Hay siete ejes en los que se apoya, todo proceso de orientación vocacional ocupacional tanto para los adolescentes como para los adultos ellos son:
• El conocimiento de sí mismo en su historia y sus novelas familiares, escolares y comunitarias.
• Conocimiento del mundo ocupacional incluyendo al hacer significativo sea este rentado o no, así como las demandas y ofertas del mercado.
• Conocimiento de los procesos de selección, elección y decisión.
• Estrategias para elaborar proyectos de vida y considerar su proyección en el tiempo.
• Conocimiento de técnicas de evaluación para los resultados de las futuras de las nuevas gestiones.
• Estimulación y facilitación de los aprendizajes continuos en el mundo del saber.
• Desarrollo de las inteligencias múltiples, con acento en la emocional, para articular y misión de lo personal con la ética y los principios de la ecología social.
Al comenzar todo proceso de Orientación es frecuente una confusión entre roles e identidad entre el hacer y el ser. Producto de no diferenciar, entre la aceptación y la aprobación, ya que la aceptación se refiere al ser y la aprobación al hacer.
Como hemos visto una triada de identidades se despliega en el proceso de orientación: la identidad personal, sentida como mismidad en interacción con el mundo, la identidad ocupacional que enlaza el saber y el hacer en los que el sujeto se implica intelectual y emocionalmente y la identidad conciencializada es decir en la que se integra las anteriores en la comunidad de un proyecto elegido de quién ser, que hacer, como ser y como hacer. Para todo ello contribuyen las influencias familiares y sus expectativas, y la matriz biofisiológica a lo que se agrega las experiencias de aprendizajes los aspectos psicológicos que se desarrollan en la evolución y los aspectos socio-culturales.
Los adolescentes que recurren a la orientación tienen necesidad de reconocimiento y aceptación que se deposita en el hacer, como medio para recrear ese alguien que está queriendo ser reconocido socialmente.
Si volvemos a las sentencias familiares podemos ver que en ella se evidencia a la persona, ejemplo “si no estudias no serás nada” o como en la dramática situación de Nora que hemos situado en el capítulo IV la sentencia directa era “Vos no podes estudiar” lo que indicaba para ella, en la problemática del ser, desarrollar-se a través del ser de las tareas hogareñas trazando una continuidad con sus experiencias infantiles.
Cuando atraviesa la elección de carrera, la mirada de los jóvenes se dirige hacia dos fuentes de datos para tener en cuenta su elección, el entorno social, entres sus ofertas y demanda que incluye las valoraciones familiares y de pares y el análisis de sus propias demandas, que contienen sus deseos e intereses.
La técnica elaborada por Gelvan de Veinsten llamada “Mis proyectos” está confeccionada para atravesar y recorrer esa mirada del adolescente que elige, intentando trazar un mapa de su potencial, de pensar, hacer, aprender y afrontar obstáculos. Se trabaja a través de un pedido en el cual confeccionan una lista de lo que quieren y lo que no quiere SER, HACER, TENER, SABER Y PODER. Esta técnica los lleva a la confrontación entre sus supuestos y probabilidades y les permite revisar sus motivaciones y actitudes.
Los adolescentes al salir de la escuela media se encuentran ante la demanda de elegir su futuro , la incertidumbre suele ser un factor de desorientación propio del tiempo actual que en algunos casos puede apreciarse como un factor perturbador y en otros como un desafió para la creatividad, así se observa que se ha modificado el intenso duelo por la infancia que Aberastury situaba en los años ’60 siendo que ahora existe un duelo más bien por tener que dejar la adolescencia, teniendo que sufrir la entrada al mundo adulto.
A la salida del ciclo secundario por ende, la Orientación intenta brindar un marco en el cual el sujeto, pueda desplegar sus identidades y revisar sus elecciones así, como el marco referencial social, académico y el poder dar información de estas potenciales carreras elegidas, brindando con un marco de contención y exploración de todos aspectos.
En el contexto de la re-orientación vocacional-ocupacional de la etapa adulta en este proceso se trabaja a partir de la crisis o conflicto vocacional-ocupacional que presenta el sujeto que consulta, ya sea a partir de su puesto de trabajo y sus características motivacionales , vinculares o bien desde los aspectos motivacionales, reorientadores del deseo de aquello que una vez deseo hacer y ser y el devenir de su historia lo ha traído a este lugar que ocupa en el aquí y ahora, por ejemplo dentro del ámbito laboral en una empresa o en un comercio. La re-orientación también puede ofrecer y abrir el panorama y retomar viejos objetos añorados y proyectarlos en posibles estudios nuevos o bien, tomar como excusa estos conflictos para reorientar el ser en un nuevo hacer.
En cualquiera de estos modos dentro de la adultez, y en cualquiera de sus etapas, todas las conflictivas vocacionales-ocupaciones nos van a remitir a la matriz del ser en el hacer con todas sus novelas familiares, escolares, comunitarias, alguna de ellas ha hecho impacto quizás más de una vez en las cuales las figuras de jefes supervisores, directores lleven a revisar las matrices y nuevamente la identidad ya desde una perspectiva adulta, en donde los proyectos trazados se van realizando y se van re-proyectando y re-construyendo.
En estas situaciones la orientación vocacional ocupacional abre a muchísimas cuestiones que siempre van a las matrices constituyentes y ofrece un excelente panorama para re-elegir.
Esta situación de reorientación me ocupa personalmente en el trabajo práctico emprendido ya que mi entrevistada nos muestra que dentro de un marco terapéutico personal hubo de trabajar su conflicto ocupacional con respecto a la carrera de medicina a la cual según sus palabras se hallaba estancada y no podía avanzar a partir de su análisis se está pudiendo cuestionar sus elecciones adolescentes hechas al terminar su ciclo secundario en las cuales había aspectos de la novela familiar y escolar re-orientando su carrera hacia la posible carrera de veterinaria.
Esto constituye un ejemplo que la identidad-vocación-ocupacional que se integra a la identidad personal y que este proceso no es cerrado sino que, o sea que la orientación a la que se arriba en la adolescencia no es una, y de una vez para siempre sino que el camino de la vida hace que como sujetos nos reconstruyamos a partir de lo que somos y lo que hacemos y podamos dentro de un marco saludable poder reorientarnos a partir de los conflictos que la vida nos convoca.
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