jueves, 9 de enero de 2020

¿Hay pulsión sin gramática? Implicancias clínicas


Hay una corriente de pensamiento que plantea la agramaticalidad de la pulsión en la psicosis. También se habla de la pulsión loca, desbordada. Las cuestiones pulsionales pueden ser vividas por el sujeto como un impulso, algo que viene del interior, como una fuerza. Sin embargo, Freud se encargó de hacer una primera distinción, que es la distinción entre la palabra instinct y trieb. Es decir, distingue el instinto de la pulsión.

El instinto es algo que afecta a todos los miembros de una clase animal, de la misma manera y de la misma forma. Es decir, todos los miembros de una clase reaccionan sexualmente al mismo estímulo y desencadenan la misma conducta. En cuestiones humanas, la palabra trieb responde mejor que la palabra instinct. En el trabajo Pulsiones y destinos de pulsión, Freud trabaja este concepto.

Tomemos el matema de la pulsión de Lacan, que es la relación entre el sujeto barrado y la demanda: 

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Esta ecuación implica la relación del sujeto con la demanda. Esta posición, aunque Lacan le agregue diversos detalles, nunca la abandona. La demanda es siempre demanda de amor. Aún en su forma mínima, la demanda de amor es demanda de presencia o ausencia. En el seminario VI Lacan dice que en la vida no se puede discriminar entre amor y sexualidad, que se dan entremezclados. Esta división solo se produce en un análisis, donde se produce un corte por el lado del amor o por el lado de la sexualidad.

El significante no puede llegar al otro sino es a través de la pulsión. Leyendo Pulsiones y destinos de Pulsión, Lacan dice que la pulsión tiene 4 elementos que no pueden faltar y que sin embargo, la lista de pulsiones no estaba cerrada. La pulsión tiene que tener un agujero en el cuerpo: la boca, el ano, los párpados, las orejas… Por otro lado, implica un objeto, una parte separable llegable al cuerpo a partir de la mirada, la voz, las heces, el pecho. Estos elemento están en velando un vacío, señalándolo. También está la perientoriedad y un recorrido alrededor de ese objeto. No se trata de encontrarlo, sino de dar una vuelta en torno a él. Y en ese retorno aparece el sujeto. Para que haya satisfacción, tiene que haber un desencuentro con el objeto. 

El recorrido, que Lacan dice que es acéfalo, se produce sin sujeto, el cual se producirá al final del recorrido. Ese recorrido es el verbo. Es un recorrido que se lanza, sin pedirle permiso a la consciencia, al yo, etc. Lacan dice que no se puede leer Pulsiones y destinos de pulsión sin salir con la pregunta acerca del narcisismo y la pulsión. 

La demanda se articula con los elementos de la pulsión y en cada sesión vemos que el sujeto demanda en relación a una de las pulsiones: oral, anal, invocante, escópica… Un analizante puede demandar pensando que el analista tiene una interpretación que no se la quiere dar. Demanda anal. O puede demandar pensando que el analista está vaciado de interpretación, que es una demanda oral. Ninguna parte de la sesión no está atravesada por la demanda. 

Todas las pulsiones ponen en juego un verbo. Escuchar, mirar, cagar, olvidar… Este verbo es el que produce este recorrido. Freud mismo pone que pone que todos los ejemplos que él usa son en voz media. Toda la clínica de las pulsiones está determinada por la presencia de un verbo. Además, Lacan nos habla del acto en el seminario XV, que también supone un verbo. En La lógica del fantasma, Lacan habla del verbo en el fantasma, como vemos en Pegan a un niño. El fantasma, la demanda, el acto y la pulsión suponen un verbo. Esta insistencia de la cuestión verbal nos lleva a preguntarnos qué es un verbo. 

Lacan dice que un verbo es un significante no tan necio como los otros. Tiene la importancia de poner el cuerpo en juego de otra manera que los otros tipos de palabras, como los sustantivos y los adjetivos. 

Ana María Barrenechea (1913-1910) fue una lingüista argentina, miembro de la Real Academia Española, entre otros lugares de importancia. Ella escribió un texto llamado Las clases de palabras, que es una clasificación de verbos, verboides, sustantivos, adjetivos, pronombres, preposiciones. El verbo, desde el punto de vista gramatical, para Barrenechea tiene función obligatoria de predicado. Nunca está del lado del lado del sujeto, sino del predicado. Es siempre núcleo del predicado, se dice predicado verbal. Aparte tiene regímenes propios de modificadores, porque los modificadores directos e indirectos recaen sobre el verbo. Esta es la definición funcional del verbo. Históricamente, las gramáticas anteriores no se lo definían así, sino fuera del sujeto y fuera del predicado. El verbo supone una acción.

