jueves, 3 de octubre de 2019

Fobia y sexualidad en la infancia. Síntoma y función paterna

Notas de la conferencia dictada por Ariel Pernicone, el 27/08/2019

Herbert Graf es el verdadero nombre de Juanito. Max Graf era su padre y Otto Honey era su madre. El historial de 1909 fue el primer historial de un niño que padecía de fobia a los caballos. Se trata de un caso planteado por Freud y sobre el que Lacan da muchas vueltas también, como en el Seminario 4, Las relaciones de objeto. La propuesta de hoy es hacer una articulación entre este caso y la función del padre. ¿Cómo se articula un síntoma fóbico en la infancia, con relación a lo sexual, a lo pulsional y al síntoma?

La escena que voy a relatarles podría ser probablemente una pequeña anécdota cotidiana y hasta una costumbre típica de la Viena de principios de Siglo XX , si no la hubiera protagonizado Sigmund Freud y Herbert Graf, conocido por nosotros como el pequeño Hans o Juanito.

Esta escena, leída hoy a la distancia, me parece a mí, que cobra toda su colosal dimensión, por el símbolo que representa y por las enormes implicancias que tuvo para la historia del psicoanálisis con niños, ese breve encuentre en torno a un regalo, entre su creador -Freud- y un pequeño niño que casualmente cumplía años ese día.

Según el rastreo biográfico que pude hacer, fue el propio Max Graf , padre de ese niño llamado Herbert Graf, conocido crítico de música y discípulo de los primeros tiempos de Freud. Por 1902, Freud hacía las reuniones de los miércoles. Max Graf estaba entre uno de los primeros discípulos. Max Graf llega a Freud por una bella dama que había sido su paciente, cosa que dijo Freud y también fue relatada por Max Graf. Esa joven era la madre de Juanito, en 1897 y es mencionada en una carta a Fliess.

Juanito nace en 1903 y el caso se publica en 1909, como respuesta de Freud de lo que había trabajado en Tres ensayos para una teoría sexual de 1905. Freud, en el historial, jamás cuenta que conocía a Juanito. Freud, en realidad, intervino mucho en la vida de la familia Graf y eso el historial no lo revela. La investigación biográfica sirve para tener el contexto en el cual surge un texto. Es fundamental, aunque uno lee los casos por la letra escrita. El contexto de la época donde surge un texto permite un mejor trabajo de lectura.

Max Graf relata en detalle la anécdota:
Freud tenía un papel entusiasta en todos los acontecimientos familiares de mi casa, esto a pesar de que yo era un hombre joven y Freud era ya de edad avanzada y sus cabellos maravillosamente negros comenzaban a encanecer.

En ocasión del tercer cumpleaños de mi hijo (se refiere a Herbert ) Freud le trajo un caballo de balanceo que por sí mismo llevó hasta arriba por los 4 tramos de escalera que conducían a mi casa ".

No es menor la preexistencia del significante “caballito de madera” que Freud le regaló a Herbert a los 3 años. De este significante caballo, llegó cabalgando hasta nosotros, ya no ese regalo que fue para ese niño, sino como el símbolo de una enseñanza, un legado que conserva toda su vigencia en nuestro trabajo de lectura, como caso fundante del psicoanálisis con niños.

En mi opinión y en la de muchos analistas que trabajamos con niños, no hay forma de empezar a entender la dinámica de las neurosis en la infancia, si no se realiza un pasaje casi ritual, por ese baño de lenguaje, esa enorme "proliferación imaginaria " de este niño de 5 años , que constituye el historial freudiano fechado en 1909. Con esta convicción, quisiera avanzar con la propuesta.

El terapeuta de Juanito fue su padre y Max Graf le llevaba el reporte a Freud de lo que iba trabajando con su propio hijo. En la historia inicial del psicoanálisis, muchos pacientes eran hijos de amigos. Anna Freud fue paciente de Freud, Ernest Freud fue paciente de Anna Freud, los hijos de Melanie Klein fueron pacientes de ella, los hijos de Winnicott se atendieron con Melanie Klein.

Max Graf le permitió a Freud constatar el Edipo en vivo y en directo, de lo que Freud trabajó en Tres Ensayos, hasta que se produjo un tropiezo: aparece el miedo muy intenso a lo caballos.

