Resumen: El trabajo revisa la noción de fijación freudiana para localizar el elemento en común entre el sin número de adicciones existentes en la actualidad. Palabras clave: psicoanálisis, adicciones, fijación, goce
La propuesta para este texto es abordar el concepto de la Fixierung freudiana y de sus lazos con las adicciones.
La fijación a una fase libidinal fue una de las acepciones del término «Fixierung» en Freud (Freud, 1905). En psicoanálisis, el término fijación caracteriza el modo de apego de la libido a la organización de las fases de la evolución según la teoría de la sexualidad infantil en los Tres ensayos para una teoría sexual. Es en este texto donde evoca la fijación oral, anal y fálica.
La fijación testimonia del peso del pasado (regresión) y de la dificultad para despegarse de él. Este término está más presente en la primera tópica, y en la segunda es citado en las fases de regresión de la cura psicoanalítica. Este concepto remite a la predominancia de un tipo de satisfacción, que podemos transpolar a cierto tipo de goce.
En su texto sobre los complejos familiares de 1938, Jacques Lacan evoca los impasses en el complejo de destete: «el destete es un traumatismo psíquico cuyos efectos individuales, anorexias mentales, toxicomanías orales, neurosis gástricas, revelan sus causas al psicoanálisis» (Lacan, 1984, p. 27&34). ¿No es acaso en Lacan una manera de abordar la fijación oral? Allí hace referencia al «envenenamiento lento de toxicomanías orales» y la anorexia mental como un regreso a la madre a través de la muerte. Una manera de evocar ciertas formas clínicas con una pendiente mortífera.
Desplazamientos: de una addicción a otra
En ciertos casos, la constancia del objeto de adicción puede verificarse en el consumo compulsivo de un solo tipo de substancia («mi droga»). Sin embargo, actualmente en la clínica se constata que los sujetos adictos consumen varias substancias en sus trayectorias adictivas, aunque una de ellas pueda tener el lugar principal.
En otros casos, la constancia puede referirse a un modo particular de consumo: inyectarse en las venas, fumar o inhalar, beber o el sniff.
En la Europa de los años 80, la toxicomanía heroinómana ocupó un lugar central en la escena de la toxicomanía endovenosa. Posteriormente, los consumos fueron cambiando y extendiéndose a otras substancias como la cocaína inhalada a partir de los años 90, y, a partir de los años 2000, la expansión de las nuevas drogas de síntesis.
En ciertas situaciones clínicas, un sujeto adicto deja de consumir una substancia de la que era dependiente y los terapeutas que trabajan con él pueden pensar que el tratamiento ha sido eficaz. Pero, al poco tiempo, se comprueba que, luego de haber dejado el alcohol, el sujeto prosigue su adicción de otra manera: con otra substancia, con el uso compulsivo de tranquilizantes o con otra adicción.
La adicción se ha desplazado de un objeto a otro, el tratamiento pudo favorecer un cambio, pero la modali- dad adictiva persiste de otra manera. Se podrá poner a prueba si esta nueva adicción es menos autodestructiva o no, pues puede implicar algún tipo de desplazamiento en los riesgos y en el tipo de satisfacción y de goce, lo cual es a analizar caso por caso.
En el caso de los tratamientos de substitución con heroína sintética, los pacientes tratados en estos centros entran en un dispositivo médico de consumo regulado; refieren que el efecto mismo de la substancia es mu- cho menos intenso pese a una mayor pureza que la droga de la calle: no es el mismo goce, algo se ha perdido (Feldman, 2014, p. 41-44).
Las nuevas adicciones
En su editorial de la revista “La cause freudienne” sobre la experiencia de los adictos, Marie Hélène Brousse afirma que el significante «adicción está en boca de todos, brilla en el discurso contemporáneo, reemplaza pasión o hábito y es síntoma del imperativo de goce» (Brousse, 2014, pp. 5-6). Ernesto Sinatra, con su teorización acerca de la toxicomanía «generalizada», nos acerca también a esta «multiplicación de los cocteles infinitos de drogas ofrecidos al consumidor» (Sinatra, 2010, p. 13-14).
En la clínica se verifica una nueva presentación de sujetos que se apropian de este significante y consultan por «adicciones sin substancia»: juego patológico, ciberadicciones, adicciones sexuales (hypersexuality), compras compulsivas, workaholics, dependencias «afectivas». Es el campo que las recientes lecciones del TyA denomina las adixiones.
