martes, 12 de mayo de 2020

Las distintas organizaciones del yo

Ya hemos dado las bases constitutivas del aparato psíquico: representaciones cosa, representaciones palabra, cómo están sometidas a diferentes regímenes económicos. Sobre las bases de esas representaciones y con ellas, en base a la interacción con el otro humano, se van a ir formando las instancias psíquicas.

En Freud, hay varios yoes primitivos. Hace años había una discusión entre kleinianos y no kleinianos de si había suficiente yo al nacer, como para aplicar defensas tan sofisticafas como introyección, proyección, identificación proyectiva, etc. Las defensas se aplican sin que haya un yo parecido al yo de realidad definitivo. Se aplican por movimientos de placer-displacer, o huida, por principio de Nirvana.

Vamos a comenzar por las estructuras yoicas freudianas. Lo primero que señala Freud es un yo real inicial: responde al principio de Nirvana. Freud lo llama yo porque es en el bebé el punto en que siente la urgencia. Es el punto en que siente el hambre, aquel punto en el cual no se puede huir. No está bien nominado, porque de ahí en adelante todo lo que sea percepción o llegada de nuestra necesidad corporal primero y psíquica después, va a ser el punto del cual no podamos huir de la llegada de nuestras urgencias. Sin embargo, este yo inicial aplica este primer principio que intenta responder a la constancia, que es el principio de Nirvana. Este yo hace la descarga que el Proyecto llama descarga neuronal primitiva. Expulsa la excitación, o al menos lo intenta mediante gritos, llantos, pataleos. Es el llanto absolutamente desesperado del recién nacido, que se agita intentando expulsar el hambre que como señal le llega al cerebro desde su estómago. No hay ningún tipo de elaboración. Por suerte para el bebé, alguien acude y lo alimenta y cierra el circuito de la descarga neuronal primitiva. Esto, que se describe en el Proyecto de Freud, deja huellas mnémicas.

La huella mnémica de los cuerpos fusionados del bebé en la escena de satisfacción y el cierre de la urgencia como huella mnémica, con la reiteración de las escenas de satisfacción, se consolida. También registra las vivencias de insatisfacción, los dolores de panza, los cólicos, los gases atravesados y lo malo que le suceda, en un conglomerado que Freud llamó objeto hostil. Ese objeto hostil forma un conglomerado representacional displacentero que va a estar totalmente separado del conglomerado placentero, que poco a poco va a ir consolidando. El objeto hostil, en cuanto haya una vivencia que se acerque a despertarlo, va a reinstalar la descarga neuronal primitiva. Es decir, el llanto desesperado. Por lo tanto, tenemos un bebé que pasado cierto tiempo ya tiene un psiquismo disociado. Yo placer purificado se llama el conglomerado de experiencias fusionales buenas. Objeto hostil, el conglomerado de experiencias malas. Este va a seguir sosteniendo la descarga neuronal primitiva que responde al principio de Nirvana.

Algo se transforma con la presencia del yo placer y es que una vez que consolida ante el próximo embate del hambre, en lugar de llorar desesperado Freud propone que va a tener la primera actividad psíquica. El yo placer purificado va a pasar a percepción. Ese pasaje a percepción es la primera actividad psíquica, el primer deseo y se llama alucinación primitiva. Freud la deriva de su experiencia con sueños. Considera que el sueño es la actividad más primitiva del aparato psiquico y considera que en el bebé debe ser su actividad psíquica más primitiva. Afortunadamente tenemos confirmación neurológica de esto, aunque esa confirmación neurológica nos plantea problemas. parece haber registros neurológicos de que aún los fetos avanzados tienen registro de sueños REM. O sea, hasta se adelanta a las escenas de satusfacción. No sabemos con qupe sueña un niño antes de nacer, quizá representan lo que están viviendo. En todo caso, no es contradictorio con la primera tesis freudiana de que la primera actividad sea la de alucinar.

