivo y esperanzado.
💙
Cuando nosotros vamos pensando cómo se va estableciendo esa trama vincular, podemos pensar en los movimientos que van teniendo las alianzas, que se constituyen, se modifican, se destituyen... Por ejemplo, una pareja puede pasar del noviazgo hacia la construcción amorosa. Intentamos pensar cuál es la función psíquica que el otro cumple en el fantasma. ¿Qué es lo que los hace estar juntos?
El otro siempre frustra y nunca está en el lugar donde el sujeto espera que esté. De manera, que aparece la figura de la hostilidad. El amor hunde sus raíces en la hostilidad y no es raro un pasaje de uno al otro. Claro que hay que distinguir la hostilidad de la violencia.
Una cosa es que la pareja sea el síntoma del sujeto y algo diferente es el síntoma de la pareja.
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