martes, 25 de agosto de 2020

Concepto de objeto precursor de Spitz. La etapa sin objeto, el objeto precursor y el objeto libidinal propiamente dicho.

René Spitz (1887-1974) fue un médico que adhirió absolutamente a las teorías psicoanalíticas. Escribió un libro sobre el primer año de vida del niño. La investigación que él hace sobre el primer año de vida es la constitución del objeto libidinal, la constitución del primer objeto de amor del bebé. Ese vínculo que tiene que ser construido para que el semejante (auxiliar externo fundamental para que sobreviva) pasa de ser un agente que satisface las necesidades humanas a ser un objeto de amor del bebé.

Spitz se basa en la observación directa del bebé, en filmaciones y en tests. No hay una relación de objeto desde el nacimiento. Además muestra la importancia de la madre (función materna) no solo en la supervivencia sino en el desarrollo psíquico del bebé.

Spitz se basa en las propuestas de conceptos psicoanalíticos, con principios reguladores del psiquismo, que conocemos como nirvana o principio de constancia, o principio de placer – displacer y el principio de realidad. Toma también la descripción freudiana del psiquismo de la primera y segunda tópica, la dinámica del aparato psíquico, las pulsiones con su origen orgánico y sus representantes con una carga afectiva, el punto de vista económico (movimiento de cargas dentro del aparato), la teoría de la libido y zonas erógenas (etapa anal, oral y genital), la libido entendida como la manifestación de pulsiones sexuales, que se dirigen a un objeto tomado como sexual en el sentido amplio del término. El otro impulso que se contrapone al impulso amoroso es el impulso agresivo (dominar, asir, destruir al objeto y el concepto de series complementarias.

Series complementarias: Lo elabora Freud cuando se pregunta por la etiología de las neurosis, qué hace que un sujeto se enferme y otro no. Las series que se complementan son el factor experiencial (llamado también psicológico o ambiental) y el factor congénito. Estos 2 factores se relacionan en forma inversa. A mayor predisposición congénita, menor necesidad de un trauma experencial. Ej: Una estructura psíquica con un factor genético de predisposición genera una neurosis de menor infortunio. Los 2 factores se complementan directamente.

El factor congénito es el equipo heredado: genes, cromosomas, adn, arn, las influencias intrauterinas, influencias en el parto como anoxia perinatal.

El primer vínculo social de bebé es la madre. Spitz estudia cómo ese vínculo biológico se convierte en una relación social del bebé. El vínculo entre la madre y el bebé no se da en otro lado de la sociedad. Es un vínculo profundamente asimétrico y dispar. La madre tiene muchas relaciones, tiene aparato psíquico estructurado y diferenciado. En cambio el bebé solo tiene a la madre y encima al principio no la percibe como algo diferente a él mismo. Para Spitz el objeto libidinal es aquello en el cual y por el cual la pulsión se satisface. A lo largo de la vida la pulsión cambia continuamente de objeto. Para Spitz la constitución de un objeto libidinal  tiene que recorrer algunas etapas.

  1. Preobjetal o sin objeto. Coincide con lo que llamamos el narcisismo primario. Toda la libido está depositada en el bebé. Es una etapa indiferenciada, no hay un aparato psíquico dividido, el bebé no puede distinguir una cosa externa de su propio cuerpo, no puede explorar el entorno separado de su propio cuerpo. La percepción del pecho es una parte de sí mismo. Tiene que llegar a darse cuenta de que el pecho no le pertenece. Es una etapa de excitación negativa, de displacer, el intento de descarga en respuesta a una excitación o estimulación excesiva. Alrededor de la mitad del 2° mes aparece un nuevo comportamiento: antes de sonreír, el bebé fija la mirada. El rostro humano tiene más importancia y más adelante, si el bebé está descansado y limpio, se obtiene una respuesta sonriente. Spitz la llama sonrisa social y la considera como el primer organizador, es decir, un período crítico en el cual distintas corrientes del desarrollo se integran unas con otras. Nuevas capacidades, nuevas funciones como resultados de procesos madurativos, se integran entre sí y forman una estructura psíquica de mayor complejidad. El signo visible de que es e organizador de ha instalado en la psique es la sonrisa social, que significa que el bebé responde a una gestalt, a una estructura en movimiento formada por los ojos, nariz y boca. Spitz demuestra que con una careta puede lograr el mismo efecto. Responde a esta estructura . Es una estructura intencional, voluntaria, muy lábil, pero ya nos está indicando que alguna huella mnémica se ha depositado en el aparato psíquico. Hay una nueva estructura psíquica en la etapa pre-objetal. 

  2. Precursor del objeto. Cuando el bebé llega a la sonrisa social, no vuelve a la etapa pre-objetal, ha podido establecer una diferenciación en el aparato. Ahora se puede hablar de un pre consciente incipiente.  Spitz hace una hipótesis de por qué el bebé sonríe. El bebé asociaría el signo de la sonrisa con la satisfacción de una experiencia placentera. Todavía no hay un objeto libidinal constituido.