¿Cuál es el punto en común de estas modalidades tan diversas? El goce repetitivo es el punto en común que reúne modalidades tan diversas con la queja de pérdida de control y el componente compulsivo. En todas ellas se verifica un efecto en el cuerpo a través de la sensación de goce que procuran: el efecto de anticipación y excitación (craving), la tensión que precede a la práctica seguida de la sensación de descarga. El cuerpo participa de manera diferente pues no es comparable una inyección endovenosa con una máquina tragamonedas. Pero sí hay una fijación a una modalidad adictiva que remite a un circuito de goce y a la compulsión de repetición. Hay, entonces, una substancia gozante (substance jouissante), aunque se las denomine adicciones «sin substancia». Jacques-Alain Miller recuerda que «el goce repetitivo, el goce de la adicción es lo que Lacan denomina el sinthome, correlativo de la adicción» (Miller, 2011, clase del 23 de marzo).
La función subjetiva para cada sujeto es lo que permitirá precisar lo singular de esa práctica y la construcción del caso. Esta clínica del caso por caso es lo que permite no caer en la generalización de un tratamiento uniforme para todos. La clínica podrá avanzar a partir de los significantes que cada sujeto aporta a la propuesta del analista de trabajar a partir de su palabra. En sujetos que consultan por una misma modalidad adictiva, la función puede ser muy diferente.
Un caso
Mr. L consulta por una «adicción a las imágenes pornográficas». Directivo de una empresa, se siente desbor-dado por la compulsión a mirar imágenes homosexuales, no sólo en los momentos libres, sino también en su lugar de trabajo, durante las pausas, en el baño o incluso mientras conduce su vehículo. La pérdida de control en la visión cada vez más intensa de esas imágenes lo impulsa a consultar y viene con una pregunta: ¿por qué esa fijación?
Desde hace años, ha hecho una elección homosexual y vive con su pareja, aunque no tiene relaciones con la frecuencia que desearía; se siente atraído por su partenaire. A través del trabajo en sesión rememora algunos detalles familiares: su hermano mayor, con trastornos psíquicos severos, se masturbaba en su presencia. El hecho de hablar de esta contingencia no tuvo un efecto resolutivo, pero sí aportó al sujeto, a través del trabajo asociativo, la posibilidad de abordar cierta fijación a un goce que lo invade, y de reconocer ciertos significantes que pudieron participar de la elección de las imágenes. Este trabajo asociativo trae una mirada sobre sus prácticas y la compulsión repetitiva a ese tipo goce. El esfuerzo por hablar e interrogarse le aportó cierto alivio y la atenuación del desborde pulsional. Al mismo tiempo, develar cierto sentido no es resolutivo de este tipo de compulsión. Como lo señala J.-A. Miller: «a diferencia del síntoma, el sinthome no es correlativo de una revelación, sino de una constatación» y está por fuera del saber y del sentido, dificultad mayor en esta clínica (6).
Queda otro punto central: ¿qué tipo de goce procuran esas imágenes, acceder y realizar fantasmas inconscientes, una satisfacción escópica a través la mirada? La pulsión escópica tiene sus puntos de fijación y un desborde pulsional. Son cuestiones a elucidar.
Como S. Freud lo señala en La interpretación de los sueños, siempre habrá un resto imposible de interpretar, «un punto oscuro» (Freud, 1987, p. 446), y ese resto de real por fuera del sentido está presente en la clínica de las adicciones.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BROUSSE, M. H. “L’expérience des addicts ou le surmoi dans tous ses états”, en Revue La cause du désir, N° 88, Navarin Éditeur, 2014, pp. 5-6. FELDMAN, N. “Les lieux de la drogue: l’expérience suisse”, en Revue La cause du désir, N°88, Navarin Éditeur, 2014, pp. 41-44. FREUD, S. “L’interprétation des rêves”, chapitre VII, Presses universitaires de France, 1987, p. 446. FREUD, S. “Los tres ensayos para una teoría sexual” (1905), en Obras completas, tomo II, Biblioteca Nueva, 1981, pp. 1169-1271. LACAN, J. “Les complexes familiaux”, Navarin Éditeur, 1984. MILLER, J.-A. “L’être et l’Un”, inédito, 2011. SINATRA, E. “¿Todo sobre las drogas?”, Grama Ediciones, 2010, p. 13-14
Fuente; Feldman, Nelson "De una adicción a otra", p. 73 - Revista PHARMAKON digital.
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