¿Cómo entendemos el síntoma fóbico en la infancia, en particular en el caso Juanito? Freud va a plantear en forma clara y contundente que parte del problema y la clave central del pequeño Hans se juega en el intento de resolución del conflicto de ambivalencia con su padre.

Tal como lo formula en su versión del Edipo positivo clásico, Hans estaba dominado por un fuerte interés pulsional dirigido hacia su madre y serán los deseos incestuosos anudados a ella, los promotores de la expresión del deseo de eliminar a su padre -deseos parricidas- como un molesto rival a quien por otra parte, al mismo tiempo. amaba y tenía un apego tierno muy importante a él.

Según Freud es en ese conflicto de ambivalencia con el padre , enhebrado con la intensidad pulsional y en su enlace al complejo de castración , donde debemos ubicar la fuente central de la angustia , y aquello que conducirá a Hans a realizar una búsqueda de salida a su conflicto por la vía del síntoma .

Freud dirá que la salida a ese enorme conflicto que se sernía sobre el pequeño Edipo, encuentra esa solución desplazada a través de esa formación sintomática que fue justamente la fobia al caballo. Es decir, gran tensión en la ambivalencia respecto del padre que busca una resolución en la estructura y como no hay salida, produce un desplazamiento hacia la figura del caballo.

El caballo como síntoma, tiene una función: resuelve el sentimiento de ambivalencia hacia el padre. La hostilidad hacia él, será reprimida, y desplazada en forma metonímica en ese objeto que ahora representa al padre. La intención parricida al padre queda reprimida y se desplaza al caballo. El desplazamiento es uno de los mecanismos del síntoma, en especial en la fobia. Entonces, el caballo que lo quiere morder es un representante del padre.

Siendo consecuente con su idea , hacia ese blanco lo vemos disparar a Freud su famosa intervención del 30 de marzo de 1908 cuando Hans junto a su padre lo visitaran en su consultorio. Ahí Freud le enuncia el Edipo al pequeño Hans, como una interpretación. LO hace desde un lugar de oráculo, casi como una sentencia. Ahí encarna lo que Lacan definirá como la función del padre simbólico.

Es importante consignar que en 1926, en "Inhibición síntoma y angustia" Freud plateará una conclusión mas contundente aun, al afirmar que todo el motor de la represión del deseo hostil hacia el padre y sus deseos por la madre, radica fundamentalmente en la angustia de castración, de la cual ahora el caballo será un representante directo, que se manifestó en el niño en el temor angustioso a ser mordido. El caballo será entonces el representante, por la vía del descentramiento y la regresión, de la figura del padre como agente de la castración.

Lo interesante es que la fobia de Juanito, a la que Freud le dedicó 100 páginas de historial, duró de 4 a 5 meses. De principios de enero hasta el 2 de mayo. Suele ocurrir en la clínica que el síntoma fóbico dure mucho tiempo y otras veces es un momento, que tiene su función, que es lo que vamos a tratar de explicar.

¿Qué dice Lacan respecto a su lectura del caso Hans?
Es la palabrería de un niño de 5 años, entre el 1 de enero y el 2 de mayo de 1908. Esto es el pequeño Hans para un lector que no este al corriente, y si lo esta, y no tiene inconveniente es estarlo, sabe que esta palabrería tiene su interés….

Una fobia con todas las molestias que supone en la vida del joven sujeto, todas las inquietud es que suscita en su entorno, y todo el interés que esto despierta en el Profesor Freud…..".( Seminario IV).

Ahora bien, para entender lo sucedido con el síntoma, Lacan decide partir de la situación pre-fóbica con la siguiente pregunta: ¿En que situación encontramos al niño previo al estallido de la angustia y su posterior constitución de la fobia al caballo? Estas pinceladas que hace Lacan son para nosotros pequeñas orientaciones clínicas. Es decir, si ustedes encuentran en su consultorio con un niño con un síntoma fóbico, quizá habría que hacerle caso a esta indicación.

Lacan dirá que en verdad Hans no se encontraba privado de nada. Vivía en un mar de felicidad, enredado eróticamente en un juego fálico, relación imaginaria con su madre, que denomina como el juego del engaño, o el juego del señuelo intersubjetivo. Etapa super feliz, dirá con cierta ironía, en la que el niño nada plácidamente en un mar de dicha.

Al mismo tiempo Hans está intensamente interesado en la cuestión del wiwimacher, el hace pipí, y la prohibición de la masturbación no ha surtido aún efecto sobre el.