  1. Objeto libidinal propiamente dicho. Alrededor del 8° mes, frente a la expectativa de que aparezca el rostro de la madre, si aparece un rostro extraño el bebé experimenta una angustia (se tapa, se niega a relacionarse, gira la cabeza). Spitz lo llama el segundo organizador, ahora sí el bebé diferencia una de las gestalt y ya no las confune más. Hay una representación del rostro humano en las huellas mnémicas que tiene un lugar único. Hay un nuevo organizador, una estructura más compleja que la que le corresponde la sonrisa social, que una vez adquirida el bebé no vuelve a la sonrisa social. Acá podemos ver cómo diferentes corrientes del desarrollo (el bebé voluntariamente elige no tener mantener contacto con el extraño por equilibrio, acción muscular, nuevos rastros mnémicos). Ahora sí se puede hablar de un objeto de amor. 

Al final del 1° año, Stitz va a ubicar el 3° organizador, que es el “no”. El NO es el efecto de la locomoción, por eso va a intentar ponerse fuera del alcance de la madre. Los mensajes táctiles, con la locomoción, empieza la frustración por parte del objeto materno. Al salir fuera del área del control de la madre, el nene recibe el NO y a ese movimiento negativo va a adosada también la acción de limitarlo, frustrarlo, impedirle. El bebé no percibe que la madre quiera cuidarlo, lo siente como frustración, como que la madre está en contra. El bebé dispara odio frente a la frustración. El amor es la relación del yo con las fuentes de placer y el odio es la relación del yo con las fuentes de displacer. La frustración genera agresión en el bebé y lo coloca en un conflicto: el amor al objeto y el deseo de hacer lo que quiere con riesgo de perder el amor del objeto. Eso causa IDENTIFICACION CON EL AGRESOR: Es un mecanismo de defensa que estudió Ana Freud. El bebé, entonces, se apropia del NO, desde los gestos y la palabra. Lo usa como corresponde, selecciona las circunstancias.

A los 2 años todo en el niño es “no”: no sabe de lo que se trata pero se opone. El nene se diferencia de la madre, estrenando ese yo haciendo lo contrario. El niño ha podido incorporar un gesto con significación abstracta: la negación. Es el indicador que se ha instalado en el 3° organizador, más complejo que el anterior y la circunstancia de que el bebé no va a volver a la instancia anterior a la angustia del 8° mes. La ausencia del objeto libidinal puede llevar al bebé a la muerte, como si le faltara una vitamina.

Spitz estudió la importancia de esta relación objetal en el ser humano. Se basó en una guardería perteneciente a una institución penitenciaria para hablar de depresión anaclíctica, marasmo hospitalario. La población era de mujeres delincuentes, prostitutas, psicópatas, criminales y débiles mentales. En el lugar habían de 40 a 60 bebés, supervisados por una enfermera y 5 auxiliares. Se controlaba a los bebés constantemente. La otra institución era de niños espósitos. La población también era de 40 a 60 niños. También había una enfermera en jefe y 10 auxiliares. Cada enfermera se ocupaba de 7 chicos (les daba la mamadera, los bañaban, higienizaban, veían que no estuvieran enfermos). Las madres de esos bebés cuando podían los visitaban, pero nada impedía que no volvieran más o que faltaran durante un largo tiempo. Por eso Spitz elabora una clasificación que tiene que ver con las relaciones de objeto insatisfactorias.

Relaciones insatisfactorias incorrectas (cualitativo)

Pueden observarse en el bebé como desaparición del objeto libidinal del 6° al 8° mes.

A los 3 meses de ausencia ininterrumpida, se observa lloriqueo, retraimiento, retraso en el desarrollo, rigidez facial, mirada inexpresiva, contacto con el otro difícil y pérdida de peso. Esto es depresión anaclítica. Si la madre vuelve, los niños mejoran aparentemente, porque no sabemos qué secuelas pueden haber quedado a nivel psíquico.

Si la madre no vuelve a partir de los 5 meses, el cuadro empeora. Aparece retraso motor, postración boca arriba, coordinación ocular defectuosa, expresión imbécil. Si sobreviven tienen dificultades para sentarse o hablar. Esto se llama hospitalismo o marasmo y es irreversible. Esto no le pasa ningún otro mamífero.

Relaciones insatisfactorias insuficientes (cuantitativo)

Tiene consecuencias mucho más graves, se trata de madres perturbadas psíquicamente. Ej: una madre le repugna la experiencia sexual y el embarazo. El bebé responde con disnea, se pone pálido, parece que está en shock, pierde el reflejo de succión (hay que estimularlo). Otro ejemplo: La angustia de la mamá frente al llanto del bebé, que trae como consecuencia el cólico del 3° mes. La mamá ansiosa, angustiada, puede sobrealimentar al bebé para que no llore, pero el tracto digestivo del bebé es corto y le da cólicos, a lo que la madre le da más teta porque llora. Los bebés de instituciones no tienen ese problema, porque se los alimenta cada 2 horas.

En mamás muy adolescentes e inmaduras que no les gustaba tocar a sus hijos (decían que tenían miedo a lastimarlos) el bebé respondía con eczemas en los brazos, en las orejas y en la ingle. Eran madres que disfrazaban detrás de este miedo una gran hostilidad hacia el bebé. Cuando la mamá alternaba su reacción a la hostilidad, aparecían movimientos de cabeceo, que manifiesta las perturbaciones del objeto libidinal, que dificulta las futuras relaciones libidinales. El cabeceo es un gesto autoerótico.

Cuando la madre es psicótica y se manifiesta en una psicosis maníaco depresiva (6 meses de amor, 6 meses de odio), aparecen juegos fecales y coprofagia más allá del tiempo esperable, porque es el objeto más permanente que tienen.

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