Han anuncia el fin de la democracia. La causa: es la muerte de la política, social y partidaria, debido a la mutación de la esfera pública en el mundo digital, una comunicación sin comunidad marcaría el fin de la acción comunicativa que dio origen a la política: nace la Infocracia o el dataísmo político.
Para Byung-Chul Han el mundo contemporáneo, o más precisamente, el mundo del “capitalismo digital” ya no explota más “cuerpos y energías, sino información y datos”. Los dispositivos digitales de todo tipo en especial los smartphones es donde el nuevo poder se reproduce ya que los teléfonos inteligentes “transforman todo el hogar en una prisión digital que registra de manera minuciosa nuestra vida cotidiana” .
Los medios de comunicación electrónicos destruyen el discurso racional determinado por la cultura del libro, nace una mediocracia. Que, a diferencia del público lector, la audiencia televisiva está “expuesta al peligro de recaída en la inmadurez”. En la mediocracia también la política se somete a la lógica de los medios de masas. Para BCH “el infoentretenimiento conduce al declive del juicio humano y sume a la democracia en una crisis. La democracia se convierte en telecracia”. Y como consecuencia directa “la distinción entre ficción y realidad se torna difusa”. Al parecer, el autor, sostiene que la red digital creó las condiciones estructurales para las distorsiones de la democracia a partir de las fake news. Por ejemplo, en las campañas electorales entendidas como guerras de información, no son ya los mejores argumentos los que prevalecen, sino los algoritmos más inteligentes. En esta infocracia, es esta guerra de información, no hay lugar para el discurso.
La democracia para BCH se hunde en una jungla impenetrable de información. El argumento se basa en la tesis de la incapacidad por parte de los seres humanos contemporáneos de poder organizarse colectivamente (políticamente hablando) debido a que la democracia es una comunidad de oyentes y como la comunicación digital es una “comunicación sin comunidad destruye la política basada en escuchar. Entonces solo nos escuchamos a nosotros mismos. Eso sería el fin de la acción comunicativa”. Sostiene que la digitalización del mundo en que vivimos avanza inexorablemente. Somete nuestra percepción, nuestra relación con el mundo. Esto llegó a tal punto que las redes sociales y la información que por ahí circula es para BCH el eje del poder hoy. Sin ir más lejos afirma que “Lo decisivo para obtener el poder es ahora la posesión de la información. No es la propaganda de los medios de masas, sino la información, la que asegura el dominio … soberano es quien manda sobre la información en la red”.
Byung-Chul Han entiende a la pantalla o telepantalla como un aparato disciplinario del tipo biopolítico. Que al obtener datos personales de los individuos se puede realizar una psicografía de los sujetos para poder influenciar políticamente por medio de la psicopolítica. “Con suficientes datos, es posible incluso generar información más allá de lo que creemos saber de nosotros mismos”.
Fuente: (Byung-Chul Han: “Infocracia: La digitalización y la crisis de la democracia”, 2022) Por Javier Occhiuzzi (LID)
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