Alexander Freud abandona Viena, junto a su familia, a comienzos de 1938. En junio llegará el turno de Sigmund y algunos de los suyos. Cuatro hermanas quedan retenidas en la ciudad. Los varones logran reunir una suma de dinero para que ellas puedan sobrevivir.
El 23 de Septiembre de 1939 muere Sigmund en Londres, a días de comenzada la Segunda Guerra. Es Harry, el hijo de Alexander y sobrino de Sigmund, quien transmite la noticia a las tías y será quien esté en contacto con ellas en los tiempos siguientes.
Al poco tiempo las viviendas de judíos vieneses pasan a manos del Reich. El departamento y consultorio de Freud se transforma en una vivienda multifamiliar, para judíos, antes de convirtirse en la residencia de dos oficiales nazis. El departamento de Alexander, donde viven las hermanas, correrá la misma suerte. Las cuatro quedan recluidas en una habitación mal ventilada, que oficia de sala de estar y dormitorio.
Las sospechas internacionales, sobre el destino de los judíos bajo el Reich, impulsa al régimen la creación de una supuesta ciudad de retiro, una fachada publicitaria, para ancianos y personajes eminentes. El lugar es Theresienstadt (Terezin). La realidad es otra. Es un guetto donde nuevamente se hacinan personas, ahora por decenas de miles, pobremente alimentadas. También es una estación intermedia a los campos de concentración. Personajes eminentes andarán sus días en Terezin, como son algunas familiares de Kafka, reconocidos músicos, actores, conferenciantes, que sostuvieron una vida cultural. Allí morirán miles personas por hambre, extenuación o enfermedades. Al sitio serán deportadas las hermanas Freud y es donde morirá Adolfine, supuestamente de hambre. Rosa Freud es la última en morir, al ser enviada a un campo y a las cámaras de gas.
Hacia el final de la guerra, Harry Freud, ya convertido en militar, participará en la avanzada aliada, dentro del ejército Británico. Si bien está habilitado, no quiere cambiar su apellido por uno inglés. Quiere que se sepa que un Freud ha vuelto.
Mientras tanto Anna Freud, en Londres, se ocupa del tratamiento psicoanalítico con niños. En esta dirección funda la Hampstead Nurseries y la Hampstead Child Therapy Clinic.
Entre 1945 y 1947 Anna Freud y Sophie Dann se hacen cargo del tratamiento de seis pequeños. Han nacido entre 1941 y 1942. Son judíos alemanes y huérfanos. A los padres los asesinaron en las cámaras de gas, mientras ellos quedaron internados en la sección de niños sin madre de Terezin. Es el mismo guetto, luego devenido en campo, donde habían sido trasladadas las hermanas Freud. En Terezin los niños sobreviven haciéndose uno, sin juguetes y con escasos alimentos. Cuando Anna Freud los recibe, ellos hablan entre sí en un lenguaje grosero y grupal, rechazan regalos, rompen muebles, muerden, temen a los perros, pegan, alguno se masturba e insultan a los adultos. Al cabo de un año de tratamiento aprenden el inglés y recuperan una vida normal.
Al fundarse Terezin, los nazis delegan sobre un grupo de ancianos el gobierno de la muerte. Sometidos a la perversa exigencia, deben decidir quienes Irán a los campos. Pero también fundan escuelas, alguna biblioteca y administran a los vivos. Es así que determinan racionar los pocos alimentos. Las porciones mayores serán para los jóvenes encargados de los trabajos y los niños.
Acaso por esa política hayan sobrevivido estos seis niños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario