martes, 9 de junio de 2020

Edipo, tránsito y naufragio e instalación del superyó y yo de realidad definitivo

Hoy seguiremos desarrolando el tema de la entrada pasada: la especificación de los complejos de Edipo en el varón y la mujer, su tránsito, naufragio y la instalación del superyó.

Los complejos de Edipo (son femenino y masculino) no solo son importantes por la articulación de la identidad de género con el genital, donde se dan los posicionamientos masculino y femenino, sino porque introducen al sujeto en el esquema simbólico del parentesco que el niño está en condiciones de comprender. Antes de eso, abuela, abuelo, tío eran más bien representaciones cosa. En cambio, la introducción en el sistema de parentesco es una estructura simbólica en la cual se introduce y comprende la sucesión de las generaciones, la comprensión de la muerte y el acceso a simbolismos más grandes que lo introducen en otros grupos sociales. No es casual que a esa edad de los niños , en todo el mundo, comienza la escuela primaria.

Tanto en la mujer como en el varón, los Edipos son completos: homosexual y heterosexual. No solo se ama al progenitor del sexo opuesto, sino al del mismo sexo. O sea que son conflictivos y merece una elaboración. Ya explicamos lo que sucede respecto al heterosexual, pero también es conflictivo el Edipo homosexual y eso merece una elaboración y abandono del objeto homosexual.

En la mujer, el abandono de la madre la introduce en el Edipo positivo. En el varón hay un gran conflicto: el conflicto del varón es someterse homosexualmente al padre o matarlo. Por lo tanto, la salida implica que lo que ha sido problema vincular conflictivo se resuelva no solo en identificaciones al sexo que le corresponde, sino en una identificación muy particular, que es identificación a los valores de los padres, dice Freud, unidos y compatibles entre sí.

Esta identificación a los valores de los padres es la identificación que forma al superyó y constituye salida del complejo de Edipo. Freud aquí hace una observación bastante diga de explicar. Dice que el superyó de la mujer es débil y que el superyó del varón vuelve contra sí gran parte de la agresión que había dirigido contra el padre. En ese sentido, parece otorgarle una capacidad dee exigencia y de culpabilidad más grande. Esto ha planteado muchos interrogantes y también se explica por una categoría muy abandonada por los psicoanalistas, que es la categoría de superyó cultural, que Freud menciona en El malestar en la cultura.

Si la identificación al superyó es la idnetificación a los valores de los padres, el superyó de los padres es la identificación al superyó cultural, que es la estructura de valores de una sociedad histórico, cultural, dada. Incluso, Freud especifica que hay superyóes subculturales dentro de una misma cultura. Entonces, esto podría explicar la idea de Freud de que las mujeres de su tiempo tuvieran un superyó más débil. Esto quiere decir que la transmisión de valores femeninos en 1930 evidentemente constituían en valores domésticos y a no tener grandes valores en la cultura y la sociedad. En cambio, los valores para los varones de esa época sí los lanzaba a tener valores en la cultura, en la guerra, en la política. Es decir, estaban mucho más dirigidos a la obtención de logros económicos, sociales, políticos o en la guerra. Actualmente, esto fue cambiando. Hace 40 años, en Argentina no habían policías mujeres, por ejemplo. Hoy en día hay oficiales mujeres en todos los ejércitos del mundo y han participado en guerras. También hay presidentas, políticas y esto ocurrió en un breve lapso de tiempo.

El superyó cultural que hoy estamos transmitiendo a las niñas no es el superyó de debilidad doméstica que se les transmitía a las chicas en la época de Freud. En el caso Dora, ella tenía inquietudes intelectuales y en el historial se lee que ella asistía a conferencias culturales dedicadas a señoras y señoritas. ¿Qué cultura era esa, especialmente preparada para señoritas? Era una cultura lavada. Por eso no podemos tener inconvenientes en entender por qué Freud dijo que el superyó de su época, en la mujer, era un superyó más débil.

Hay un cierto problema en la traducción de naufragio, que en alemán también se usa para decir "ir al fundamento". Lo que sucede con el complejo de Edipo es que se vuelve fundamento, estructura psíquica. Lo que fue un cmplejo vincular se vuelve fundamento del yo de realidad definitivo, o sea preconsciente-consciente y superyó, en tanto ahí se produce la represión primaria, que es la que divide sistemas.

También hay discusión entre los psicoanalistas sobre la represión primaria. Freud dice que tiene que ser el antecedente necesario de la represiones secundaria. Esto quiere decir que tiene que ser necesariamente la que divide sistema inconsciente de los sistemas secundarios: yo realidad definitivo y superyó. La carta 52 es inestimable en este sentido. Es cierto que habla de represiones, porque al fundarse el aparato psíquico estrato en estrato, hay represiones, pero le da un peso absoluto a aquella que divide el inconciente del preconsciente. O sea, hay que darle un estatuto absolutamente privilegiado al que divide el sistema primario en el que rige el principio de placer a lo que divide a los sistemas secundarios, en lo que rige la representación palabra y el principio de realidad.

Naufragio quiere decir sobreinvestidura del Edipo y represión primaria.

Aunque la carta 52 no lo dice, pero podemos suponer que cuando se establece en ella la represión primaria, las represiones que han ido separando estratos, desaparecen, porque en el inconsciente circulan las pulsiones libremente con energía precisamente libre, no ligada. Las diferentes sobreinvestiduras que han habido entre estratos van siendo absorbidas e integradas a los estrtaos secundarios por sobreinvestiduras. Las pulsiones quedan fijadas. Lo que se va al fundamento es la compleja trama vincular: el ello queda reprimido, pero lo que quiere decir Freud es que la compleja trama vincular sea transformado, sobreinvestido en yo masculino o femenino, integrado al sistema de parentesco y que ese yo sea diferenciado el superyó. Por lo tanto, a los 6 o 7 años se da la primera estabilización del aparato psíquico en su sistema primario y secundario. A partir de ahí, lo que más va a sobrevenir es la revolución puberal-adolescente, pero como reorganización sobre esos sistemas.

La resolución heterosexual implica al Edipo negativo sobreinvestido. La salida del Edipo allí es por la heterosexualidad, pero pueden haber personas en las cuales haya predominado el homosexual. Para Freud, gran parte de la libido homosexual se transforma en libido gregaria y no hay que olvidar que para Freud el naufragio del complejo de Edipo implica una gran destinción de libido a la función gregaria social, por eso también los chiquitos ingresan al colegio. Hay un gran empuje a la gregariedad. Esta es otra categoría de Psicología de las masas, que es la libido o función de agregación, necesaria para construir grandes conglomerados sociales, sobre todo en las grandes civilizaciones. Esa es una de las funciones del Edipo, que es destinar libido gregaria, además de elegir el objeto de amor.

Del Edipo, la mujer sale por decepción y lentamente, por un padre que la frustra, del que la mujer sale cuando deja tener esperanzas en él. El varón sale por amenaza de castración.

Fuente: Encuentro n° 22 de Freud desconocido titulado "Edipo, tránsito y naufragio e instalación del superyó y yo de realidad definitivo"

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