El cuerpo, con los verbos, está ubicado de una manera diferente. Los tiempos gramaticales tienen modo, tiempo, aspecto y voz y esto nos sirve para la clínica. La voz es el más importante. La voz puede ser activa, pasiva o media. La función de voz media en castellano aparece como función, pero no tiene marca en la conjugación verbal. En cambio, sí lo tiene en otras lenguas, como el griego y el latín.

La voz activa.La mano ociosa es la más sensible al tacto” decía el príncipe Hamlet, mientras miraba como silbaba y cavaba una fosa un sepulturero. Para enterrar a los muertos, cualquiera sirve, menos un sepulturero. Enterrar se puede enterrar, pero un sepulturero entierra en voz activa. Él es el sujeto de la acción concreta de cavar la fosa. El verbo enterrar no se refiere estrictamente a eso. Cuando uno dice “enterré a mi padre”, esa persona no produjo la acción que corresponde a la voz activa, sino que está implicado de una manera muy particular en esa acción (Hace enterrar). Tampoco es la voz pasiva, sino una particular manera de vinculación de un sujeto con la acción, donde su subjetividad está implicada.

En griego, uno puede decir “El sepulturero enterró” quiere decir “Enterré a mi padre” lo dice en voz media y tiene morfológicamente otra estructura. “Ayer hablé con mi padre” es voz media. En el poema del sepulturero dice que para que nunca recemos como el sacristán ni como el cómico viejo diga los versos. Es algo que me gusta mucho para la clínica, porque uno puede decir interpretaciones como el sacristán o como el cómico viejo: esa manera automática que uno puede tener de hablar en su consultorio. No hay otra manera de hablar en la clínica que la voz media. El analista pone su cuerpo en juego para producir el verbo en esa voz tan interesante.

Freud dice que uno puede comer, pero que puede comer en voz media (salir a comer). A veces se quiere subrayar la voz activa en relación a quien lo hizo. Cuando el verbo está en función pulsional, está en voz media. 

El acto se diferencia de la acción por la voz media. Lacan pone el ejemplo de la caída. Uno puede caerse por la calle o puede usar ese verbo con otra connotación. No siempre la voz media se logra, pero en todas las actividades eróticas se puede pensar cuándo un verbo está realizado en voz activa o voz media. Entonces, la pulsión y el acto está en voz media; la frase fantasmática también. En Pegan a un niño, el verbo pegar está en voz media. En estos 3 lugares pensamos los verbos.

Los verbos tienen tiempo, marcando si la cosa está ocurriendo en el presente, pasado o futuro. El aspecto verbal es algo muy poco trabajado. El aspecto es algo que se produce en el verbo para darle un matiz distinto de otros matices. En algunas lenguas más primitivas, algunos aspectos están marcados. Esto hace que uno en la clínica se detenga y pregunte. Con este término se designan los matices no temporales del desarrollo de la acción verbal que evocan las distintas formas verbales. En castellano están solamente las que tiene que ver con el pretérito y en Buenos Aires no utilizamos el pretérito perfecto, aunque en el resto del habla española sí. Quiere decir que la acción ha terminado: “He jugado al tenis”. También “jugaba al tenis” y en el pretérito decisivo “Jugué al tenis y ya no voy a jugar más”. Son esos 3 matices que tienen la lengua castellana en su morfología.

Hay un aspecto que es el durativo, muy importante en la sesión: aspecto que presenta la acción como realizándose sin limitación en el tiempo. Ej: “Se pasa horas enteras frente al espejo” o con una acción limitada en cuanto a su principio: “No lo veo hace días”. El durativo es muy importante, porque cuando un paciente dice en cualquier tiempo verbal, dice una acción que perdura en el tiempo. “Lo amo” y uno se detiene ahí, porque es algo que está ocurriendo y muchas veces detenerse ahí le hace darse cuenta al paciente que no es algo puntual, como “tomṕe un café”, sino que es durativo. “Estoy fumando marihuana últimamente” no es algo que está haciendo un día u otro, sino algo que viene volando en el tiempo y marca una diferencia bastante importante, porque ahí el paciente se da cuenta que está implicado en la acción de una manera particular. 