Con relación a su madre, el niño avisora un nuevo término, que se ubica entre su madre y el, en su comprensión inconsciente respecto de ella y su deseo.

Allí es donde siente al "falo" como el centro de su deseo, núcleo principal de la sexualidad femenina que marca esa fundamental estructuración inicial de un sujeto y que orienta su mundo en los primeros tiempos.

En relación a ese deseo, y esa falta primordial, él mismo se sitúa en distintas posiciones, ofreciéndose como falo,… Lacan dirá , "cameleándola" en una relación tramposa.

Es una relación tramposa, porque transcurre en un campo imaginario, dual, en una forma de vinculación intersubjetiva en la que el niño le asegura a la madre que puede colmarla en todo cuanto le falta en su deseo, y esta al mismo tiempo se muestra colmada por él. Esto es en relación a la falta primordial de la madre y él en lugar de falo, completándola. El niño entra en el juego del cameleo, donde ella le dice que es todo y él se ofrece en ese luga, teniendo ambos como telón de fondo aquello que la teoría freudiana nombra como " El penis neid", o envidia al pene , situándonos en esta etapa primera de Hans en el tiempo que Lacan denomino como la cuestión del falo imaginario. A la altura del seminario 4, Lacan está tematizando, entre otras cosas, la cuestión del falo imaginario.

Hasta aquí, parecía marchar todo bien, donde madre e hijo se completan en forma mutua. Estamos en el tiempo del narcisismo. Los primeros informes de Max Graf destinados a Freud se sucedían sin dificultades, proveyéndole la información normal y esperada respecto de la sexualidad infantil, pero en forma sorpresiva para todos, este niño aparentemente colmado y feliz empieza a angustiarse, y como si fuera poco comienza a tener, posterior a esa angustia primera, una intensa fobia a los caballos , negándose a salir de su casa.

¿Que precipitó la crisis? - se pregunta Lacan. Segunda orientación clínica para nuestro trabajo. Lacan va a plantear que el niño va a sufrir una descompensación a causa de la irrupción en el escenario dual e imaginario con su madre, de dos elementos reales que precipitaran a Hans en su crisis porque le plantean un problema nuevo a su existencia que requiere una solución.

Los dos elementos reales serán, en primer lugar el nacimiento de su hermana Hanna, y por otro lado, y principalmente, aquello que trajo como conflicto su propio crecimiento, que es la sorpresiva irrupción en su cuerpo del goce real y pulsional que provee su pene. Lo de la hermanita es típico del nene que está entronizado en el deseo de su madre y lo vienen a barrar cuando nace un hermano. Lo segundo es la sexualidad infantil, la aparición de las erecciones, el juego con el hace-pipí y lo que en su cuerpo empieza a aparecer como goce real y que conmociona su estructura. Dice Lacan:

“La cuestión parece simple pero no lo es, ya que es importante comprender que el trabajo psíquico que representa para todo sujeto en estructuración integrar el efecto traumatizante de la pulsión es una tarea compleja y en torno a esta cuestión se pueden explicar muchos de los síntomas por los que nos consultan en la niñez”

Otra orientación clínica: en muchos de los casos que nos vienen a consultar, hay algunas cuestiones que tienen que ver con el efecto traumatizante de lo pulsional. Es algo de lo real que irrumpe en el cuerpo y que hay que integrar.

Lacan entiende que estos dos elementos reales que irrumpen en su mundo, conmocionan su estabilidad, y las reglas hasta allí conocidas por el niño cambian de repente, y deberá pues realizar algún esfuerzo o trabajo psíquico para integrarlas de alguna forma, pero justamente será aquí donde se encuentra con una dificultad que traba la solución: La carencia del padre real. En este seminario, Lacan intenta trabajar la incidencia del padre real en la salida del campo imaginario. Toma el caso Juanito como un ejemplo de algo que produce un problema, una falla, una dificultad para salir del campo imaginario cuando hay una carencia de la intervención del padre real.

Lacan distingue padre simbólico, padre imaginario y padre real. El padre simbólico es el de Tótem y Tabú, el padre muerto, que está en un lugar inexistente, como figura. Con el padre imaginario es con el que se la ve todo niño, porque es el padre con el que se rivaliza, el que se lo supone Superman, con el que se fantasea. Curiosamente, dice que con el padre real es con el que menos se las puede ver, porque es el padre real, el padre con sus fallas. Las ve por sus efectos o por sus déficit.

Aca tenemos otro punto en la orientación clínica: como un niño puede quedar como síntoma de la disputa parental. El psicoanalista que trabaja con niños, frecuentemente tiene que trabajar con los padres. Freud no revela todos los detalles, porque él se aboca a escribir el discurso del niño, el diálogo con el padre y busca la perspectiva más intrapsíquica de Juanito. Lacan, en cambio, introduce la cuestión del padre y la madre en la problemática del síntoma.

El problema radica en que en este momento de descompensación, que todo sujeto en estructuración debe atravesar, donde las reglas conocidas de su mundo cambian, el niño ha de dar un paso que resulta literalmente infranqueable por si solo. No hay forma que salga de esta trampa por si solo, requiere de la intervención de un cuarto.

En este punto Lacan será contundente e implacable respecto de su lectura de la participación del padre de Hans en relación a la formación del síntoma del niño :

“Será en ese momento de crisis en el cual Hans se encontrará buscando una salida a ese juego imaginario con la madre, debiendo además intentar integrar a su subjetividad la existencia de los efectos pulsionales de su pene real , que se topa con un fuerte obstáculo en su desarrollo, tal como lo nombra Lacan, la ausencia del "pene mayor de todos", es decir el del padre, debiendo afrontar así su complejo de Edipo, en una situación que exige una simbolización particularmente difícil”.

Explicará así, que para la asunción de la función sexual viril en el varón, juega un papel esencial la presencia del padre real. Para que el sujeto sea atravesado verdaderamente por el complejo de castración, y encuentre un pasaje de salida, es preciso que el padre real juegue de verdad el juego, es decir que asuma su función de padre castrador en su forma mas correcta. Es decir, para salir de ese campo imaginario (que es estructurante, pero requiere una salida) el padre real debe asumir la función de padre castrador.

Podemos pensar que el padre de Hans es el padre prototipo de este momento, sobre todo en estos tiempos que el patriarcado ha empezado a caer. Ese padre bondadoso intenta no privarlo de nada y esto puede traer algunos problemas.

El caso Hans, según Lacan, ilustra como un niño se las arregló para encontrar en su síntoma, una suplencia allí donde su padre tan inmensamente bondadoso, ese padre cariñoso y amado, fallo en su función. Un padre que se obstinaba en no querer castrar.

Será allí, concluye Lacan, que ante la carencia de esta función significante central para la estructuración humana, Hans deberá recurrir a la un sustituto que supla esa carencia. Por eso en Hans aparece un caballo al cual Hans le teme, un caballo que lo quiere morder, que se cae. El caballo tiene múltiples significaciones, ese es otro tema importante. El caballo le permite hacer a Hans un recorrido que va de lo imaginario hacia lo simbólico.

Esta posición nos diferencia tajantemente de las posiciones conductistas. Para Lacan, el śintoma tiene una función y no debe ser erradicado brutalmente, sino dejarlo desplegar y que esa angustia desaparezca o se alivie. O que el síntoma caiga caiga tras cierto modo de trabajar la cuestión. El síntoma es indicador de una falla de la función del padre.

El caballo como síntoma , en ese sentido, será el significante que le aportará el punto de enganche , con sus múltiples significaciones posibles, que le permitirá el recorrido por su proliferación imaginaria, y a través de sus diversas construcciones míticas, para encontrar así el camino necesario de salida que va desde lo imaginario a lo simbólico.

En síntesis, para Freud el complejo sintomático del caballo, representó para el niño el sustituto desplazado de la representación del padre, allí donde el conflicto de ambivalencia, y la represión de la hostilidad edípica hacia él reclamaba una solución .

En Lacan, será la carencia del padre real, aquello que compelirá a la estructura subjetiva a buscar un sustituto de ese significante, y en este punto es donde el síntoma cumplirá una función que aportará una salida a la crisis planteada .

Probablemente dos caras complementarias de la misma moneda, en la que ambos coincidirán en la importancia central de la fuerza traumatizante y estructurante a la vez que ejerce la pulsión, y aquello que provee la castración simbólica como una vía de salida necesaria y posible a la conflictiva de todo sujeto en estructuración.

¿Cómo siguió la vida Juanito -Herbert Graf-?

Su vida se desarrolló muy exitosamente en el campo de la música.

Siguiendo probablemente de alguna forma cierto camino identificatorio en este campo que era la especialización de su padre, Herbert se convirtió en uno de los mas famosos regisseurs ( director de escena) de la ópera, que constituye una función clave en ese medio, que por otra parte fue una profesión prácticamente creada por el, cuya esencia consiste en crear la escenografia que sostiene la obra operística.

En el período previo al nazismo, emigra de Viena. A partir de 1936 trabajó como director de escena de Metropolitan de Nueva York, donde permaneció casi 30 años. Allí contrajo un primer matrimonio en 1927 con Lisselotte Austerlitz , del cual nació un primer hijo llamado Werner Graf en 1933, y luego tuvo un segundo matrimonio, con Magrit Thuering con quien tuvo una segunda hija en el año 1966, a sus 63 años, en Suiza , que se llama Ann Kathrin Graf, y actualmente tiene 41 años, quien vive en Ginebra donde Herbert Graf terminó su vida profesional como director de uno de los principales teatros de ese país.

Como parte de esta investigación tuve la posibilidad de dialogar con Ann-Kathrin Graf , vía e-mail, en el curso de los meses del 2007, y hacerle algunas preguntas.

Al preguntarle respecto de sus recuerdos sobre el padre, me dijo que conservaba pocos recuerdos ya que él falleció cuando ella apenas tenía 6 años, pero de todos modos siempre mantuvo fresco en su memoria el recuerdo de su padre, en su estudio, completamente dedicado a la preparación de su tarea en la casas de opera en todo Europa y que además estaba segura que el nunca volvió a tener síntoma fóbico alguno ni a realizar tratamiento alguno en su vida.

Herbert Graf falleció en 1973, de cáncer de riñón, luego de haber gozado de un enorme respeto en el mundo de la ópera y habiendo trabajado en casi todos los grandes teatros y con los cantantes más reconocidos de su época.

Caso clínico.
Joven de 11 años, con un intenso miedo a las tormentas. Se presenta angustiado y me dice que su miedo empezó en un momento en que estaba en su casa sin su padre y con su madre. Se produce, a fin de año, una tormenta feroz. En su opinión, eso desata sus tomores. Evoca que ese dia, con el avance de la tormenta, sintió que el agua empezaba a empujar con fuerza hacia adentro de su casa y que tal circunstancia le produjo una intensa angustia, al sentir que no podía detener el agua que inundaba con su fuerte empuje, mientras la tormenta no se detenía. Recuerden que término drang (empuje) de la pulsión.

Recuerda que a partir de ahí quedó muy asustado, y casi obsesionado con el clima. Comenzó desde entonces a observar las nubes, el viento, siempre atento, alerta, angustiado ante la posibilidad que se desate una nueva tormenta, y otra vez se produjera el empuje del agua hacia el interior de su casa, situación que deseaba evitar. Ese es el relato.

Eso que empuja, que viene de afuera, que le resultó sorpresivo, son todos los términos que empieza a articular mientras habla.

Su relato continúa, en los sucesivos encuentros, hablando de diversas cuestiones que iba asociando a sus miedos, hasta que un día llega a un punto, en el cual ubica ciertas cosas que le pasaban en el cuerpo y entonces, hablando de esto asocia, que lo que antecedió al miedo a la tormenta, fue una ocasión en la que él estaba en el auto con su familia y al mirar fijamente hacia una esquina, vio a unas mujeres que estaban con “poca ropa, paradas en una esquina y se le veían las tetas”.

El Seminario XXIII Lacan habla de la resonancia en el cuerpo, la pulsión como el eco en el cuerpo de un decir. Es decir, algo que como palabra o significante resuena en el cuerpo. Esto está todo el tiempo en la clínica. Mira las tetas de las mujeres en la esquina y le produce una especie de rayo.

Según recuerda, allí, quedó sorprendido por esta situación que lo impactó mucho y dice: “sentí como un rayo o relámpago en el cuerpo”. Ahí es donde articula otro significante. Es la excitación sexual que irrumpe en él. Parece nombrar entonces, algo de un goce desconocido, ignorado, que de pronto irrumpe en su cuerpo, no se sabe si es desde afuera o desde adentro, que empuja sorpresivamente y de alguna manera en el lenguaje, en la metáfora, empieza a ser nombrado, articulado, por la vía del síntoma. Lo que importa es que pudo empezar a hablar de eso.

