martes, 23 de junio de 2020

Algunas conclusiones sobre la estructura y funcionamiento del psiquismo.

Entrada anterior en esta serie: Los narcisismos.

En esta entrada iremos concluyendo con conceptos que fuimos trabajando en cuanto a la estructura y al funcionamiento del aparato psíquico. Particularmente, vamos a empezar a desarrollar el psicoanálisis como psicología social, como decía Freud.

Al psicoanálisis no solo se lo debe considerar solamente desde la teoría del inconsciente, pues Freud en Psicología de las masas y análisis del yo sostuvo que es una psicología social. Los psicoanalistas han querido reducir el psicoanálisis a la psicología del inconsciente, que no solamente es intersubjetvo (es inconcebible un aparato psíquico que nazca sin interacción con los padres y la sociedad), sino que además las pulsiones se constituyen como vorstellungsrepräsentanz según la libidinización que esas representaciones reciben como huellas por la interacción con los padres. Por eso, muchos autores que hablan de las etapas pulsionales hablan de apertura de las zonas erógenas. Eso quiere decir apertura por la interacción con los padres.

Además queda clarísima la introducción de género que vimos. El complejo de Edipo introduce clarísimamente al chico en el simbolismo del parentesco que es cultural en el uso y predominio de la representación palabra e instala el superyó, que es la ética y depende del superyó cultural. Si tomamos Moisés y el monoteísmo, vemos que plantea la historicidad de los superyoes culturales, o sea que el superyó cultural es la ética que corresponde a cada momento histórico y cultural. Una cosa es el superyó de la edad media cristian y otra cosa es el superyó de la edad media musulmana. Muchísimas normas y valores han cambiado y siguen cambiando.

El afecto amor, de pareja, es claramente histórico. Una cosa es el amor de pareja cuando el amor conyugal era arreglado entre los padres y los novios se conocían y después se querían, y otra cosa es el amor romántico, que nació en las cortes aristocráticas de la edad media y que después se fue individualizando en la sociedad burguesa y que finalmente se transformó en una elección individual, que culmina en el romance de Romeo y Julieta. Esto está cayendo como ideal romántico en el postmodernismo, donde el amor romántico ha caído por el alto nivel de individuación de la gente, donde ya los caminos de elección están sufriendo los embates de la individualidad que eligen las parejas, con la fragmentación de proyectos. Sentimientos que a nosotros nos parecen eternos tienen cambios culturales.

Lo principios éticos, en gran medida, también han cambiado. Por lo tanto, Freud nos ha dado herramientas para que el aparato psíquico perdure como teoría con variantes a lo largo del tiempo. Por otra parte, el yo que se llama yo de realidad definitivo, tiene como función el examen de realidad. Es evidente que los criterios de realidad del yo también cambian histórica y culturalmente. Para alguien antes de Colón, era de absoluta realidad que la Tierra era plana, era una evidencia. Después de Colón se probó la tesis de que era redonda. O sea, los datos prácticos y científicos van cambiando los criterios de realidad del yo y por lo tanto, mucho de su estructura de valores y creencias -incluso afectiva- también cambian.

Por lo tanto, no se trata solo una teoría del inconsciente. Si cambia lo que el yo y el superyó consideran que hay que reprimir o no, eso produce cambios en el inconsciente también. Si hoy tenemos valores extendidos de que la homosexualidad no es patológica, eso cambia lo reprimido en el inconsciente, por lo tanto todo el aparto psiquico está sometido a la historia y a la cultura.

Hay que también dejar en claro los procesos de sobreinvestidura y sublimación. La sublimación es una sobreinvestidura, pero no toda sobreinvestidura es una sublimación. El aparato psíquico crece de estrato en estrato por sobreinvestidura o resignificación progrediente. Esto quiere decir que de primera oral a segunda oral se producen resignificaciones o retranscripciones que complejizan y mejoran las inscripciones de la primera oral a la segunda y así de estrato en estrato, hasta que hay una gran sobreinvestidura que retranscribe las representaciones cosa en representaciones palabra, es decir, retranscribe todo lo que puede de los contenidos del inconsciente en contenidos del yo de realidad definitivo y superyó. La línea que va a separar estas grandes zonas va a ser la represión primaria, que sigue al naufragio del complejo de Edipo. Aquí tendremos al aparato psíquico dividido que Freud descubrió.

Esta sobreinvetidura, sin embargo, se diferencia especialmente de otra sobreinvestidura especial, que es la sublimación. La sublimación se caracteriza por agotar y consumir a la pulsión, dice Freud. Es cuando el yo logra extraer la energía de algunas pulsiones, transformarla en energía narcisista del yo de realidad definitivo y desde esa estación, en conjunto con su superyó, elegir una meta y un objeto de servicio cultural que le den un nuevo objetivo que le produzca tanta satisfacción cuantitativa como si se la hubiera dado una pulsión. La pasión del científico, del escritor, va por este lado.

La sublimación desexualiza, y acá tenemos que recordar el doble sentido en que Freud utiliza el término sexualidad. Está el sentido de la función sexual, anal, oral, que culmina en la genitalidad, pero también lo usa en un segundo sentido: sexualidad es la energía de Eros. Al parecer, en la sublimación se transforma la energía sexual de la pulsión en energía narcisista de predominio de Eros, que hay una desexualización en el sentido de la función sexual. 

Todo en la función sexual es Eros-Muerte, es sexual-agresivo. La predominancia de Eros es si hay intrincación, pero el sadomasoquismo es una pulsión sexual que atraviesa todo el inconsciente y es a predominio relativo de Muerte. En una pulsión sexual agresiva, por ejemplo, en el investigador está el sadismo. Todo deseo de conocer tiene una cuota de agresividad.

Fuente: Nota confeccionada con el encuentro n° 24 de Freud desconocido, titulada "Algunas conclusiones sobre la estructura y funcionamiento del psiquismo".

Pŕoxima: La Técnica deriva de la teoría o del paradigma psicoanalítico

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