Fuente: Clase de Daniel Zimmerman del 9/08/2012, materia "Psicoanálisis II" UMSA.
Jaques Lacan nace, inaugurando el siglo, en 1901 y a sus treinta y cinco años, presenta en un congreso en Marienbad, un trabajo, enunciado como “El estadío del espejo”.
Para ubicarnos, en esta época, ya están los post-freudianos, quienes utilizan los vocablos de Freud, pero no salen aún de su paradigma, donde la psicología de la época se basaba en lo conciente absolutamente, Hartman y la psicología del Yo, con un Yo libre de conflictos, como un yo que hay que fortalecer. Esta mirada diferente nos da una idea aproximada entonces, del porque de la razón por la cual cortan su discurso a los pocos minutos de presentar su teoría. Solo un grupo lo sigue al joven Lacan, a quien excomulgan dela I.P.A., que era la entidad que autorizaba o no a poder ser analistas en ese momento. Lacan va a decir que el analista se atribuye o se autoriza desde su propio deseo de ser analista, y funda la escuela analítica de Paris.
Según Lacan, todo lo que él ha escrito está determinado por la obra de Freud. Aspira a ser “el que leyó a Freud” (lo que significa que el resto no lo leyó. Es un objetivo de Lacan)
Cuanto más lo lee, mas impresionado se siente por su coherencia lógica. Hay en su obra una lógica que Lacan expresa, por medio de letras y símbolos. Hay un punto en el que insiste Lacan: si vamos a volver a Freud hay que volver a traer a primer plano los descubrimientos de esa dimensión psíquica que es el inconsciente, dice Lacan, que está estructurado como un lenguaje. Para seguir ese rumbo, seguiremos a Freud por la vía regia a través de la interpretación de los sueños.
Recordemos cuando golpea la puerta del consultorio de Freud un señor muy enojado con su hija. En determinado momento ella le cuenta un par de sueños. Y Freud va a centrar todo ese tratamiento de la joven histérica en el análisis de 2 sueños. Llega Dora para cumplir y justificar lo que él está proponiendo, que es que los sueños tienen un sentido y tienen un lugar en la vida anímica, y que pueden utilizarse terapéuticamente a los fines de curar la neurosis. Porque como después él lo dirá con todas las letras, va a establecer fuertes analogías entre la estructura de un sueño y la estructura de un síntoma neurótico.
Desarrollado todo ese capítulo en donde hace una puesta de la literatura científica sobre el tema de los sueños, viene el capítulo 2 que Freud llama “El Método de la Interpretación Onírica”. Él da una serie de generalidades y va a contar el sueño como la intención de Irma. Un sueño tan célebre que como Freud nos dice dónde lo soñó y cuándo lo soñó. Hay una placa en el lugar donde esto ocurrió.
Fíjense la insistencia de Freud, que no es casualidad:
“El título dado a la presente obra revela ya a qué concepción de la vida onírica intenta incorporarse. Me he propuesto demostrar que los sueños son susceptibles de interpretación, y mi estudio tenderá, con exclusión de todo otro propósito, hacia este fin, aunque claro está que en el curso de mi labor podrán surgir accesoriamente interesantes aportaciones al esclarecimiento de los problemas oníricos señalados en el capítulo anterior.”
Eso es todo lo que desarrolla en el Capítulo 7 llamado “Psicología de los procesos oníricos”. Lo primero que reconoce Freud es que él no ha sido el primero en postular esa idea de que un sueño no es algo puramente somático sino que hay algo de lo anímico que está en juego allí. Y dice que el tema se ha desarrollado en el campo profano, no científico. Freud necesita todo ese capítulo primero para situar su postulado en el campo de la cientificidad y no de lo profano, porque en realidad èl reconoce que son los profanos los que se han metido más con esto.
Entonces dice que hay un primer método que son los sueños contados en la Biblia:
La historia bíblica nos da un ejemplo de este procedimiento en la interpretación dada por José al sueño del Faraón. Las siete vacas gordas, sucedidas por otras siete flacas, que devoraban a las primeras, constituye una sustitución simbólica de la predicción de siete años de hambre, que habrían de consumir la abundancia que otros siete de prósperas cosechas produjeran en Egipto.
Entonces, más allá que los sueños estaban teñidos de un carácter premonitorio, Freud dice que este sueño se caracteriza por sustituir el contenido de cada sueño en su totalidad por otro contenido comprensible y análogo. Y a esta interpretación él la llama “El método simbólico”.
Vamos a distinguir los 3 tipos de métodos que describe Freud:
Método simbólico.