Pregunta: ¿Cómo era la sexualidad de de estos padres?
A.P.: Los padres de este menor, la convivencia era compleja. No había relación sexual entre ellos. El padre lo trae a consulta. Cuando el chico empieza a desplegar su sexualidad puberal, se producen una serie de problemas que derivaron en este tema.

Pregunta: ¿Por qué creés que Lacan habla de carencia de padre real en Juanito? Porque me suena a la constitución de una psicosis.
A.P.: Yo no integré la posición de la madre en el caso Juanito. Hay 2 modos de pensar el falo y el deseo de la madre respecto de un hijo. Lacan explica que el niño es metáfora del amor por el padre o es metonimia. En el sentido que el hijo puede ser la metáfora del deseo de la madre por el padre, el padre de Juanito, en relación al deseo de la madre, está fuera de juego. Por el lado del deseo de la madre, todas las interevenciones del padre caían en saco roto; o bien porque el padre no tenía la suficiente decisión de producir el efecto de castración que Juanito necesitaba, o bien porque estaba fuera del deseo de la madre.

Se puede suponer que había un conflicto a nivel de la pareja y Juanito estaba enredado. La madre se había analizado con Freud en 1897 y 2 de sus hermanas se habían suicidado. En 1897 fue el año clave del autoanálisis de Freud con las cartas a Fliess. Él analizaba su propia fobia, que era una fobia a los trenes. Lo remonta a un recuerdo infantil donde él viajaba con su madre y la recuerda desnuda. En ese año, Freud descubre el Edipo en él, su sexualidad infantil, entre agosto y noviembre. Es el mismo período donde analiza a esta joven y a otras histéricas conocidas en los textos.

Lacan plantea que el intento del padre de Juanito de intervenir, quedaba siempre fuera de juego.

Pregunta: Hay fobias que no se resuelven en la infancia.
A.P.: Hay que dintinguir entre lo que es fobia de estructura y lo que es fobia como síntoma. La fobia en la estructura son las fobias universales, según Freud. Son fobias por las cuales todos los niños atraviesan, porque son estructurantes, como el miedo a la soledad, a la oscuridad. Todos los niños, en algún momento de su estructuración subjetiva, atraviesan un momento de fobia.

El caso de Juanito es fobia como síntoma, como suplencia de una falla. Eso puede quedar en la infancia y no retornar nunca más. La cuestión es la relación a la angustia, lo que aparece en la fobia en la adultez es un intento de tramitar la angustia, de producir una localización de la angustia para que no irrumpa de manera pavorosa. En el caso que vimos del púber, vemos la irrupción pulsional en el cuerpo. Hay algo que él no puede integrar y entonces hace esta metáfora de la tormenta. Esto puede terminar ahí, pero la cosa es cómo se sigue jugando el partido en relación al partenaire, cómo se las va a ver en su sexualidad en el encuentro con el otro, haciendo uso de los títulos en el bolsillo, como decía Lacan.

Alexandre Stevens dice que la adolescencia es un síntoma que es respuesta a la metamorfosis de la pubertad. Es decir, ¿cómo tramita alguien la metamorfosis de la pubertad? ¿Cómo se las ve con la sexualidad? Porque la adolescencia no es un término del psicoanálisis. El psicoanálisis menciona la metamorfosis de la pubertad. Cuando algo tiene un nivel de angustia que no se puede tramitar, vemos diferentes formas de respuesta: acting out, consumo… Pero también vía la neurosis: síntoma obsesivo y síntoma fóbico.

El síntoma impide que irrumpa una angustia primaria más pavorosa. Esa es su función y siempre está en relación a la sexualidad. En los sueños de angustia, aparece una caída del disfraz del sueño y el deseo reprimido aparece poco velado. Aparece la angustia. La pesadilla es la avanzada de quedar a merced del Otro. Esa es la angustia más pavorosa, ser objeto pasivo del Otro, vérselas con la angustia de lo real y la posibilidad de quedar devorado por el Otro. La pesadilla es distinta a los sueños de angustia, lo ven en el Seminario X. Algunas pesadillas son la antesala de un brote psicótico. Es el sueño dentro del sueño, la sensación de que te despertás por miedo y en realidad se sigue soñando y aparece nuevamente la pesadilla.

Relacionado: Juanito: Diversas modalidades de la función paterna. (Héctor Yankelevich)

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