Luego tenemos el incoativo, que se aplica a cualquier elemento capaz de expresar que una acción comienza a realizarse. Ej: envejecer. O “Ayer florecieron las rosas”, que marca el inicio del proceso de florecer. 

El aspecto iterativo implica insistencia, una acción que se repite. Por ejemplo, el verbo martillar es un verbo iteractivo. Es muy importante en situaciones de pareja, hay repetición. 

Hay un modo momentáneo, por el cual el que habla formula una acción carente de duración en el tiempo sin preocuparse de las causas o las consecuencias. Partir, morir, son todos aspectos momentáneos. 

El complexivo, son acciones que tienen objetivamente que la persona que habla imagina como terminadas y concretadas en un punto, abarcando con una sola mirada su principio y su fin. Por ejemplo, Colón descubrió América. ¿Cuándo empezó a descubrirla y cuándo terminó?

Hay una enorme lista de aspectos verbales que dan matices para la clínica y que sirven muchísimo detenerse, por esto de la duración, lo que se repite, lo que insiste, que permite pensar el acto o la reflexión que dice el paciente de una manera matizada y no tan absoluta. 

La pulsión siempre es gramatical. Cuando se insiste que en la psicosis la pulsión aparece sin gramática, en realidad pienso que Lacan muchas veces usa alternativamente la palabra gramática para referirse a todas las gramáticas y también para referirse a la sintaxis. La gramática tiene 4 capítulos importantes: la fonología, la sintaxis, la morfología y el sentido. En el seminario XII, Lacan discute con Chomsky, quien dice que si uno elige una frase arbitrariamente, no produce ningún sentido. Lacan habla de las ideas verdes que son las del inconsciente y que siempre que caen algunas palabras hay efectos de significación y hay gramática para pensar.

En el seminario XIX Lacan plantea, al armar por primera vez algo del nudo, la frase “Te pido que rechaces lo que te ofrezco, porque no es eso”. Hay algo importante para la clínica y es que los verbos pueden ser transitivos o intransitivos. Los verbos transitivos tiene objeto directo y objeto indirecto. Entonces, para que se produzca la pulsión yo tengo que pedirle algo a alguien. Si este algo o alguien falta, es motivo de mucha angustia y es muy importante tenerlo en cuenta. El paciente queda perdido porque no sabe lo que quiere. Lacan dice que cuando falta eso, la demanda se hace absoluta. Por ejemplo, en el caso de los adolescentes con padres de amor perfecto, donde siguen juntos, nunca se pelean… A este adolescente, la novia le ofrecía un masaje, un té, coger… Y él a todo decía que no. Si el objeto de la demanda no está en juego, la demanda se hace absoluta, ese chico quiere todo. Y ese todo se supone que eran los padres. 

Algo angustiante y sumamente doloroso es saber lo que se quiere, pero no tener a quién pedírselo. Esto se ve en las guardias. “Quiero…” pero no tengo a quién pedírselo. En los cuadros graves aparece una demanda muy fuerte y absoluta que no se sabe con qué satisfacerla. Son 2 puntos en las urgencias, donde al ubicar lo que el paciente quiere, baja la angustia. Cuando uno sabe qué quiere, podría imaginárselo a quién se lo podría pedir.

El verbo pedir en castellano es transitivo, pero hay otros verbos intransitivos, como amar, querer. Lacan dice que la lengua castellana es la que más posibilidad tiene de encontrar un objeto para estos verbos. En la mendicidad, se pide a todos indiscriminadamente: “Una ayuda, por favor” es a cualquiera que pase. 

Pregunta: ¿Hay reticencia de la voz media en el discurso psicótico?
E.M.: La reticencia es muy utilizada en la psicosis. En los delirios paranoicos y en la descripción de las alucinaciones es muy fuerte la presencia de “Me miró, me dijo…”. No está describiendo una acción en voz activa. Las voces y las miradas son permanentemente en voz media. 

La voz pasiva en la psicosis es muy fuerte, en el ser pasivo en las alucinaciones auditivas: Me hablan, me dicen, me miran…

Fuente: Notas de la conferencia dictada por Enrique Millán, el 24/09/2019

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