Se guía por la analogía. Busca analogías entre los contenidos del sueño y contenidos de la realidad. Esto va a hacer que tenga una limitación, que el siguiente método va a superar: tomar el sueño como una totalidad. Dice Freud:
“Naturalmente, no es posible indicar norma alguna para llevar a cabo una tal interpretación simbólica. Esta depende tan solo del ingenio y de la inmediata intuición del interpretador; razón por la cual pudo elevarse la interpretación por medio de símbolos a la categoría de arte, para el que se precisaba una especial aptitud”Este es el déficit en que todo el eje del sentido que se encuentra para ese sueño, descansa en la intuición o ingenio del interpretador.
Método descifrador (según la traducción de Lopez Ballesteros) o decodificador.
“En cambio, el segundo de los métodos populares, a que antes aludimos, se mantiene muy lejos de semejantes aspiraciones. […]pues considera el sueño como una especie de escritura secreta, en la que cada signo puede ser sustituido, mediante una clave prefijada, por otro de significación conocida. […]Lo esencial de este procedimiento es que la labor de interpretación no recae sobre la totalidad del sueño, sino separadamente sobre cada uno de los componentes de su contenido.”
Entonces, segundo método, todavía popular, se vale en vez de la intuición o del ingenio, de una clave. Cada signo puede ser sustituido por otro. Esto nos permite, incluso, ir al detalle, cosa que el otro método no nos permitía. Tenemos que tener cuidado con estos 2 primeros métodos, porque aún están vigentes. Aparece como recurso en las novelas y películas, en la Quiniela, etc.
La ventaja de la clave es que permite ir al detalle. La limitación es que la clave es fija, el sentido siempre es igual para cualquier soñante. Se pierde la singularidad del soñante, que Freud va a recuperar en el siguiente método.
Método científico.
Freud lo descubre por su propia disponibilidad para cuando una paciente contara algo muy dramático y se acordara de un sueño, él empezó a darle cabida a los relatos de los sueños y ver qué lugar ocupaban en lo que él llamaba la concaquenación psíquica.
Éste método se distingue de los demás en que no se basa en una clave fija, ni en el ingenio y utiliza las ocurrencias del propio soñante (asociación libre). El analista se va a disponer a escuchar el relato del sueño sin inducir ningún privilegio de un contenido sobre otro y le va a proponer al soñante es que asocie o diga sus ocurrencias (regla fundamental) acerca de lo que soñó. Y a partir de ese material, llegamos a una interpretación.
Esta interpretación se aparta del método popular, pero permite ir al detalle y respeta la subjetividad.
En este capítulo, va a traer un ejemplo, que es un sueño de Alejandro Magno. Preocupado él por la resistencia que le oponía la ciudad de Tiro, a la que tenía sitiada, tuvo un sueño al que vio a un sátiro bailando sobre su escudo. Alejandro se encontraba en la cercanías de Tiro. Dividiendo a la palabra “sátiros” en “Sa” y “tirós” los augures dieron al rey más insistencia para que atacara con mayor energía y empeño hasta conseguir apoderarse de la ciudad. Freud aclara que sa-tirós en griego es “tuya es Tiro”.
Este es el sueño que rescata Freud, el que Aristandro le dice a Alejandro Magno “Atacá tranquilo a Tiro, lo que tu sueño anticipa es que soñaste con un sa-tiro (tuya Tiro)”. No se fija en ninguna característica que el sátiro tiene ni del escudo, sino que toma la palabra sátiro y la descompone.
En el Capítulo 6 hay 2 ejemplos más análogos al sueño anterior:
“Un sujeto nos relata, en otra ocasión, un breve sueño, cuya técnica recuerda la de los jeroglíficos. «Va en automóvil con su tío, el cual le da un beso.» La interpretación, que no hubiéramos hallado nunca si el sujeto no nos la hubiese proporcionado inmediatamente después de su relato, es «autoerotismo». En la vida despierta hubiéramos podido dar idéntica forma a un chiste elaborado con los mismos materiales”
“En un análisis que hube de llevar a cabo en francés se presentó la labor de interpretar un sueño en el que el sujeto me vio convertido en elefante. Naturalmente, le pregunté cómo había llegado a representarme bajo tal forma. La respuesta fue: Vous me trompez (Usted me engaña). (Tomper = engañar; trompe = trompa) (1919).”
¿Por qué a Freud le interesa estos acercamientos? Lo va a desarrollar en “La elaboración Onírica” (Lopez Ballesteros). Va a hablar del contenido latente y manifiesto, que es una novedad, y nos va a decir que la interpretación tiene que ver cómo se relacionan unos con otros y de ahí se va a despejar. ¡Ver la próxima clase!
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