Los psicólogos muchas veces somos convocados al lugar que la pitia del Oráculo de Delfos dejó vacante, en el sentido que nos vienen con las preguntas más insólitas. Por supuesto, cada quien sabrá si sabe responder o no a tal demanda.
En este caso, alguien me mandó un video por Instagram y me preguntó qué opinaba yo. Resumo el video en estas tres secuencias:
Por si no se entendió, la secuencia muestra a un hombre que ata un palo a un ventilador de pie. Dicho palo tiene pegada una mano de papel. El hombre prende el ventilador y se recuesta, de manera que al moverse el ventilador la mano le roza la piel.
Confieso, en primera instancia, que el ingenio del caballero me llamó la atención. Por lo demás, no me sorprende tanto su motivación, porque vengo estudiando el tema del "objeto táctico" como forma de la pulsión y su prevalencia en tanto a su privilegio es más frecuente de lo que se piensa. Dicho sea de paso, el estudio del tema tacto (y olfato) está sumamente relegado en la clínica psicoanalítica, casi como si fuera un tema tabú para quienes se jactan de hablar de los temas que a la sociedad le genera resistencia. Cierta vez, un colega me demostró que el encuadre psicoanalítico es sumamente puritano respecto al cuerpo, aunque existen algunas pocas voces que refieren teóricamente a las intervenciones con él.
Pero volvamos al tema de la mano de papel y el ventilador. Haciendo un poco de investigación, me di cuenta que el caso del hombre del video no es el único:
Entonces, ¿Qué está en juego en esta práctica? Algo cuyo nombre es rarísimo: knismesis. Se trata de una de las modalidades de las cosquillas. Stanlley Hall y Arthur Allin hablaron, en su época, de dos tipos de cosquillas: knismesis y gargalesis respectivamente. Las primeras son las cosquillas suaves que pueden sentirse con el dispositivo que vemos en las fotos... o si un insecto te camina por la piel. Las gargalesis son esas cosquillas que son un estímulo "sumumbral": no causan dolor, pero tampoco placer. Las cosquillas tipo gargalesis no puede ser producida por uno mismo, excepto en algunos casos de esquizofrenia.
Ahora, que la knismesis pueda resultar relajante o incluso utilizada como parte de las relaciones sexuales no es ninguna novedad. Cualquier parte del cuerpo tiene la característica de erógeno y la knismesis es una formas del objeto táctico, lo mismo que la gargalesis.
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