Para Freud, es muy importante la madre porque son experiencias fundanetes del aparato, la experiencia de satisfacción y la experiencia de consuelo. Esas las provée la madre. Sin esas experiencias, el aparato claudica y se desarma. El yo placer purificado, antes de que venga la madre, logra alucinar. Por un ratito, alucina y cuando esto falla, llora.

Primera oral o primer estrato psíquico.
En este estrato psíquico son importantes tres estruturas: yo real inicial, que es el punto de la urgencia inevitable del cual, por llanto y pataleo se trata de escapar y corresponde  al principio de Nirvana. Las experiencias de satisfacción constituyen al yo placer purificado y las experiencias de dolor y desagrado, disociadamente, constituyen al objeto hostil. O sea, que tenemos 2 yoes y un objeto hostil. Esto hace que el primer estrato esté cruzado por una gran disociación.

Hay que enfatizar que también todo el amor está concentrado en el yo placer purificado y el objeto hostil es odiado. Para Freud, el amor y el odio son de temprana constitución. Es absolutamente contradictorio Winnicott, que dice que el odio es reactivo. Por lo tanto, también esto va a ser releído a la luz de las super pulsiones Eros y Muerte. El amor hacia el yo placer purificado va a ser un predominio casi absoluto de Eros. También tiene contaminación de muerte porque al funcionar alucinatoriamente, dura pico tiempo. Por lo tanto, fenece. No hay nada que sea puro Eros ni pura Muerte en el aparato psíquico.

El objeto hostil es el que promueve sentimientos de odio y aversión en el bebé y desencadena, mediante el principio de Nirvana, la descarga neuronal primitiva. El yo p.p. tiene como funcionamiento, justamente, el funcionamiento alucinatorio. Habíamos dicho que estos dos funcionamientos presentan disociadamente de manera exquisita el funcionamiento del principio de placer, que es realización del deseo, ahora, ya, inmediatamente, mediante la alucinación y evitación compulsiva del displacer, mediante el intento expulsivo del objeto hostil.

Está el yo placer purificado, que desde las descripciones del Proyecto implican huellas mnémicas fusionadas de inscripciones del cuerpo del bebé y de la mamá. El bebé, cuando es amamantado, no puede discriminar entre su cuerpo y el de la madre. Por lo tanto, inscribe fusionadamente esas huellas. Por lo tanto, es lo que más tarde, más allá del proyecto, Freud va a describir como la identificación primaria anterior a la elección de objeto. Como también va a llamar identificación primaria a la identificación cuando se hace la diferencia de objeto. Yo me hice cargo de llamar a esta identificación originaria o identificación fusional. Por lo tanto, este es el narcisismo originario fusional que está tajantemente dividido de todo lo malo que se expulsa odiándolo y tratándolo todavía con la expulsión nirvánica.


Segunda oral.
Si las experiencias buenas predominan sobre las malas, como diría Melanie Klein, se va produciendo poco a poco una unificación paulatina de los perceptos del propio cuerpo, porque en el objeto hostil está expulsada la panza que duele por el hambre, que queda expulsada como exterior. Por lo tanto, poco a poco el bebé tiene que ir aceptando que la boca deseante es la boca en la cual se produce la satisfacción, que la pancita que le duele es esa pancita en la cual cae la leche que se satisface, que su cuerpito que es sostenido por la madre es parte de esa pancita que duele y de esa boca deseante que se satisface. Es decir, para Freud se va componiendo la representación corporal unificada. Ese es el nuevo acto psíquico de Introducción al narcisismo y es la constitución del yo de la segunda oral.

