1. ¿Cómo entiende usted la fijación de un sujeto al objeto droga?
Me Interesa abordar la especificidad de la droga a partir del impasse que ésta provoca en la operación analítica.
La hipótesis freudiana de la Fixierung –fijación (de goce)– se apoya en el concepto de libido y supone un desplazamiento: algo que debería desplazarse, desarrollarse, se fija o retorna. Es decir, que lo que debería ser substituido permanece: un modo de satisfacción que reproduce una pérdida de goce imposible de ser recuperada.
Una fantasía tiene la función de localizar –fijar– el objeto perdido en el cuerpo del Otro, en un movimiento de recuperación de ese goce perdido. De esta manera, lo que mantiene un modo de goce en el lugar es el Otro: es la voluntad inscripta en el Otro (Miller, 2005, p. 157).
Actualmente hay una enorme dificultad, propia del goce contemporáneo, de localizar el modo de goce a partir del Otro. En este sentido podemos entender las adicciones contemporáneas como envolviendo cierto tipo de sujeto que no logró colocar el objeto a en el Otro. Así es que, al ser excluido de la estructura de la lógica del significante, el objeto queda localizado en ese espacio que no es ni dentro ni fuera.
Una consecuencia de esta exclusión, en el nivel del cuerpo, es que no hay ningún límite para la producción del objeto a como plus-de-gozar. Otra consecuencia es que el objeto a pasa a deambular solo, separado de los cuerpos, pero dispuesto a retornar sobre ellos en cualquier momento. De este modo, en la toxicomanía, el objeto, en su vertiente de plus-de-gozar, está adherido a un producto de la industria (Brousse, 2008, p. 24).
Uno de los modos de retorno del objeto a como plus-de-gozar sobre el organismo es el objeto droga. Es en ese sentido que entiendo la función del objeto droga para un sujeto. Por otra parte, entenderla como función nos permite operar en el campo de las toxicomanías: wo Es war, soll ich werden, donde la droga estaba, yo, como sujeto, debo advenir. A partir de la suposición de que la droga usurpó el lugar del sujeto que, en lo más íntimo, se encuentra en el lugar del Otro. La droga materializa este plus-de-gozar. De este modo, cuando un sujeto más se encuentre (des)orientado por el discurso tecno-capitalista, los efectos del encuentro contingente con una droga podrán producir un acontecimiento de goce inolvidable (Miller, 2005, p. 190), y, a partir de ahí, asumir un modo de goce como una verdadera investidura.
2. ¿Cuál es para usted la especificidad de la toxicomanía en relación con la generalización actual de las así denominadas adicciones?
El más allá –del principio del placer– concierne siempre a la ruptura del equilibrio, que puede comenzar con las cosquillas, y, como dice Lacan, terminar en la parrilla (Miller, 2005, p. 159).
A partir de la hipótesis de la feminización del mundo, y de la particularidad del modo de goce contemporáneo, determinado por la positivización –mostración del goce que hay– y no más por su negativización (Sinatra, 2013, p. 25), podemos orientarnos con las fórmulas de la sexuación. El lado femenino de la fórmula conlleva la suspensión entre dos vertientes: por una parte, la del vacío existencial con su falta de límite, S(Ⱥ) –vertiente de la parrilla–; y, por la otra, la que se dirige al goce fálico (Ф), categoría que sostiene el acceso al todo, a la excepción y al límite –vertiente de las cosquillas–:
A título de hipótesis, propongo diferenciar la especificidad de la toxicomanía de la generalización de las adicciones a partir de la suspensión del fiel de la balanza, en cada caso, entre esas dos vertientes: en el extremo de la vertiente de la parrilla S(Ⱥ) colocaría la verdadera toxicomanía, donde la categoría del falo no sería operatoria (insubordinación al servicio sexual) y el objeto droga funcionaria, sin excepción, como condensador de goce.
Del otro extremo (Ф), en la vertiente de las cosquillas, la masturbación como paradigma de las adicciones generalizadas, donde tendríamos la subordinación al goce fálico. En el caso de las adicciones generalizadas, se trataría de un tipo de goce –cínico– que no pasa por el cuerpo del Otro, sino por el propio cuerpo (autoerotis- mo): hay un rechazo consistente en que el goce del propio cuerpo no sea metaforizado por el goce del cuerpo del Otro. Por eso equivale al primer tiempo de la tesis freudiana sobre la adicción, donde, a través del acto de la masturbación, se opera un corto-circuito que asegura al sujeto el casamiento con el goce fálico, y que no descarta la inclusión del otro imaginario en la fantasía. Se trata aquí de un goce fragmentado, sexual.
En la vertiente de la especificidad de la toxicomanía, además de no pasar por el Otro, como en las adicciones generalizadas, tampoco pasa por el goce fálico. Tenemos aquí la tesis lacaniana de que la droga permite romper el «casamiento con el pequeño pipí», pues permite la fuga del problema sexual. Salvo en la psicosis, claro, donde la ruptura es anterior al encuentro con la droga.
Según la tesis lacaniana sobre la droga (Naparstek, 2005, p. 39), en las adicciones generalizadas tendríamos la inscripción del falo –primer tiempo–, pero, por la falta de su puesta en función –segundo tiempo–, el goce quedaría estancado, no se desplazaría. Por otra parte, la especificidad de la toxicomanía implica la no inscripción del falo –tiempo cero– donde el goce permanece real, como goce del órgano, y se hace necesario el objeto droga para aparejarlo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BROUSSE, M-.H. “Objetos soletrados no corpo”, in Arquivos da Biblioteca, 5, Rio de Janeiro, EBP-Rio, Junho de 2008. MILLER, J.-A. “A volatilização da Fixierung freudiana” (cap. 14), in Silet: os paradoxos da pulsão, de Freud a Lacan, Rio de Janeiro, Jorge Zahar Ed., 2005. MILLER, J.-A. “Modos de gozo” (cap. 11), in Silet: os paradoxos da pulsão, de Freud a Lacan, Rio de Janeiro, Jorge Zahar Ed., 2005. NAPARSTEK, F. “La tesis lacaniana sobre la droga” (Clase IV), in Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo, Buenos Aires, Grama Ediciones, 2005. SINATRA, E. “La feminización del mundo” (Cap. II), in L@s nuev@s adict@s: la implosión del género en la feminización del mundo, Buenos Aires, Ed. Tres Haches, 2013.
Raquel Vargas (Buenos Aires, Argentina)
Psicoanalista. Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL). Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis
Fuente: Revista Pharmakon (noviembre 2016) “Introducción a la Sección Entrevistas”
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