Ver entrada anterior: La transferencia y sus diversas manifestaciones
Hoy vamos a introducir el desorden que hay en la psicopatología psicoanalítiva. Casi toda la posteridad freudiana es psicopatóloga, es decir, casi todos han producido -o intentado producir- conocimientos sobre diferentes psicopatología, con lo cual queda mucho más de manifiesto el gran problema que venimos tratando en toda esta serie.
Para poder describir los cuadros psicopatológicos se necesesitaría tener un objeto común: el aparato psíquico, porque se necesitaría definir las variantes, las diferentes configuraciones psicopatológicas de ese objeto común, cómo ese aparato psíquico -yo, ello y superyó- tiene diferentes configuraciones que lo hacen ser psicótico, neurótico, border, adicto, etc. Lo que actualmente no hay, justamente, es una producción de psicopatología que esté ordenada sobre un objeto común, que es el aparato psíquico.
Cada productor psicoanalítico se ha inspirado a producir creaciones libres sobre lo que debería ser el objeto común. Por ejemplo, Luis Hornstein describe a la depresión como patologías del autoestima. Eso es describir a la depresión como patología de un sentimiento, lo cual es descriptivo de manera sumamente superficial. La autoestima, en efecto, es un sentimiento que es producido por una relación entre el yo y el superyó. Por ejemplo, el orgullo está definido por Freud como el amor del superyó al yo, cuando el yo se acerca al ideal del yo. O sea, a la propuesta de vida que el superyó le propone al yo.
En psicoanálisis, las cosas no son tan empíricas ni intuitivas como el sentimiento. Al público le seduce mucho darle cosas simples. Si uno dice que la depresión es una patología de la autoestima a los psicólogos nóveles, les facilita mucho a lo intuitivo. Se encuentran con pacientes y simplemente, de manera intuitiva, van a a averiguar qué piensa el paciente de sí mismo, cuando la escucha y los interrogantes podrían ser muchas mas profundas, como averiguar cómo se ha constituído ese yo, cómo se ha constituído ese superyó, qué relación tiene con sus objetos de amor, de logros... Eso es una escucha analítica que le podría dar datos acerca de las elecciones narcisistas de los logros y también le podría dar datos acerca de si ese individuo está efectivamente deprimido. La depresión tiene que ver con las elecciones narcisistas que haya hecho, las frutraciones y si sobre esas frustraciones ha podido hacer duelos o no ha podido hacerlos, lo cual torna patológica la elección (que ha sido narcisista en un sentido primario). Autoestima encubre, como sentimiento, estructuras muy variadas y es muy simplificador decir que las identificaciones son patologías de la autoestima: es descriptivo, pero no explicativo metapsicológicamente.
Hay una costumbre de los colegas: no se manejan con categorías teóricas, sino con citas. Luis Hornstein también dijo que las mujeres no tenían superyó, cosa que Freud no dijo nunca. Dijo que tenían superyó débil. Las mujeres y las feministas se han ofendido por eso, hay que preguntarse qué es el superyó en Freud. Decir que las mujeres tal cual las conoció Freud, tenían superyó débil, quiere decir que históricamente las mujeres han sido educadas para valores afectivos y domésticos que no son impulsadas a grandes logros culturales y sociales que exijan un gran empuje intelectual y de fuerza espiritual. Fuerza espiritual tuvo Santa teresa de Ávila y tuvo logros intelectuales y culturales.
Santa teresa de Ávila sí tenía un superyó fuerte, pero es innegable que la mayoría de las mujeres antiguas no tenían el superyó ni de Juana de Arco ni de Santa Teresa de Ávila, ni de Isabel la Católica, ni de Isabel I de Inglaterra... Hasta no hace tantos años, el superyó de muchas mujeres era el superyó débil que describe Freud y no es el superyó de las mujeres de a partir de los años 1960, del '68 del mayo francés... Hoy hay otro superyó que empuja a los logros culturales y sociales, entonces ofenderse con Freud sin ponerse a pensar qué se quería referirse: la descripción de las mujeres de su época.
Volvamos al problema de no pensar con categorías. Se piensa que los términos que usa Freud son palabras del diccionario y en realidad son categorías, conceptos que pertenecen a una estructura teórica. Para hablar de esas categorías hay que ser respetuoso, conocer la estructura teórica a la cual pertenecen. Los post-freudianos no han hecho esto y se han largado a hacer descubrimientos psicopatológicos. Esta falta de conocimiento de lo que debería ser el objeto de estudio -el aparato psíquico- yo, ello y superyó, en donde están rearticulados consciente, preconsciente y consciente, llega a ligerezas como la de Heinz Kohut, que construye la categoría de self.
Kohut dice, en la página 14 del libdo Análisis del self de Amorrortu, que el self emerge en la situación psicoanalítica y se conceptualiza bajo la modalidad de una abstracción psicoanalítica de nivel comparativamente bajo, o sea, próxima a la experiencia. Para él, próximo a la visibilidad, como contenido del aparato psíquico, quiere decir que para él el yo era poco visible.
"Así, aunque no se trata de una instancia de la mente, es una estructura de la mente. Está catectizado (investido) con energía instintiva, pulsional y el self posée localización psíquica. Encontramos varias representaciones diversas del self, a menudo contradictorias. Pueden existir representaciones contradictorias del self conscientes, preconscientes, vervigracia de superioridad o inferioridad. En consecuencia, el self, de modo bastante análogo a las representaciones de objetos, es un contenido del aparato psíquico, pero no es ninguno de sus constituyentes, es decir, ninguno de las instancias"
Evidentemente, Kohut no es un gran estudioso del aparato psíquico, sino que se dedicó a estudiar patologías narcisistas. Según él, no podía haber yo en esas patologías, entonces él vio es este sí-mismo investido narcisísticamente. Él usa la palabra narcisismo, que tiene como definición investidura libidinal del yo. Self es "si mismo", narcisismo es investidura libidinal del yo, entonces si el self efectivamente son narcisismos arcaicos, son yoes arcaicos, diferentes inscripciones de yoes primitivos que no son la instancia yo de realidad definitivo (Yo RD) y que funcionan como fijaciones. La incapacidad de Kohut de conocer cómo funciona y cómo es la genesis del aparato psíquico freudiano hace que crea y le dé entidad de título a "Análisis del self" y le dé una categoría central a una categoría secundaria, aunque importante, que pertenece al aparato psíquico. Los avatares de este self inciden en la estructura final del yo RD y lo que Kohun observa, en realidad, son avataraes de estas investiduras iniciales de los yoes primitivos y sus objetos primarios, que van a dar determinadas estructuras finales del yo de realidad definitivo.
Estos son algunos de los enormes problemas de coherencia de categorías que vamos a encontrar revisando a los postfreudianos, para poder dar -si podemos- alguna coherencia en la psicopatología psicoanalítica. Se puede construir un armazón coherente en base a Freud: la división entre psicosis y neurosis. Y luego iremos viendo aportes de postfreudianos.
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