Es imposible que no se constituya la representación del yo sin que se constituya, al mismo tiempo, la representación del objeto de mamá, que el Proyecto llama juicio del semejante. Ahí comenzarían ya los procesos intelectuales, sería el primer juicio o movimiento propiamente intelectual: yo soy distinto al objeto mamá y se abre una apertura en la cual el bebé puede esperar a la madre, pero hay algo que se recupera del yo real inicial para siempre: asumir que el lugar de la urgencia es uno mismo y esto es muy importante. El lugar de la urgencia va a marcar para siempre a la construcción de todo el aparato psíquico como lugar del cual no me puedo escapar. Por eso, en base a eso, se van a construir el principio de placer, pero va a ser seguido por el principio de relidad. El principio de Nirvana va a tratar siempre de hacer escapar de ese lugar del cual no se puede huir y el principio de realidad va a ser el sostenedor de hacer centrar de ese lugar del cual no se puede escapar, de lo que se es, de lo que es todo el aparato psíquico.

Al diferenciar por juicio del semejante, Freud también llama identificaciones primarias a las identificaciones que se hacen de vuelta de la diferenciación del objeto. Por eso, las identificaciones originarias fusionales (1° oral) se diferencian de las identificaciones de vuelta del objeto (2° oral), es decir, que ya han diferenciado al objeto. Estas últimas, entonces, se llaman identificaciones primarias, que son las que corresponden a las que en Introducción al narcisismo dice como nuevo acto psíquico: la constitución de un yo diferenciado.

Recapitulemos: Gracias a esta inscripción de esa identificación originaria o fusional es que el yo puede conservar dentro de si las experiencias de satisfacción como lo bueno. Ahora, posteriormente las experiencias displacenteras también son integradas al yo. En la primera oral, lo displacentero queda separado del yo por una defensa, que es la escisión. Posteriormente, se pasa a la 2° oral y se integran esas experiencias displacenteras o dolorosas. Además, el yo integrado asume como unidad las experiencias dolorosas y satisfactorias que vienen del cuerpo, y las experiencias psíquicas buenas y malas que vienen del psiquismo.

- La primera etapa es bivalente, porque hay puro amor por un lado y puro odio por el otro.
- En cambio, la segunda oral es una etapa ambivalente, según el aporte de otros autores también. Se puede amar y odiar al objeto, porque a veces el objeto viene rápido y otras veces el objeto no está. Tiene que ver con el famoso fort-da de Freud: su nietito se bancaba que su madre no esté.

Yo ideal e ideal del yo no es una diferencia freudiana, sino post freudiana. Tomamos hoy esa diferencia porque parece perfecta. Podemos considerar que yo ideal es un yo complaciente a la pulsión e ideal del yo es un aspecto del superyó que le propone al yo un proyecto de vida. Pero Freud usa a estos conceptos indistintamente. Podemos decir que yo ideal son los restos fijados de los yoes antiguos. La complacencia de las pulsiones tiene que ver con su majestad el bebé. Cuando Freud habla del ello, sigue pensando en fijaciones pulsionales. Esas fijaciones de antiguos yoes se condensan en una estructura llamada yo ideal, que puede ser tranquilamente la fijación "his majesty the baby". La ambivalencia, así como la omnipotencia, irán bajando poco a poco.

Freud homologa amor con Eros y odio con Muerte. Podemos atrevernos a desacordar con Freud en este punto, porque Eros-Muerte están planteados como pulsiones muy primordiales. El modelo que él toma es el del metobolismo, es decir, son prepsicológicas, porque actúan en la naturaleza. El psiquismo las hereda desde lo natural. Los afectos básicos con los que nacemos como la capacidad de amar u odiar, aunque son filogenéticos, tienen procesamientos muy complejos en la medida que se avanza ¿en los estratos del aparato psíquico. Entonces, es muy simplista identificar al amor con Eros y al odio con Muerte. Por ahí, en el bebé podría ser, pero en un amor de pareja ya es muy complejo y culturalizado, es muy difícil.

Tiene distinto nivel categorial la pulsión oral, el narcisismo fusional originario, la dialéctica Eros Muerte, la disociación constitutiva, la identificación fusional y los afectos amor odio. Son diferentes categorías que se dan simultáneamente. Todo este trabajo es organizar la teoría freudiana.

Fuente: Entrada confeccionada con los encuentros 17 y 18 "Las distintas organizaciones del yo", primera y segunda parte, del canal Freud Desconocido.

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